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Emplazó e invitó a la fiesta, pero también al respeto, a la convivencia, a disfrutar sin molestar al de al lado, al goce mayúsculo pero también a la moderación. Sheila Posada, la patinadora de las 129 medallas de oro, se ha colgado otra esta ... noche en Gijón, porque con su pregón no solo se ha acordado de todos los que participan de la Semana Grande pero no disfrutan de ella sino que la trabajan y porque clamó para que todas las mujeres puedan pasarlo pipa sin miedo, sintiéndose seguras. «Que nos respetemos, que respetemos a las mujeres, que nuestras vecinas, hermanas, madres, esposas y todas las mujeres que nos visitan se sientan seguras en las fiestas de Gijón, que en Gijón sabemos mucho de respeto, de convivencia y esta Semana Grande no va a ser menos», dijo a una abarrotada plaza Mayor antes de definir a gijoneses y asturianos como acogedores, amables, grandones y buenos de corazón y gritar bien alto: «¡Gijón, que comience la fiesta! ¡Viva la Semana Grande! ¡Viva el Club Patín Pelayo! ¡Viva Gijón! ¡Puxa Asturies!.
Sheila Posada había invitado ya antes a disfrutar de una «Semana Grande espectacular», a compartir la fiesta «con moderación respetando a los demás». Pidió dejar dormir a quien quiera, limpieza para las calles y respeto para quienes trabajan mientras otros están de folixa: taxitas, conductores de autobús, camareros, hoteleros, hoteleros, salvamentos, heladeros, policías, bomberos, comerciantes, servicios de limpieza, músicos, artistas...
A todos ellos les dio el protagonismo final de un pregón que, acompañada solamente en el balcón por la alcaldesa, Ana González, y el concejal de Cultura, Alberto Ferrao, comenzó con comentarios de índole personal, confesándose sorprendida de haber llegado a ser quien dé el pistoletazo de salida a las fiestas de la ciudad. No fue ajena a «la contradicción» que supone llamar a la fiesta quien tampoco la ha catado demasiado por aquello de una vida dedicada al deporte. Pero, aclaró, «el deporte no está reñido con la música, con la gastronomía, ni con la cultura». Habló de sus recuerdos, siempre sobre patines, de cómo su hermano Iván fue el culpable de su pasión, de cómo del colegio Eduardo Martínez Torner iba a patinar al Instituto Mata Jove, al campus universitario. «Nunca me he parado a pensar qué me he perdido, nunca he pensado qué era mejor o peor; para mí, el patinaje es un hábito del que he aprendido muchos y buenos valores que, a día de hoy, intento transmitir con quien conparte conmigo el día a día en Club Patín Pelayo y en las pistas», dijo. Aprovechó el balcón para pedir más apoyo y visibilidad para esta disciplina porque, a Gijón los grandes éxitos deportivos llegan sobre patines y, en muchas ocasiones, de manos de mujeres». «¡Viva el patinaje y viva el deporte femenino!», gritó entre aplausos.
Tras el pregón, Víctor el de Cimavilla, que dedicó su primera canción a «los jóvenes que han emigado, para su pronto regreso», entonó con el público como coro colectivo 'Gijón del alma' y 'Asturias patria querida'. Luego llegó la gala del XIX Festival Internacional de Bandes de Gaites Villa de Xixón.
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