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LAURA MAYORDOMO
FELECHOSA (ALLER).
Sábado, 10 de febrero 2018, 02:43
«Mira cómo estaba la calle el jueves por la mañana». Inmaculada Orellana muestra una foto del barrio de la Ermita de Felechosa en su teléfono móvil. Es una imagen de postal. Medio metro de intacta nieve blanca a la puerta de la casa de su padre, Sindulfo, ingresado en el hospital Álvarez Buylla desde el pasado 31 de enero por una insuficiencia renal aguda. La foto fue tomada la misma mañana en que los médicos del centro hospitalario pretendían darle el alta. Pero con esa nevada es imposible que la ambulancia que lo tiene que trasladar a la casa llegue hasta la misma puerta. La hija lo comunica en el hospital y se decide aplazar al menos un día su salida.
Mientras tanto, en Felechosa, su prima y quien se encarga del cuidado del anciano, emigrante retornado de Alemania, de 94 años, habla con el alcalde de Aller. «Esto es una vergüenza», le reprocha. En el pueblo las máquinas solo despejan la carretera general, dejando impracticables los accesos a decenas de viviendas. «¿Y si ocurre una emergencia? ¿Y si hay que evacuar a algún vecino? Aquí no entra una ambulancia», le espeta Felipa Álvarez. Lo constata el técnico de Transinsa, empresa concesionaria del transporte sanitario en Asturias, que ese mismo día se acerca a la zona para comprobar si es posible realizar el traslado. Así, imposible, concluye.
Ayer, a las once y media de la mañana, José Manuel Castañón, técnico de ambulancias desde hace diecinueve años, volvió al barrio de la Ermita. La pala del Ayuntamiento está haciendo su trabajo y la calle de Sindulfo ya está prácticamente despejada. Han tomado la precaución hasta de dejar libre de nieve una zona para que la ambulancia pueda dar la vuelta sin problema. Cuando el anciano abandona el hospital de Mieres a bordo de una ambulancia todoterreno, es la propia Felipa la que tira de pala para limpiar los apenas tres metros de calzada que quedan nevados.
Una pala como la que no falta en las ambulancias desde que empezó el temporal. «Cuando hay una urgencia hay que llegar como sea, así que si tienes que limpiar la carretera de nieve para llegar hasta una casa, sacas la pala y a palear», cuenta Saúl Morais, que lleva cuatro conduciendo ambulancias en el Área Sanitaria VII (la cuenca del Caudal). Los profesionales del transporte sanitario saben que estos días es fundamental extremar la precaución al volante. Con la nieve agolpada a ambas márgenes de la calzada, las carreteras quedan muy estrechas y eso complica las cosas, sobre todo cuando te encuentras de frente con otro vehículo», cuenta Castañón. Encargado de las emergencias en la zona del alto Aller -en concreto entre Misiegos y La Raya, en lo alto del puerto de San Isidro- no es extraño que tenga que recurrir al uso cadenas cuando las condiciones climatológicas se lo ponen difícil.
«Más que llegar, a veces lo complicado es sacar al paciente y meterlo en casa, porque suelen ser viejas, poco accesibles y con unas escaleras que...», relata. A Sindulfo hubo que subirlo ayer a la primera planta. Costó, dadas sus hechuras de hombretón bien armado, pero al menos, ya está en casa.
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