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Efectivos de la UME, durante las labores de extinción en el Naranco. FOTOS: ALEX PIÑA Y PABLO LORENZANA
Incendios en Asturias

Las llamas arrasan el monte Naranco y obligan a desalojar a cien vecinos

Doce focos simultáneos e «intencionados», según el alcalde, que requirieron el refuerzo de la UME, ponen en vilo a los ovetenses

R. Agudín / A. Arce

Oviedo

Sábado, 1 de abril 2023, 04:12

«Doce focos simultáneos» e «intencionados», en palabras del alcalde Alfredo Canteli, se desataron entre la una y las dos de la madrugada del viernes arrasando una superficie, de momento, «incalculable» del monte Naranco, el pulmón verde de Oviedo, y obligando a desalojar de sus viviendas a un centenar de vecinos. Las llamas mantuvieron en vilo a los ovetenses. El temor y la preocupación fueron los dominantes durante toda la noche y el día que la siguió. Todos los efectivos posibles -45 entre Bomberos, Policía Local y Protección Civil- lucharon de forma incansable contra las voraces llamas, avivadas por unas rachas de viento cambiantes que hicieron que combatirlas fuera una tarea aún más difícil. «Se iba trasladando de un lado a otro y casi no sabías de dónde venía el viento», explicó el edil de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado, que siguió el operativo de cerca desde las dos de la madrugada. Una larga noche.

Todos, con la mirada puesta en el Naranco, vecinos que debían abandonar sus casas, otros que temían por las suyas... Un escenario nunca visto, en el que Oviedo recibió la ayuda de la UME con base en León. Toda mano es poca en una Asturias que ayer ardía. Durante la noche, Oviedo también solicitó ayuda al Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), pero «estaban peor que nosotros», informó el edil.

En el Naranco, las llamas rápidamente rodearon la carretera de acceso al Pico Paisano, acercándose al Sagrado Corazón, así como a los pueblos de Constante y Fitoria. Las llamas se tornaron en muchos momentos «incontrolables», especificó el alcalde, Alfredo Canteli, quien desde primera hora recorrió las zonas afectadas. Hubo momentos muy críticos, como cuando el fuego cercó la parrilla Buenos Aires y una casa en las inmediaciones, propiedad del exconcejal y presidente de Aspaym, Eduardo Llano, que tuvieron que abandonar en medio de la noche. «El restaurante se salvó por los pelos; fue un fuerte susto y se personó allí del dueño», apuntó Prado.

A las dos de la madrugada, los accesos a la cima del Naranco se cerraron y también la pista finlandesa fue cortada al paso. Pasadas las tres, las llamas empezaron a avivarse en Fitoria, obligando a un centenar de vecinos a desalojar sus viviendas. Una casa, en ese momento «deshabitada», sufrió daños por el fuego, mientras otras muchas corrían serio peligro. Los bomberos se emplearon a fondo para mantenerlas seguras, y no fue hasta el amanecer cuando los vecinos pudieron volver poco a poco a sus hogares.

Pero a aquella hora, la situación se volvía a descontrolar en el Naranco: la lengua de fuego cercaba el monumento al Sagrado Corazón y volvía a poner en peligro la casa ubicada cerca de la parrilla Buenos Aires.

Fase de emergencia 2

El Ayuntamiento declaró la fase de emergencia en su nivel 2. «Incendios de tal calibre nunca habían pasado; el avance de las llamas es terrorífico y el fuego ha sido intencionado», señaló el alcalde. «Parece que puede haber ya alguna localización de gente que a ciertas horas anduvo por aquí; el disgusto es más que tremendo». Una hora después fue más rotundo al ser preguntado por posibles autores. «Qué más quisiera que saber que quiénes son los sospechosos, verles la cara para llamarlos hijos de puta», afirmó con vehemencia.

Un vehículo de mandos de la UME, en el aparcamiento de los monumentos. R. A.

Durante la mañana, las ráfagas de viento volvieron a complicar los focos. Las llamas en Fitoria se reavivaron y los vecinos sacaron mangueras para atacarlas. También lo hacían en Constante, en el Naranco. Algunos propietarios de las viviendas salieron de sus casas a las diez de la mañana y por la tarde aún no habían podido volver.

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A las tres de la tarde, ya estaba actuando la UME con base en León. De forma paralela, los bomberos seguían combatiendo el fuego. La situación fue tan complicada en el Naranco que el Centro Asturiano cerró ayer sus puertas ante la falta de seguridad. «Tomamos la decisión porque por la tarde íbamos a tener allí a 1.200 personas», según explicó su presidente, José Manuel Granda. Ya por la tarde se informó a los socios de que hoy el club de campo reabriría. Anoche la UME abandonó el Naranco.

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