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La primera dovela para ejecutar la variante de Pajares se puso en 2004 y desde entonces las obras han monopolizado el debate en la región, limitando la atención al resto de cuestiones pendientes. El Ministerio de Transportes prevé abrir los nuevos túneles «a inicios» del ... próximo año, según confirmó su titular, Raquel Sánchez, un hito que obliga a volver la vista hacia la planificación del resto de piezas de la red convencional. En su entrevista con EL COMERCIO, Sánchez expuso sus intenciones sobre la rampa de Pajares, el tramo Lena-Gijón, las cercanías y el corredor Cantábrico, asuntos que han protagonizado el debate hoy en la Junta General.
La planificación para el tramo Lena-Gijón incluye dos reformas principales. Entre Gijón y Oviedo se está ultimando un estudio informativo para una variante de Villabona que permita incrementar la capacidad de circulaciones, servicios directos entre Gijón y Avilés, un ramal de acceso al polígono de la ZALIA para su futura estación intermodal. El coste estimado de la actuación es de 270 millones. Al sur de Oviedo el Adif está cerrando un proyecto de reforma integral valorado en 71 millones que contempla la permeabilización de circulaciones entre Soto del Rey y Lena. Ambas mejoras ahorrarían unos cinco minutos cada una, una ganancia que repercutiría en cercanías y servicios de larga distancia.
«El esfuerzo inversor tiene que ir acompañado de mejoras para dotar de estándares de autopistas ferroviarias al tramo Lena-Gijón», reclamó esta mañana el consejero de Cohesión Territorial, Alejandro Calvo. Sobre el proyecto de puesta al día del segmento Lena-Oviedo, el consejero insistió en «la necesidad de abordar microvariantes para dotarlo de estándares de autopistas ferroviarias», agregó. «La inversión movilizada debe garantizar que el ferrocarril juegue un nuevo papel», defendió. La apuesta del Principado por un trazado que opere como autopista ferroviaria se viene deslizando en las últimas reuniones de la Alianza de las Infraestructuras; este tipo de sistemas facilitan el paso de semiremolques de los camiones a los vagones de la composición. El Ministerio de Transportes lleva tiempo analizando la red ferroviaria nacional para impulsar este formato, pero el mayor inconveniente que tiene el objetivo es que exige gálibos amplios en los túneles.
Adrián Pumares, por parte de Foro, apostó por el mantenimiento de la rampa de Pajares una vez abra la variante. Según recordó, «ninguna vía convencional se cerró por abrir un tramo de alta velocidad como la variante». El diputado lamentó que en la entrevista con EL COMERCIO, la ministra viera «ilógico» seguir financiando una rampa de Pajares que precisaría de unos 700 millones a lo largo de 15 años, todo ello tras los casi 4.000 que costará la variante. «Las declaraciones de la ministra están llenas de sentido común», opuso el consejero. Calvo se mostró partidario de explorar oportunidades de continuidad para la rampa de Pajares «pero no lo convirtamos en una prioridad hasta que resolvamos otra». «Nuestra movilidad necesita transformarse con dinero y gestión, no con declaraciones en contra de la lógica», zanjó el titular de Cohesión Territorial.
Sobre la situación de las cercanías preguntaron Dani Ripa, de Podemos, y Ovidio Zapico, por parte de IU. El primero se hizo eco del anteproyecto de ley de movilidad y leyó el párrafo que ha hecho saltar las alarmas en otras comunidades y entornos ferroviarios. El texto indica que «el transporte ferroviario es una fórmula muy eficiente, tanto desde una perspectiva medioambiental como económica, cuando el nivel de utilización es alto, pero no lo es en caso de niveles muy bajos». Sobre esa base postula que el tren «no puede ser la mejor solución para territorios de baja densidad de población. Ninguna sociedad puede permitirse financiar con dinero público trenes que vayan vacíos, porque ello tiene un coste de oportunidad (el dinero se podría dedicar a mejores usos para la ciudadanía)». Para el diputado de Podemos, la iniciativa es la consecuencia de «un abandono histórico que han sufrido las cercanías», es «un desmantelamiento planificado». El consejero replicó que la propia ministra se ha comprometido a no cerrar línea alguna de cercanías, culpó del deterioro de la red a «los casi diez años de ausencia de inversiones, un deterioro planificado por el PP que evidenciaba su intencionalidad de privatizarlo o devaluarlo». Ahora, subrayó, el ministerio avanza en un Plan de Cercanías que ronda los mil millones, «un punto de inflexión que no ha logrado aún que la calidad del servicio sea capaz de llenar trenes, como es nuestro empeño».
Por su parte Ovidio Zapico se felicitó de la promesa de los mil millones para cercanías pero «habría que pasar a un impulso más firme que suponga un vuelco estructural». A su juicio lo que ahora se está haciendo «a duras penas sirve para poner parches», de ahí que inste a comenzar las obras de actuaciones de mayor envergadura, entre las que citó el soterramiento de Langreo, el plan de vías de Gijón y el desdoblamiento de Gijón-Noreña.
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