Derbi asturiano: Sporting - Oviedo

Los números del derbi

El cambio de gestión tanto en el Sporting como en el Oviedo no se ha traducido en una mejoría deportiva. Todo lo contrario. La campaña no estuvo exenta de sustos y la salvación pasó a ser el gran objetivo durante el tramo decisivo. Un consuelo para dos aficiones cuyas aspiraciones cuando echa a rodar el balón en el mes de agosto son otras completamente diferentes.

Varias cosas tienen en común Sporting y Oviedo. Ambas sociedades están en poder de grupos empresariales mexicanos. Orlegi y Pachuca han trasladado al Principado la rivalidad que ya tenían en su país con el fútbol como principal hilo conductor. Los paralelismos no se terminan ahí. Los resultados deportivos han estado lejos de las exigencias iniciales y en ambos casos se produjo un relevo en el banquillo, aunque con desigual fortuna.

El Sporting prescindió de Abelardo, después de que el técnico gijonés asumiera la riendas del proyecto la temporada pasada, cuando el equipo estaba moribundo y caminaba sin remedio hacia la Primera RFEF. La clasificación del equipo (a tres puntos de los puestos de descenso) y, sobre todo, las desavenencias con la propiedad terminaron por desencadenar una tormenta que derivó en la llegada del por entonces 'desconocido' Miguel Ángel Ramírez a Mareo. El técnico canario tomó las riendas del cuadro rojiblanco con unos planteamientos tácticos muy diferentes a los que proponía Abelardo. Una victoria y un empate en sus dos primeros partidos allanaron la pista de aterrizaje de Ramírez que, inicialmente, intentó desplegar un juego que no estaba acorde con el tipo de futbolistas con los que contaba la plantilla.

El resultado fue un conjunto que mostró excesivas debilidades en las dos partes del campo y lo pagó caro, viéndose en una coyuntura complicada, quedando a tiro de piedra de los rivales que peleaban por escapar de la quema del descenso. La sonrojante derrota en El Molinón ante el Mirandés fue un punto de inflexión. A partir de ahí, el Sporting se mostró más sólido y logro puntuar en cinco partidos seguidos (9 puntos) que permitieron respirar aliviados después de que el pesimismo se instalara en un amplio sector de la afición, que temía repetir la misma situación de la campaña anterior. El derbi se presenta como una reválida para salvar el curso y dar, al fin, una alegría a los aficionados que, un año más, han estado por encima de las prestaciones del equipo. Solo basta con examinar las cifras de asistencia a El Molinón.

El Oviedo es otra historia. El cambio de entrenador, en el caso de los azules, surtió efecto. Tardó, pero consiguió el objetivo hasta el punto de que la temporada se les ha quedado corta a la vista de la buena trayectoria que ha encadenado el equipo en el último mes y medio de competición.

Jon Pérez 'Bolo' inició la temporada en la que había muchas esperanzas puestas en consolidarse en los puestos altos de la clasificación. El proyecto apuntaba alto, pero los malos resultados condenaron al técnico vizcaíno y trajeron consigo la contratación de un seguro de vida como Álvaro Cervera. Su sello en este Oviedo es indiscutible para lo bueno y para lo malo. Es cierto que el equipo no ha desplegado un fútbol atractivo y que, en muchas ocasiones apenas ha generado oportunidades de gol ante la meta rival, pero también lo es que el Oviedo actual es un conjunto reconocible al que cuesta un potosí hacer un gol. Un bloque de autor. Resultó llamativo que el conjunto azul no lograra anotar más de un gol en un partido hasta la jornada 36 cuando doblegó al Lugo. Sin embargo, esa falta de vocación ofensiva se compensa con las cifras de goles encajados. Solo 23 tantos recibidos y once porterías a cero desde que Cervera se sienta en el banquillo del Carlos Tartiere. Es posible que algunos aficionados azules piensen como Jesús Martínez, máximo representante del Grupo Pachuca, y muestren su desacuerdo con el fútbol que practica este Oviedo. Sin embargo, nadie puede afear la eficacia que muestra y que le ha permitido salvar la categoría (Cervera recuerda que ese era el objetivo cuando lo ficharon) cuatro semanas antes de finalizar la temporada.

Vista la trayectoria de uno y otro equipo, hacer un pronóstico es como tirar una moneda al aire. El Sporting, a pesar de todos los sinsabores, ha exhibido cierta solidez en los partidos en El Molinón, sacando adelante victorias importantes como las logradas ante el Zaragoza, Tenerife y Granada. El Oviedo, por su parte, es un rival incómodo que no pierde un partido desde el 26 de marzo, cuando cayó en Los Cármenes.

El Sporting busca cambiar su dinámica negativa en los partidos de rivalidad, en los que los azules se han mostrado mucho más fiables. Solo una victoria, con José Alberto López en el banquillo, han conseguido festejar los rojiblancos desde el regreso del Oviedo al fútbol profesional. Un bagaje muy pobre que no pasa inadvertido para los aficionados que reclaman, al fin una alegría ante el eterno rival.

Más allá del juego, escaso casi siempre en encuentros de este calado, nadie discute que la pasión y la emoción volverán a protagonizar el duelo regional por mucho que lo único que haya en juego sea el orgullo de derrotar al eterno rival.