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Un Sporting vertical, superior desde el pragmatismo y el orden, tremendamente eficaz con el estoque arriba, desarmó y liquidó en la víspera del Día de Asturias al Oviedo. Una ruina en defensa. Los gijoneses, crecientes, desayunarán en la festividad regional con la resaca alegre ... de la victoria más holgada desde que el derbi volvió a ser derbi en 2017. El Oviedo, por contra, lo hará con cara de pocos amigos. Un mar de dudas por un partido incompleto, lastrado por sus 'gallos' en la trastienda y sin apenas chicha arriba. Detectó y protestó por agravios en el primer y el tercer gol de los de casa, pero siempre fue a rebufo. Así, El Molinón acabó haciendo la ola por el peso de los goles de Otero, Cote y Campuzano, restados por el de Chaira, y un marcador que pudo ser más rotundo y sonrojante. El 4-1 rondó más que el 3-2 al final.
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J. A. García
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Los detalles hicieron la diferencia, con una protesta del Oviedo en el primer gol de penalti, y abrieron en canal un choque pendular con el balón. Una primera mitad para los gijoneses, un buen tramo de la segunda para los azules y un bombardeo final del Sporting, que quiso hacer sangre con el marcador. Antes, Rubén Albés había atacado con un calco del once de Almería. Conservó a Curbelo, dudoso tras el entrenamiento del jueves, y dio palique al resto. La corona, el tridente: Dubasin, Otero y Gaspar. Tamborrada sportinguista para recibirlos. Javi Calleja, mientras, contestó con las novedades de Lucas Ahijado, Pomares y Colombatto. El exrojiblanco Hassan, abroncado por su espinoso traslado, fue descabalgado de la titularidad. Moyano cargó por la izquierda y cedió el pasillo interior a Cazorla.
El Sporting irrumpió frenético, empujado por la erupción de El Molinón. Antes del minuto uno, Otero robó un tierno pase de Lucas a Costas, vendido. El colombiano aceleró y puso el primer 'uy' en una situación pintiparada. El Oviedo buscaba aire tratando de igualar la energía casera, pero en su intento Colombatto cargó con una amarilla tempranera. Invocaban la réplica los azules, encontrando la única vía de escape por la banda de Chaira. El extremo mandó un envío de cirujano que cabeceó fuera Moyano, en boca de gol. Curbelo equilibró las tarjetas.
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José Luis González
Consumida la burbuja del inicio, el partido reposó. El Sporting, menos abrasivo, mantuvo un incómodo y engañoso gobierno en su campo. Y el Oviedo esperó bien apostado en apariencia en su territorio. Pero pronto se despelotó en defensa. El aplicado plan de Javi Calleja, que proponía una guerra de guerrillas y desgaste, saltó por los aires en una conducción rápida por el interior de Dubasin, que se compinchó con Gaspar. El canterano del Sporting, dentro del área, cayó emparedado por Lucas y David Costas. Una acción polémica, de protesta azul, con el VAR dando validez a la infracción. Otero pateó con un engaño. 1-0. El Molinón entró en combustión.
La ventaja serenó al Sporting, más calculador. Y lanzó al Oviedo, jugón, pero fiado básicamente a la estrategia como medio para buscar el empate. Un problema para el Sporting, con menos altura. Un saque de esquina de Cazorla, con una melé calculada para aclarar la llegada de Chaira, se le hizo bola al equipo de casa. Rebotó Yáñez. Fue lo poco que la tropa de Javi Calleja pudo llevarse de incentivo a la caseta.
Sporting:
Yáñez; Rosas (Kevin, m. 74), Curbelo, Diego Sánchez (Nacho Martín, m. 41), Cote; Olaetxea, Bernal, Nacho Méndez (Quiepo, m. 65); Gaspar, Dubasin (Gelabert, m. 65) y Otero (Campuzano, m. 74).
3
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1
Oviedo:
Aarón; Lucas (Lemos, m. 45), David Costas, Dani Calvo, Pomares; Colombatto, Del Moral (Seoane, m. 65), IIyas (Paulino, m. 74), Sebas Moyano (Hassan, m. 45), Cazorla (Paraschiv, m. 79) y Alemao.
Goles: 1-0: m. 20, Juan Otero, de penalti. 2-0: m. 38, Cote. 2-1: m. 49, Ilyas. 3-1: m. 76, Campuzano.
Árbitro: Orellana Cid. Amonestó en el Sporting a Curbelo, Guille Rosas, Cote, Campuzano; y en el Oviedo a Colombatto, Pomares, Dani Calvo.
Incidencias: partido disputado en El Molinón ante 25.706 espectadores.
La banda derecha local mantenía vivo el fuego del Sporting. Pomares y Moyano sufrían de lo lindo para tapiar a Guille Rosas, estupendo, y Dubasin, hipermotivado. De un robo de este último y una subida del lateral nació el segundo bingo del Sporting. Guille centró pasado y Lucas, desafortunado protagonista, despejó mansamente con la cabeza. Cote, con el cañón de su zurda, llegó con la corneta en la boca y reventó por segunda ocasión la portería de Escandell. La felicidad del equipo de Albés tuvo en la secuencia la resta de la lesión de Diego Sánchez, relevado por Nacho Martín. Olaetxea, de central. El Oviedo empezó a desconchar, con Colombatto en alerta amarilla. Nacho Méndez se relamió con el tercero, tras otro ataque cocinado por Dubasin y Guille, pero la mano de Escandell le rebañó la gloria al luanquín. Calleja metió la cabeza en el túnel de vestuarios vinagre con los suyos. Albés, con el viento a favor.
El entrenador del Oviedo ventiló el lateral derecho, con la entrada de Lemos por Lucas, y la banda izquierda, con Hassan pitado, por Sebas Moyano. Los futbolistas señalados en el segundo bingo del Sporting. El Oviedo espigó y se metió pronto en el partido. Alemao sacó la cadena a Olaetxea con un cambio de ritmo tras un balón largo, ganó la línea de fondo y sirvió a Chaira el gol que invitaba al once de Calleja al renacimiento.
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El partido osciló ahí. El momento del Oviedo, al que le costaba un triunfo atacar. El once azul, envalentonado y con prisas, se cosió el balón al pie. El Sporting, entre el despeje y la emboscada, achicó demasiado pronto. Con este guion, el Oviedo acuarteló a los rojiblancos, desplegado tibiamente por los laterales. Albés ventiló piernas. Gelabert y Queipo, al ruedo. Calleja remendó con Seoane por Del Moral.
Al Sporting le quemaba el balón. Al Oviedo, presionante, el marcador. Tocaban y tocaban los azules, a ritmo de galeras los rojiblancos. Pero Yáñez tenía poco curro. Ni Alemao, ni Hassan, ni Chaira le veían de cerca. Albés dio otro golpe de abanico a su equipo para hacer descansar las piernas de Guille, uno de los mejores del partido, debutando Kevin Vázquez y entrando Campuzano, por Otero. El delantero llegó con un pan debajo del brazo. Marcó el tercero, un golazo, tras otro error defensivo de los azules, de Calvo, quien pidió falta en la presión del catalán. Alemao tuvo un cabezazo, sí, pero Queipo y Gelabert pudieron hacer el cuarto con el Oviedo rendido.
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