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ELENA RODRÍGUEZ
GIJÓN.
Domingo, 4 de septiembre 2022, 01:10
«Un septiembre durísimo», dicen los padres de la pública. «Esto no hay economía que lo resista», añaden los de la concertada. Con la inflación interanual de agosto en el 10,4% por la subida de la electricidad y los alimentos, y el incremento de ... las hipotecas, llega la vuelta al colegio. Un regreso a las aulas marcado en esta ocasión por la aplicación de la nueva ley educativa, la LOMLOE, en los cursos impares y que, en función de los centros, lleva aparejada un cambio de los libros de texto. Hay colegios que han decidido mantenerlos por la tardanza en la aprobación de los currículos y «no aventurarse a comprar a lo loco» y hay quienes han optado por cambiarlos. La consejería insiste es una cuestión que se circunscribe a la autonomía de los centros y que hay metodologías alternativas.
En el caso de haberlos renovado, el coste medio de los manuales para las familias se sitúa en 174,19 euros, según el muestreo y los datos recogidos de venta directa en los centros, grandes superficies y Amazon por parte del comparador financiero Bamqui.
Si a este desembolso se suma el del uniforme, con un coste medio por alumno de 209 euros, el gasto se eleva hasta los 383 euros, un 4,09% más que hace un año. Hasta aquí, un promedio de lo más básico, pero la cifra que puede ser mayor, dependiendo de si es necesario comprar material escolar, cuyo gasto medio se sitúa en algo más de 30 euros. En el caso de la concertada, pendiente del IPC de septiembre, se prevén alzas en el transporte por la subida del gasoil. También, en el comedor, aunque los centros avanzan que serán sensibles con las familias más vulnerables.
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En cuanto a los libros, por lo general han subido alrededor de cuatro euros, aunque hay incrementos de 9,5 en los de Secundaria de la concertada y de hasta más de 18 en los de esta etapa en la privada, según dicho muestreo. También varía mucho el tipo de escuela en que se estudie. Los de Infantil se sitúan en 74 euros en la pública, 98 en la concertada y los 126 de la privada; los de Primaria, en 158, 168 y 214, y los de Secundaria, en 194, 252 y 280.
Las cifras casan con los datos, en números redondos, que ofrecen los libreros: los manuales de Primaria cuestan unos 200. Los de Secundaria, unos 300.
¿Qué hay detrás de su incremento? Por un lado, la subida del papel, extensiva a todo el mercado del libro. Quienes conocen mejor el sector aseguran que escasea la pasta de papel, pero los factores que más están repercutiendo son el aumento del coste de la energía para producirlo y del transporte al tener que importarlo. El presidente de la Asociación de Librerías del Principado, Rafael Gutiérrez Testón, hace otro apunte: «Año a año, las editoriales suben los precios. Habría que preguntarles en marzo y abril, cuando llega su oferta, por qué. Nuestros márgenes son muy pequeños. Y en Infantil y Bachillerato (etapas no obligatorias) el precio es el que marcan. Al igual que la sociedad, los demás eslabones nos esforzamos por ajustar precios a costa de los escasos márgenes. Sin embargo, ellas incrementan beneficios. Librerías y distribuidoras nos sentimos maltratadas por las editoriales».
Testón -que ve «perfectos» los bancos de libros y el intercambio que impulsa el Conseyu de la Mocedá, porque «el libro es una necesidad y supone un gasto extraordinario»- aboga por que sea el Ministerio de Educación quien elaborare los manuales.
En referencia a «las grandes diferencias que hay en la red pública respecto a los manuales», recuerda que «todo depende de los centros y de qué 'recete' cada uno. Hay algunos -cita el colegio Jovellanos de Gijón- que solo han pedido un libro para tercero, cuarto, quinto y sexto de Primaria. Un cuadernillo de Inglés, de unos 28 euros. El resto lo aporta el centro. Pero hay otros que piden doce. Es una diferencia muy grande para los familias». Y, dentro de la concertada, hay padres que trasladan su «indignación» -con queja incluida a la Unión de Consumidores- por el precio del libro de Religión de Bachillerato, de 42 euros, «cuando el de ESO es igual y cuesta la mitad».
La campaña viene marcada además por la demora en los currículos y la tardanza, por tanto, de los manuales. A la librería de Testón, La Buena Letra, faltaban estos días por llegar seis libros de Secundaria. Y la impresión general es que hasta esta primera semana de septiembre, las ventas son inferiores, aunque creen que a lo largo del mes remontarán. «Ha habido algo de movimiento, pero las familias están esperando hasta última hora. Procuran tirar de los bancos de libros de texto, ver si los colegios se los pueden proporcionar», afirma Marta Pasarín, dueña de la librería Moila, en Gijón. «Estamos bien cubiertos de libros, falta algún título en concreto de Primaria, porque hay editoriales que están publicando ahora».
Sobre el material escolar, que también vende, indica que «hay artículos que llevaban mucho tiempo sin subir». La mayor alza, reitera, es la del papel. «Paquetes de folios que antes estaban a 3,95, ahora a 5,95. Las libretas más baratas han pasado de un euro a 1,20 y las más caras, de 2,5 a 3 euros. Las propias tiendas estamos asumiendo también las subidas. Si ahora estamos en un momento cumbre de aumento de precios, los rebajamos con el stock que ya teníamos».
Las mochilas han subido unos dos euros. «En nuestro caso apostamos por la buena, la cara, y el que viene sabe que paga 40, 50, 60 euros, pero que le aguanta dos, tres, cuatro y hasta cinco años». Eso sí, advierte de que este año «hay menos existencias, porque hay muchos diseños que se fabrican en China y traen menos. Lo notan los mayoristas a la hora distribuir. Tampoco te garantizan que vayas a poder reponer».
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Ese menor movimiento de ventas también se deja notar en otros negocios. «Este año están más flojas», asegura Geli López, empleada en la tienda de uniformes Aidée de Gijón. Y eso que «la ropa del colegio -que ronda en total los 200 euros, en línea con lo que recoge el estudio de Bamqui- no es que haya subido mucho: dos, tres, cuatro euros por cada prenda (el pantalón, el polo, el baby). Lo que no se han encarecido son los jerséis (a 26, 28 y 30 euros)».
Sin embargo, el incremento de precios preocupa y el temor a una nueva crisis, también. De ahí que «si antes llevaban dos polos, ahora uno. Lo mismo con las camisetas interiores». Asimismo, ve que «vienen muchos abuelos a comprar los uniformes para ayudar a sus hijos». En la mercería El Rincón de La Costura, en el barrio gijonés de El Llano, su propietaria, Jovi Peralvo, indica que este año tiene la mitad de pedidos de mandilones. En este sentido, hay colegios que, en un gesto hacia las familias, han decidido que los niños pasen de curso con el mismo mandilón del año pasado y que el color no cambie. Y, en cuanto a los arreglos de ropa, la subida de precios también ha habido que trasladarla. La bobina de hilo subió en enero y marzo, han subido los botones, las cremalleras, los bies... Por el transporte».
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