Un agente de la policía especializado en la investigación de delitos informáticos.

Seis menores implicados en la difusión de fotos íntimas de decenas de chicas de Avilés

Dos de los jóvenes sospechosos de haber enviado este material residen fuera de Asturias |Una de las chicas cobraba tres euros por cada foto, según consta en autos

CRISTINA DEL RÍO

AVILÉS.

Viernes, 31 de mayo 2019, 01:11

La Fiscalía de Menores investiga a seis jóvenes, dos de ellos residentes fuera de Asturias, por la difusión de fotos íntimas de decenas de chicas de Avilés con edades comprendidas entre los trece y los diecisiete años. Las diligencias de investigación elaboradas por ... la Policía Nacional llegaron ayer al órgano judicial que, dado el volumen de las mismas, tardará en instruir el expediente y formular un escrito de alegaciones en el que se contenga una propuesta de sanción para quien o quienes finalmente resulten señalados.

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La primera denuncia por la distribución masiva de este material se presentó el viernes 17 en la comisaría de la calle Río San Martín. La noticia adelantada por EL COMECIO y LA VOZ DE AVILÉS animó a más víctimas a denunciar unos hechos que afectarían a 55 jóvenes, que voluntariamente habrían compartido con otros adolescentes varones fotografías semidesnudas y con poses eróticas. Según consta en los autos, al menos una de esas chicas habría cobrado tres euros por enviar cada una de sus instantáneas.

Las declaraciones se sucedieron durante los primeros días de la semana pasada hasta que, a principios de esta, los agentes de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer pudieron cerrar unas diligencias que contienen un número ingente de declaraciones y capturas de pantalla con el contenido gráfico que se ha difundido como la pólvora entre los móviles de los adolescentes.

Una de las chicas cobraba tres euros por el envío de cada foto, según consta en autosLa instrucción se espera larga por el ingente número de fotos y testimonios

La preocupación de la comunidad educativa por estos hechos es creciente. Todos los cursos se organizan sesiones formativas que alertan sobre el uso seguro del móvil, la privacidad y el control parental. Sin embargo, parecen tener poco eco. Tal como advertía el director de un centro a este periódico, «vienen pocos padres y los pocos que vienen son los que ya establecen controles y saben lo que tienen que hacer».

Fuentes policiales comentan que este tipo de asuntos es bastante habitual, pero pocas veces se denuncia. Las jóvenes (generalmente son ellas) prefieren enfrentarse en solitario a la «vergüenza» de saber que sus fotografías corren de móvil en móvil que denunciar e informar a sus progenitores de lo sucedido. En esta ocasión, se da la circunstancia de que las implicadas superan el medio centenar y que el sistema de distribución tiene visos de profesionalización. Los investigados se tomaron la molestia de clasificar las fotografías, agruparlas en carpetas y enviarlas como un 'pack'. De hecho, esta es la palabra que los jóvenes utilizan cuando le piden a otro sus fotografías subidas de tono. Con 'pack' resumen toda esta frase.

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Si este caso ha sacudido la actualidad informativa de Avilés en las dos últimas semanas, la nacional se ha visto sorprendida por el trágico desenlace que ha tenido la distribución viral de un vídeo sexual de una trabajadora de Iveco. Los expertos recuerdan que compartir este material es delito y los psicólogos apelan a la empatía y el sentido común.

El Código Penal español ha tenido que irse reformando progresivamente a medida que van apareciendo nuevos tipos de delitos, muchos de ellos relacionados con las nuevas tecnologías. En este sentido, la Fiscalía del Principado considera «positiva» la agravación de la pena en los casos en los que la intimidad de las personas es violada por el uso no autorizado de sus datos e información personal. En 2015 se tipificó por primera vez «la conducta del que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales de aquélla que hubiera obtenido con su anuencia en un domicilio o en cualquier otro lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando su divulgación menoscabe gravemente la intimidad personal de la misma», con agravantes si quien difunde ese contenido es la pareja o expareja, la víctima es menor o hay una finalidad lucrativa.

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Desde entonces, los fiscales asturianos ya han tenido que vérselas varias veces con este tipo de delitos. En la última memoria del organismo constan un total de dieciocho casos de revelación de secretos íntimos, una cifra idéntica a la del año anterior. Se refieren, además, tres denuncias por 'sextorsión', es decir, chantaje en el que se amenaza con distribuir contenido comprometido.

El envío de imágenes de contenido erótico a través del móvil es cada vez más frecuente, incluso entre los adolescentes, de ahí que en caso que ha salido a la luz estos días en Avilés el número de menores afectadas sea tan elevado y alcance las 55. Las jóvenes envían las imágenes a sus parejas, ligues o amigos, pero pierden pronto el control de las mismas y las fotos acabaron organizadas en carpetas y distribuidas de forma masiva a través de un enlace. El caso es de gran dimensión, pero un solo envío ya hubiera podido ser considerado delito.

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Muchos casos, no es este, no se denuncian, pero lo cierto es que cada vez es más frecuente ver este tipo de delitos en los juzgados. En la memoria de la Fiscalía se recogen algunos de los casos más sonados relacionados con el acoso y la obtención de imágenes íntimas a través de redes sociales y aplicaciones móviles. Chantajes, extorsiones, engaños... todo ello cada vez más a la orden del día, porque el sexo aparece ya íntimamente ligado al teléfono móvil.

El año pasado, sin ir más lejos, un entrenador de fútbol avilesino fue condenado a una multa por un delito de provocación sexual después de que reconociese haber enviado por WhatsApp un vídeo pornográfico a uno de sus pupilos, de catorce años de edad. Mientras tanto, en Langreo se condenó a un acusado de un delito de corrupción de menores, por hacerse pasar por una chica de 17 años en una red social y contactar con un adolescente, del que consiguió que le enviase fotografías y vídeos de contenido sexual.

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En este mismo concejo se registró otro caso de un hombre, titular de tres perfiles de una red social desde los que había colgado siete archivos con fotografías de menores de edad desnudas, con poses sexuales explícitas, que fueron remitidos a otro usuario mexicano de la misma red. El juzgado autorizó la entrada y registro en el domicilio del investigado en intervino su teléfono móvil, donde se hallaron, entre otras, fotografías de menores de edad desnudas. Uno de estos archivos fue compartido por el investigado con al menos otro usuario a través de una aplicación de mensajería.

El envío de fotografías se ha convertido ya en un elemento más del juego erótico, ignorándose los riesgos que esto supone y desoyendo los consejos de organismos que van desde la Policía Nacional al Instituto Asturiano de la Mujer.

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