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FERNANDO DEL BUSTO
AVILÉS.
Sábado, 27 de octubre 2018, 02:18
«Después de pasar por aquí, nadie dudará de la necesidad de utilizar el cinturón de seguridad en el coche». Y es que experimentar en un entorno seguro un vuelco de 180 grados en el interior de un turismo es una vivencia que no se olvida con facilidad. «Es como si King Kong jugase con el coche y nosotros somos un trozo de carne en su interior», describía Roberto Ramos, responsable de formación y auditor de seguridad en la Fundación de la Confederación Nacional de Autoescuelas para la seguridad vial y la movilidad sostenible (FCNAE).
La celebración de una jornada de la Asociación de Empresarios de Autoescuelas de Asturias motivó su presencia en la ciudad. Además de los participantes en el encuentro y periodistas, todo el mundo se podía subir en el simulador. Aunque no se trataba de un juego, era una forma práctica de comprobar la utilidad del cinturón de seguridad y la manera correcta de utilizarlo.
«Se cometen muchos errores que merman su eficacia», comentaba Roberto Ramos, «solemos comprobar que va bien pegado al pecho, pero no en la pelvis, también debe ajustarse bien». Otro error son las ropas de abrigo, que alejan el cinturón del cuerpo provocando una holgura que puede facilitar golpes de la cabeza con el techo en el caso de vuelco.
La sensación de peligro de estar boca a bajo en el coche se compensa con la seguridad del cinturón. «Imaginar una tableta suelta, un perro de treinta kilos o una persona sin cinturón de seguridad puesto. Es un peligro para los demás ocupantes».
En el simulador, el giro no permite apreciar la repercusiones de la aceleración. Pero ver las dos botellas de agua pasando cerca de la cabeza del conductor permite confirmar el riesgo que supone la necesidad de hidratarse o llevar la cesta de la compra sin la adecuada sujeción.
«Existen muchos más riesgos. Hay que poner la corbata por encima del cinturón para evitar la sensación de estrangulamiento. También la bufanda o el pañuelo. Si se lleva bolso, se debe dejar en el maletero; en uno de los bolsos del vehículo, debajo del asiento o asegurarlo con otro cinturón», explicaba Ramos en las diferentes demostraciones.
En cada prueba, los ocupantes pasaban unos segundos con el coche boca abajo. El cinturón de seguridad evitaba que cayesen. «En esta situación, la primera impresión es soltarse del cinturón, pero existe el peligro de desnucarse o golpearse la cabeza. Una vez que estemos asegurados con las piernas y vemos que no vamos a golpearnos, podemos soltarnos con cuidado».
FCNAE utiliza este simulador en demostraciones que realizan en institutos, cursos de formación, jornadas de seguridad vial. «El cinturón es mucho más importante de lo que se piensa. Puedes pensar que en ciudad no es necesario porque circulas a poca velocidad, pero se producen vuelcos en rotondas, al chocar con un bordillo o por que otro vehículo colisione con el tuyo», explicó Ricardo Gutiérrez, director de Relaciones Institucionales de FNCAE. Por eso, además de usar el cinturón, tiene que ser con seguridad.
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