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El Rey Felipe VI; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y el presidente del Principado, Adrián Barbón. E. C.
Día histórico con la apertura de la variante de Pajares

Moscovitas, historias cruzadas y siete minutos de silencio

Los 280 viajeros del tren contuvieron el aliento cuando llegó el momento de cruzar la cordillera a 201 kilómetros por hora

Ramón Muñiz

Oviedo

Miércoles, 29 de noviembre 2023

Tardó 19 años largos de obras y pruebas en llegar, y cuando lo hizo fue rápido. El tren inaugural accedió a la variante de Pajares por su lado sur, a las 16.03 de una plomiza tarde leonesa. Ángel González, el maquinista con nombre de poeta, alcanzó así la bifurcación del tiempo. A la derecha, la rampa que conecta Asturias con la meseta desde 1884. A la izquierda, una infraestructura del siglo XXI. Por primera vez en la historia un tren lleno de viajeros optaba por esta opción y marcaba el camino a los que desde hoy irán detrás.

En los coches de cabeza su Majestad Felipe VI compartía el momento con los presidentes del Gobierno central, Castilla y León y el Principado, Pedro Sánchez, Alfonso Fernández Mañueco y Adrián Barbón, respectivamente. El tren, con 280 autoridades, ingenieros, empresarios, representantes de la sociedad civil, familiares de Alejandro Rebollo y periodistas, fue superando hitos que costó cerca de 4.000 millones materializar.

Primero el túnel de Castro (de 463 metros), después el de Alba (1.132), más tarde Peredilla (711) y Buen Suceso (736). El tren fue dejando atrás el viaducto más largo y alto, el de Huergas.

Eran las 16.08 y a 157 kilómetros por hora el S-130 que presta el servicio Alvia accedió al lugar más esperado. La boca de los segundos túneles más largos de España y, dicen los que saben, la segunda obra más compleja afrontada en Europa.

El circuito de televisión se conectó a la cámara de cabecera para ver como veía el maquinista. Son 24,6 kilómetros de gris dovela, con tramos blancos por las planchas que redirigen las filtraciones de agua a la solera. Se hizo el silencio mientras el indicador de la velocidad subía hasta 201 kilómetros por hora imperceptibles. No hay el traqueteo. Tampoco, como en el puerto, cobertura de teléfono, salvo para las unidades GSM-R.

A más de mil metros bajo tierra fue momento de recordar a los que quedaron por el camino sin llegar a este momento. También las batallas que cada uno libró. Los ingenieros, contra una ladera y las filtraciones de agua. Los políticos, procurando presupuestos y estando encima de la gestión diaria. Los representantes de la sociedad civil, manteniendo álgida una reivindicación sostenida a lo largo de los años.

Fue intenso, también breve. Siete minutos de fotos y vídeos. Después, el S-130 salía de los macrotúneles por el viaducto del Huerna. Asturias asomaba por la ventanilla un fugaz segundo antes de que el tren enfilara los segundos túneles más largos de la infraestructura, los de Los Pontones. A las 16.15, en Pola de Lena, acabó el tendido de alta velocidad y volvió la paciencia de la red convencional.

El viaje terminó en Oviedo, tres horas y diez minutos después de la salida en el andén 21 de Chamartín-Clara Campoamor, en una unidad de blanco inmaculado que contrastaba con los tonos del resto de la flota.

Detalles en cada asiento

En los asientos, el Principado se había preocupado de dejar una bolsa de recuerdo, con Moscovitas de Rialto, una guía 'Lonely planet' sobre Asturias, una libreta y un identificador para maletas. La tripulación de Renfe recibió engalanada, preparada para ofrecer a todo el pasaje un menú consistente en embutidos, queso, salmón y macedonia, platos fríos guardados en un coche utilizado como almacén. La unidad fue completando kilómetros y recuerdos.

En un vagón se reencontraron Mercedes Fernández y Mariano Santiso. Ella, del PP. Él, de IU y CC OO. Juntos sacaron adelante la ley que mandató dar urgencia a las obras. «Nos ha faltado ambición colectiva para llevar el ancho europeo hasta Gijón y Avilés», señaló la primera. Santiso unía la satisfacción por lo conseguido con la responsabilidad propia de su trabajo en Renfe.

En un asiento próximo, a Adriana Lastra, diputada del PSOE y «única embarazada en el tren, al menos que se sepa», no se le emborronaba la sonrisa: «Esto va a significar mayor riqueza y un cambio de paradigma».

En el coche reservado a Adif, Raúl Míguez Bailo, director de obra primero y jefe de infraestructura luego, entre 2004 y 2009. Le tocó la fase de perforación. «Llegamos a tener una inundación tan masiva en el lote 2 que no había forma de controlarla. Temimos que arruinara la tuneladora». Junto a él, su sucesor, José María Jiménez, al que le tocó lidiar con la ladera. «Al principio pensábamos que esa fase sería la más dura, pero al final lo que más tiempo nos llevó fueron esos deslizamientos», asumía.

Fue un tren de detalles. El padre Ángel estaba en el pasaje. «Nadie me lo ha pedido pero voy a bendecir el tren», confió. «Asturias ya por fin forma parte de España», consideraba, al tiempo que recordaba que un veterano como él sabía lo que era cruzar la cordillera en vagones de madera. El presidente de la Cámara de Oviedo, Carlos Paniceres, lucía en la solapa un pin del CDS, como homenaje a Alejandro Rebollo: «Le oí tantas veces en la Plataforma Pro Variante...».

Entre los invitados, los exministros Madgalena Álvarez (PSOE), Íñigo de la Serna (PP) y José Luis Ábalos (PSOE). «Habrá un antes y un después de esto; seguro que los asturianos lo sabrán aprovechar», dijo ella. «Estos actos hacen verdaderamente marca España», indicó el exalcalde de Santander. Los tres soñaron en algún momento con abrirla estando en el cargo y dieron fechas que se quedaron por el camino. «Nunca di una fecha política, todas estuvieron avaladas por los técnicos. A veces dan alguna previsión optimista para agradar al superior», se defendía Ábalos.

Fue pisar Oviedo y escuchar las gaitas, los tambores, también la marabunta de quienes protestaban. En el bolsillo del pasaje queda un billete único, sin número asignado, de un viaje que solo se puede hacer una vez. El de la inauguración.

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