Pablo Carreño: «No puedo estar más feliz»

«Ha sido muy bonito, muy especial y obviamente lo que he vivido durante estos días no lo olvidaré nunca», apostilla el tenista gijonés, que ha recibido cientos de mensaje de felicitación de amigos, familiares y compañeros. Tenistas que valoran más que nadie la gesta de Carreño y lo difícil que resulta llegar a la cima de un deporte de tanta exigencia y que requiere tantos sacrificios. El gijonés abandonó a su familia siendo un adolescente en busca de un sueño al que ha dado forma con su trabajo durante los últimos quince años.

«No puedo estar más feliz», resume el tenista asturiano, cuyo deseo ahora es regresar a España y ver a su familia, que le acompañó en la distancia ante las restricciones impuestas por el protocolo sanitario. «Quiero compartir esto con todos mis seres queridos y celebrarlo como se merece», añade Carreño, que tiene por delante unos días de descanso antes de pensar en su regreso a las pistas.

La competición olímpica ha supuesto para él una enorme alegría pero también un desgaste mayúsculo, tanto mental como físico. Esto le obligará seguro a trastocar los planes que había diseñado junto a su equipo de trabajo. Lo más seguro, según explicó a este periódico, es que descanse unos días (posiblemente en Barcelona) y después viaje hasta Estados Unidos para encarar el tramo final de la temporada.

Carreño, a día de hoy, sopesa renunciar a jugar el Máster 1000 de Canadá y prefiere centrarse en la gira estadounidense, que incluye el torneo de Cincinnati y el Abierto de Estados Unidos. La cita de Flushing Meadows es, sin duda, la más esperada por el tenista asturiano ya que ha sido en Nueva York donde ha logrado sus mejores resultados en el Grand Slam. Este año acudirá como 'top ten' y será uno de los aspirantes a pelear por el título ante los favoritos. De momento ya sabe que puede ganarles como ha demostrado en Tokio.