«La fuerza que me llegó de Asturias y Gijón fue clave para ganar la medalla»

-¿El sueño de una medalla en Tokio es la mayor recompensa de su vida?

-Si. Creo que no la puedo comparar con los títulos ATP que he conseguido ni con la Davis tampoco. Se saborea de otra manera, porque son unos Juegos Olímpicos a los que no vas todos los años, como en el resto de los torneos y el ambiente, y todo en general, es muy distinto.

-Ganar a los número uno y dos del mundo en el torneo tendrá un valor añadido.

-Ha sido impresionante. Conseguir este bronce ganando a Djokovic y Medvedev, que son los dos primeros del mundo, ha sido histórico y brutal. Es algo que nunca olvidaré, porque además me hacía falta ganar a dos 'top ten'.

-¿Qué cosas le pasaron por su cabeza cuando estaba en el suelo, tras ganar el partido?

-No podía pensar en nada, pero estaba en una nube en esos momentos. Luego me fui al banco y se me cayó alguna lágrima por el camino cuando me abracé a mi entrenador, Samuel, y me felicitaron también Bruguera y Alejandro Blanco.

-¿Cómo se recuperó mentalmente tras tener el partido ganado al final del segundo set?

-Fue muy dífícil, porque ante el número uno del mundo no puedes cometer errores. Reconozco que tuve ahí un momento de bajón, porque podía haber cerrado el partido mucho antes.

-¿En qué momento vio más cerca la victoria?

-Cuando Djokovic tiró la pelota a la red, pero ya con un 5-2 vi claro que tenía la oportunidad, aunque sabía que ese último juego del partido iba a ser el más difícil de mi vida. Pero si soy fiel a la verdad, me sentí con confianza tras el primer juego del tercer set. También tuve tranquilidad en ese momento, que resultó clave.

-¿Le dedica esta medalla a alguien en especial?

-A lo largo de mi carrera deportiva hay personas que me han apoyado muchísimo. Pero de manera especial a mi novia, Claudia, que se sacrifica para poder cumplir mis sueños, así como a mis padres por su apoyo, a mis hermanas y a mi familia en general, sin olvidar a mi primer club, el Grupo Covadonga. Y a otros entrenadores que tuve, así como a la gente de la Academia de Juan Carlos Ferrero, que son también muy cercanos.

-Su familia ha dicho que han sufrido más que nunca.

-Esto no se consigue todos los días. Y no voy a sufrir yo solo (entre risas).

-¿Ha sentido muy de cerca el apoyo de Gijón y de Asturias?

-Lo he percibido toda la semana. Pero de manera especial después de la derrota en semifinales. Creo que fue fundamental para levantarme la moral. No pude leer todos los mensajes, pero lo sentí. Me dio mucha fuerza ese ánimo que me aportaron, porque fue en el momento que más lo necesitaba. Saber que hay gente que me sigue y lo pasa mal por mí me dio bastante energía.

-¿Qué fue lo primero que le dijo su entrenador?

-Que hice historia y que había sido realmente increíble el partido que había jugado ante el mejor.

-¿Se saca la espina con Djokovic de aquel partido que perdió cuando le descalificaron en el Open USA?

-En cierto modo, sí. Pero una victoria contra Djokovic siempre tiene un gran valor, se mire como se mire. Es junto con Nadal y Federer uno de los grandes tenistas de la historia. Y unos Juegos Olímpicos son un torneazo en el que todos quieren estar.

-Dijo Djokovic que jugó medicado el partido y que renunció al dobles mixto.

-Lo entiendo. Venía de perder la semifinal individual, el dobles masculino y antes del mixto ha tenido uno terrible y durísimo conmigo. Al final, el torneo olímpico es más duro, física y mentalmente, que uno ATP.

-¿Qué próximos torneos y objetivos deportivos tiene ahora?

-De momento voy a pensar en disfrutar esto y recoger mañana (por hoy) la medalla, pero en teoría me toca ir a Canadá la próxima semana. Luego tenemos el Máster 1000 de Cincinnatti y el Open USA. Pero habrá que analizar el calendario. Son muchos partidos.