El presunto agresor sexual de Gijón fue investigado en 2022 por facilitar drogas a menores a cambio de sexo

Para ello, según recoge el atestado policial al que ha tenido acceso EL COMERCIO, «utiliza un local que no está abierto al público, donde da alojamiento a jóvenes y menores que se encuentran fugadas de su domicilio o del centro en el que deben de estar internadas». Hecho este último que en el atestado se da por acreditado en el caso concreto de una menor que, en el momento de los hechos, tenía 14 años. Concluyen los investigadores que «estas menores fugadas y en situación de desamparo carecen de medios económicos, por lo que el acusado podría, presuntamente, solicitarles u obligarles a mantener relaciones sexuales a cambio de facilitarles las sustancias y acogerlas en su local».

El acusado, que ya tenía antecedentes previos por resistencia y desobediencia a la autoridad –en dos ocasiones–, fue detenido en el mencionado local de Gijón. Según describen los policías que realizaron el registro, al fondo del mismo había un habitáculo con una cama junto a la que se encontraron distintos botes de medicamentos, algunos vacíos, más de cincuenta gramos de hachís, dos pesas, medio gramo de MDMA, pastillas... A continuación, en su domicilio familiar, otra báscula y restos de lo que aparentaba ser hachís, además de botes vacíos de diferentes medicamentos.

Mientras el equipo de Estupefacientes de Gijón investigaba el caso, otra investigación salió a la luz. Apenas unos días antes, en julio de 2022, se le toma declaración a una menor en Oviedo. Esta explica que en marzo de ese mismo año se había iniciado en el consumo de éxtasis, y que para financiar dicha adicción vendía cocaína y setas alucinógenas que le facilitaba un joven que tenía un local en el barrio gijonés de La Calzada. Tras las pesquisas llevadas a cabo, se identifica al presunto autor. Y de nuevo era la misma persona. Podríamos estar hablando de una tercera víctima.

Hay más menores en los vídeos a los que la Policía Nacional ha tenido acceso en los registros de sus equipos informáticos y su teléfono móvil, por lo que podría haber más víctimas de abusos sexuales. De hecho, algunos de esos vídeos podrían ser calificados como pornográficos. Se da el caso, como contamos, de que al menos dos de las víctimas del presunto depredador, con poco más de un año de diferencia, eran residentes en un centro de menores del Principado. La que habría sido agredida en julio de 2022, se fugó al menos en siete ocasiones, y constan dos denuncias previas por agresión sexual en su historial.

No es de extrañar que las familias de las residentes hablen de descontrol en los centros de menores y pidan soluciones, aunque no parece que sea ese el único fallo del sistema. Resulta preocupante que desde julio de 2022, cuando se le investigó en relación a la primera agresión sexual, hasta septiembre de 2023, cuando se le detuvo en relación a la sufrida en agosto por la segunda de las menores tuteladas, el sospechoso haya seguido actuando con impunidad, dejando constancia de sus juergas en sus redes sociales. Aún hoy se pueden ver en su perfil, abierto al público, algunas de esas imágenes, incluida una del acusado desnudo con una de sus víctimas.

En resumen, al menos tres niñas vulnerables que han caído en manos de una «organización criminal», dos de ellas durante una fuga de un Centro de Menores del Principado. Y el acusado, pendiente de juicio. Este periódico no ha podido confirmar que, en estos momentos y con este historial, se encuentre detenido.