Punto lila habilitado en la gijonesa zona de Fomento. JOAQUÍN PAÑEDA

Las fiestas en Asturias se blindan a las agresiones sexuales

La Fiscalía constató 314 ataques en 2018, pero se estima que el 85% de las víctimas «no denuncia» | Los ayuntamientos, «concienciados» en la necesidad de atajar este tipo de conductas, refuerzan la seguridad durante sus festejos

LAURA MAYORDOMO / EUGENIA GARCÍA

GIJÓN.

Sábado, 10 de agosto 2019, 02:31

Desde la pasada madrugada, el punto lila que ofrece información y atención frente a agresiones sexistas en la zona de Fomento, en Gijón, estará abierto todos los días mientras dure la Semana Grande. El dispositivo, que, desde junio funcionaba solo ... las noches de los viernes y sábados, es una de las medidas desarrolladas en el marco del Plan de Actuación Integral sobre los espacios y tiempo de ocio que el Ayuntamiento de Gijón aprobó en 2017 para atajar las agresiones machistas. Un ejemplo de las múltiples iniciativas que, en toda la región, están llevando a cabo administraciones locales y distintas organizaciones, como la asociación Mujeres Jóvenes de Asturias, Cruz Roja y el Conseyu de Mocedá.

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Con una estadística -la reciente de la Fiscalía, de 2018- que refiere 314 denuncias por agresiones y abusos sexuales, exhibicionismo y violaciones el año pasado en Asturias y la certeza de que esa cifra no revela el alcance real del problema, la preocupación entre los responsables municipales «sigue existiendo». De ahí que las medidas de seguridad y prevención se refuercen en las principales citas festivas del verano astur, desde la noche de San Juan, las recientes romerías del Carmín y el Xiringüelu, el siempre concurrido Sella o festivales musicales de todo tipo. Entre los responsables municipales «existe una total concienciación» en la necesidad de atajar estos abusos, «especialmente en los municipios en los que se celebran fiestas que, por su carácter multitudinario, entrañan mayores riesgos», apuntan fuentes de la Federación Asturiana de Concejos (FACC). El órgano supramunicipal celebró precisamente el año pasado una jornada -en colaboración con el Instituto Asturiano de la Mujer y Delegación del Gobierno- en la que se formó a cerca de ochenta personas, «personal no especializado», en el abordaje de estos casos. Los conocimientos adquiridos entonces por los miembros de las policías locales, protección civil, empresas de seguridad privada y miembros de sociedades de festejos -y que ellos se encargaron de difundir en sus respectivos municipios- son los que ahora se están poniendo en práctica. El objetivo, en todos los casos, es «tener la fiesta en paz».

El número de denuncias por delitos sexuales no ha hecho más que crecer en Asturias en los últimos años -la cifra de 2018 es un 61% superior a la de un año antes y un 42% más que en 2016- y la explicación, según apuntaba la fiscal superior, Esther Fernández, es sencilla: «Hay más casos». Estos delitos suponen ya el 0,9% de los que se cometen en el Principado. «Es cierto que las mujeres se animan más a denunciar», anota la presidenta del Centro de Atención a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos de Asturias (Cavasym). Pero también que ese porcentaje no supera el 15%. «El resto está oculto. Hay mujeres que vienen y no quieren denunciar, vienen a pedir ayuda psicológica pero todavía sienten miedo, vergüenza...».

De ahí la necesidad de incidir en la educación efectivo sexual de los jóvenes, dice el presidente del Conseyu de Mocedá, Álvaro Granda: «El foco se ha de poner en el agresor, no en quien ha sido la víctima de la agresión», insiste.

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