Los Blanco Hevia -Mari Nieves, Miguel Ángel y sus hijas Andrea y Alba- y los Orviz Hevia -Leticia, junto a Javi padre y Javi hijo-. DANIEL MORA
Derbi asturiano

Real Oviedo - Sporting | Burbujas de aficionados de dos colores

Con el Carlos Tartiere vacío, serán grupos de máximo seis familiares o amigos los que preservarán la emoción y la rivalidad del derbi

MARÍA SUÁREZ / ANDRÉS MENÉNDEZ

OVIEDO.

Domingo, 11 de octubre 2020, 01:41

La cita de hoy entre carbayones y sportinguistas estará irremediablemente marcada por la covid-19. Será la primera vez que el Real Oviedo y el Sporting se enfrenten en este campeonato de Liga. También la primera vez que se vean las caras en ... un Carlos Tartiere privado de su voz, la de su afición. Y el segundo derbi de la historia que se juegue envuelto en ese silencio. El mismo que ya se vivió en junio en El Molinón y que solo se rompe con los gritos e indicaciones que se dan sobre el césped.

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El coronavirus parece no estar dispuesto a marcharse fácilmente y, de nuevo, ante la urgencia de frenar su avance, los piques, la emoción y la tensión del derbi se disfrutarán en pequeños grupos de familiares y amigos. Serán los guardianes hoy de esa rivalidad, de la fidelidad a unos colores, pero, en esta ocasión, en bares y hogares, y siempre respetando esa burbuja social o de protección, como la denominó la Consejería de Salud, que impone grupos de un máximo de seis personas para limitar el número de contactos estrechos y contener así posibles contagios.

Es el caso de las hermanas Mari Nieves y Leticia Hevia Álvarez y de sus familias. Si ser cuñado y llevarse bien es todo un reto, lo que logran Miguel Ángel Blanco y Javier Orviz tiene mucho más mérito aún. El primero, natural de Sotrondio, está deseando que llegue esta noche para ver todos juntos el derbi en casa del segundo, gijonés y ansioso por «el salseo» que supone seguir el duelo con el rival al lado.

«El plan es seguirlo en familia y que mis cuñados paguen las palomitas», bromea Blanco, carbayón porque tuvo «esa suerte» y convencido de la victoria azul. Orviz, que comparte sportinguismo con su mujer Leticia y su hijo Javi, es consciente de que en un derbi no hay favoritos y, aunque reconoce vivirlo con la misma intensidad que su hijo, disfruta compartiéndolo con sus cuñados y sobrinas. «Las hermanas han unido polos opuestos en el fútbol, pero nos complementamos», bromea también.

Blanco es, además, padrino de su sobrino Javi, pero su oviedismo no es problema para compartir uno de sus anhelos: volver a llevar a su ahijado rojiblanco a El Molinón lo antes posible. Alba y Andrea Blanco comparten rivalidad con su primo Javi. La primera, de 13 años, lucirá su camiseta azul el lunes pase lo que pase. Y la segunda, de 22, solo si la cosa sale bien.

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Armandín y Armando Martínez, a las puertas de su residencia de Ballota, en Cudillero. a.m.

Sin embargo, ambas coinciden en que es «mucho más divertido» verlo en familia. Además, ninguna de las dos tiene miedo al duelo. «No importa quién es el líder, esto es un derbi y lo vamos a luchar. Hay bajas, sí, pero los que salgan van a 'morder el prao'», avanza Alba, sobreponiéndose a las ausencias de Nieto y Arribas. «El Oviedo se va a crecer. La presión de no ganar derbis en los últimos años la tiene el Sporting», añade su hermana Andrea.

Javi, de 13 años, es junto Alba el más forofo. «Si perdemos será solo por el horrible arbitraje de Segunda. Llevaré la camiseta a clase sí o sí», aclara el joven aficionado, que acudirá a la cita familiar de etiqueta, con bufanda y mascarillas con sus colores. Para el rojiblanco, que confía en Djuka para decantar el derbi hacia el lado gijonés, ve al Sporting favorito, pero no se fía. «El Oviedo tiene bastante suerte en los derbis», advierte.

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La familia de Luis Rodríguez no va a tener demasiadas discusiones por el resultado de hoy. En todo caso compartirán el sentimiento de triunfo o de decepción. El patriarca de la familia, Víctor Rodríguez, empezó a seguir al Oviedo hace seis décadas. «El primer partido que vi fue hace 60 años. Fue contra el Zaragoza y jugaba el gran Sánchez Lage», rememora el ovetense. Tanto él como su hijo Luis acaban de renovar su abono completo. Ni siquiera una esposa y madre rojiblanca, porque así lo era su familia natural de Muñó (Pola de Siero), ha sido impedimento para que el oviedismo arraigue en casa. «Mi madre pasa bastante del fútbol, por la cuenta que le trae», bromea Luis sobre Ana Díaz, que se hace a un lado en la foto y deja el protagonismo a los suyos.

Las nietas Nora, Alba y Cristina también son carbayonas. «Es imposible que se diera lo contrario. Fuimos desde pequeños al campo y las crías son socias desde que nacieron. Ser del Oviedo es algo que forma parte de ellas», comenta el orgulloso padre y tío, que se confiesa «el más faltosu» de una familia igual de forofa.

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Aunque cada uno piensa en su propio equipo, Luis coincide con el pequeño de los Orviz Hevia. «Está claro que no soy parte objetiva, pero de los árbitros de Segunda mejor no hablar», apostilla, al tiempo que lamenta que al Oviedo «le está faltando la suerte que le sobra al Sporting».

Luis Rodríguez y sus hijas Alba –en brazos– y Nora, junto a su prima Cristina y el abuelo de las tres oviedistas, Víctor Rodríguez . pablo lorenzana

En lo que sí confía «plenamente» Luis es en el técnico azul, José Ángel Ziganda, al que define como «un paisano que sabe lo que quiere». «Solo queda que Borja Sánchez -autor del gol de la victoria en El Molinón- haga lo mismo que en el último derbi y que se den por fastidiados», arenga el propio carbayón.

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Piquilla en Ballota

Ha sido una semana distinta en Ballota, parroquia del concejo de Cudillero, que en invierno apenas alcanza los setenta habitantes y donde no hay una sola cara desconocida. «Llegas al bar y la piquillas están muy presentes. Hablamos de árbitros, de la situación de uno y otro equipo, de aquella derrota... Estamos así, picándonos entre nosotros todo el día», explica Armando Martínez, de 39 años y comercial de alimentos que él mismo envía durante interminables jornadas de casa en casa desde Busto hasta Piedras Blancas.

Paradójicamente, cuando regresa a la suya es cuando encuentra menos paz. Porque la rivalidad entre Armando y Armandin, para el desconcierto de Mari, la madre y esposa , que «pasa un poco del fútbol», como reconocen ellos, pero que esta semana al menos, entre tanta provocación, «se divierte bastante» . Su padre, Armando, de 81 años, es un seguidor acérrimo del Oviedo. Nunca olvida aquella tarde en la que los azules se enfrentaron al Madrid en el antiguo Tartiere y pudo ver en acción a Alfredo di Stéfano. «Esta semana vais crecidos, vais de subiditos, pero os vamos a ganar», le dice el padre, confiado como está después de lo sucedido en los últimos clásicos.

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«Olvídate papá, el Sporting va a ganar 0-2», le contesta desafiante Armandín, otro de tantos escépticos con Djuka que este año se están reconvirtiendo al goleador. Todavía recela del serbio, aunque le ve marcando en Oviedo. Pero a este vecino de Ballota, socio del Sporting y que espera que se acabe «de una vez esto» para volver a El Molinón y volver a estar junto a una afición que le tiene «impresionado y cautivado desde los años noventa», quien realmente le llena es Pedro Díaz: «Es que es muy bueno...». «Yo soy de Borja Sánchez. A ver si puede jugar.», exclama el padre, que no se ha olvidado del último derbi en El Molinón, cuando los de Ziganda se llevaron los tres puntos, dejando noqueado al proyecto de Miroslav Djukic.

Diego Batalla, Álvaro Vallaure, Fernando Menéndez, Ignacio Tellado, Gonzalo San Miguel e Ignacio Quirós. arnaldo garcía

Hay expectación para ver el derbi también entre Ignacio Quirós, Gonzalo San Miguel, Fernando Menéndez, Diego Batalla, Álvaro Vallaure e Ignacio Tellado. Amigos desde que crecieran juntos en el Colegio Inmaculada. En otra ocasión estarían en el Carlos Tartiere a pesar «de lo incómodo que se hace el viaje», pero han visto cómo la pandemia les deja sin animar a este ilusionante Sporting «otra vez de cantera, como tiene que ser siempre y no solo cuando hay crisis». «Toca terminar con la mala racha de estos últimos derbis en Oviedo. Vamos a ganar», asegura Menéndez. «Este equipo sí que nos engancha e ilusiona a todos, repleto de jugadores de la casa», proclama Tellado.

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El grupo lo forman más amigos, aunque cumplirán con las restricciones y únicamente se juntarán estos seis para acudir a una casa. Lo harán con optimismo porque «vamos líderes». «La situación es una pena porque prestaba ver el partido todos juntos, pero ¿qué le vamos a hacer?», mantiene Quirós.

«Tenemos por si acaso a Mariño, que es seguro el mejor portero de la categoría», apunta de nuevo Quirós. «Y ahora también al mayor goleador. No me esperaba este nivel de Djuka», dice Menéndez. «Ni tú ni nadie», exclama Vallaure entre risas.

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