EDUARDO PANEQUE
GIJÓN.
Domingo, 24 de abril 2022, 04:25
El epidemiólogo Daniel López Acuña cree que la retirada de las mascarillas en interiores solo contribuirá a generar «falsas seguridades». Durante una entrevista concedida al programa 'La Lupa' que dirige Juan Neira, pidió que se reconsideren algunas de las medidas de protección que se ... han ido eliminando en las últimas fechas.
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Daniel López Acuña ha sido una de las voces autorizadas durante la pandemia. A él han acudido gobiernos como el asturiano en busca de asesoramiento para la adopción de medidas. Fue denominador común, ola tras ola, que el epidemiólogo advirtiese de que se estaban levantando demasiado rápido las restricciones. Ahora, con el decreto que elimina la obligación de usar la mascarilla en interiores -salvo en determinados entornos-, tres cuartos de lo mismo.
«Es una decisión precipitada, temeraria y prematura», señala. A su juicio lo deseable es que se hubiera esperado a que la incidencia y la transmisión comunitaria fuesen menores. «Cuando estamos aún con personas asintomáticas positivas que no son aisladas y han vuelto a su trabajo, el riesgo de contagio se incrementa». Quien fuera directivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cree que lo único que se está haciendo es crear falsas seguridades» que, siguiendo su argumentario, hay que enmarcarlo como «un gesto de cara a la galería de que hemos terminado con la fase crítica de la pandemia».
Esta decisión de la retirada de mascarillas no es inédita en España. Ya existen experiencias en otros países. «Austria volvió a implantarla», recuerda, López Acuña, quien apunta a un incremento de los fallecimientos en algunos puntos del planeta como consecuencia de esta decisión. También expone la controversia surgida en Estados Unidos donde una juez ha prohibido su uso en el transporte público, contraviniendo lo que viene establecido desde el Centro de Control de Enfermedades de este país. «Eso es a lo que no debemos llegar. Es una falsa noción de libertad con la que pondremos en peligro la vida de otros».
Le molestan los lemas que se han podido leer estos días del tipo «nos volvemos a ver las caras». El epidemiólogo cree que este tipo de proclamas esconden «mensajes frívolos» ya que «esto no va de verse las caras y recuperar la alegría, sino de si somos prudentes frente al riesgo o si somos irresponsables e imprudentes». Insiste: «Tenemos que proteger a la población y no transferir toda la responsabilidad al ciudadano».
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No gustan los nuevos criterios que ha aprobado el Ministerio de Sanidad para determinar los niveles de riesgo, el conocido semáforo. «Si lo que se quiere es minimizar el verdadero riesgo queriendo cambiar los baremos, esto no nos lleva a nada bueno».
Y pone un ejemplo concreto: el del indicador de contagios por cada 100.000 habitantes. «Pasar de establecer un riesgo alto en los 250 casos a hacerlo en los 2.500 es hacerse trampas al solitario». Cree que la principal consecuencia será que «ahora no me voy a preocupar hasta que tenga esa tasa de 2.500, dejando de actuar en momentos muy críticos».
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En paralelo, lo que han hecho las autoridades sanitarias ha sido poner mayor atención en los ingresos hospitalarios y la presión que sufren estos centros como consecuencia de la covid. Daniel López Acuña defiende que la presión asistencial es un «indicador importante», pero no puede «reducirse todo a eso». Desde su punto de vista, este hay que tomarlo como uno más en un tablero de mandos, donde también se tengan en cuenta otros parámetros como son la incidencia, la mortalidad, la ocupación de camas, la positividad en las pruebas, etcétera. «La ocupación hospitalaria es relevante para conocer la presión asistencial, pero no la transmisión», matiza, y recuerda que «ahora mismo puede no haber un problema para un hospital, pero si sube la incidencia lo acabará habiendo en dos o tres semanas».
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Además, también pide que se haga seguimiento a aquellos pacientes cuyo estado, superada la enfermedad, deriva en la conocida como covid persistente. López Acuña insta a un mayor seguimiento de los cuadros crónicos. «Tenemos que ser más sensibles, porque la saturación de los hospitales no es el único problema». Es decir, que se atienda también «al largo plazo en la situación ambulatorial».
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Polémico también es ese concepto que no gusta nada a la Consejería de Salud del Principado: la gripalización de la enfermedad. Al exdirectivo de la OMS tampoco le encaja. «No podemos dar ese salto». No le gusta lo que conlleva. Esto es la limitación de las pruebas a los cuadros clínicos severos, que solo se publique información cada dos semanas, y solo para la franja de mayores de 60 años. «Esto nos llevará a tener un termómetro menos sensible a cualquier cosa que se pueda producir». Precisamente, por esa vía van las últimas decisiones el Ejecutivo regional, la de seguir realizando PCR a todos los pacientes con síntomas. «Es momento de seguir haciendo pruebas diagnósticas y contabilizar los casos para detectar nuevas variantes», defiende López Acuña.
Uno de los puntos que ha generado mayor confusión es que, derivado de lo anterior, ya no se den bajas por covid. Para el epidemiólogo, «se ha cometido un error y una imprudencia» dado que, «se ha optado por criterios clínicos en vez de epidemiológicos». Según sus palabras, no se puede confundir que una persona no tenga síntomas con que no transmita la covid. «Una de las cosas que hemos aprendido de esta enfermedad es que tiene una transmisión silenciosa donde los asintomáticos infectan a otros, lo que provocó que al principio se nos escaparan muchos casos». Por todo ello, López Acuña cree que «la intención de reducir las bajas laborales sigue un criterio económico», y añade: «Tenemos que insistir en que una persona sin un cuadro severo no deja de ser contagiosa».
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El epidemiólogo cree que esta decisión va a «pasar factura» a España porque, además de lo referente a las bajas laborales, se suma la retirada de la mascarilla, la eliminación del aislamiento, y el cambio en la estrategia de vigilancia de casos. «Es una actitud demasiado relajada cuando deberíamos de ser más prudentes». Estrictamente sobre las bajas, López Acuña cree que el gremio sanitario tendría que haberse «plantado». Cree que «lo que no se puede hacer es pasar la patata caliente al ámbito de decisión de los riesgos laborales de cada empresa». A estas alturas de la gestión pandémica, el exdirectivo de la OMS critica que «las autoridades sanitarias centrales y autonómicas están teniendo una dejación de funciones en asuntos en los que ahora ya prefieren no meterse».
Daniel López Acuña ha seguido muy de cerca la gestión del gobierno regional. No en vano ha formado parte de su comité de expertos. «Asturias tiene más problemas al tener una población más envejecida, que provocará más interacciones de contagio en ese grupo». Cree, como en otras partes del territorio, que «la conducta social ha sido pensar que con la vacunación estaba todo resuelto y se ha bajado la guardia». El epidemiólogo pide que se «ponga cerco» a la incidencia en las residencias, porque es un entorno donde se producen muchas reinfecciones.
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