La hostelería exige al Principado abrir 'ya' en condiciones

«No podemos perder el mes de diciembre», rogó el presidente de la patronal Otea, José Luis Álvarez Almeida, en el estrado colocado frente al edificio de la Junta. Pero Almeida advirtió de que los bares, los hoteles y los restaurantes «no pueden abrir de cualquier manera», sino «en unas condiciones en que los negocios sean rentables» y «sin perder las cenas de diciembre». Es decir, sin limitaciones horarias como las que están vigentes en otras partes de España, como por ejemplo Andalucía, donde todo debe estar cerrado a las 18 horas. De hecho, Asturias es, junto con el País Vasco y la provincia de Burgos, el único territorio de España donde, a fecha de hoy, está vetada toda la hostelería si se incluye el servicio en terraza.

El empresario también insistió en que el sector «no quiere ayudas, sino compensaciones económicas por el cierre sufrido». El Gobierno asturiano ha dispuesto un paquete de ayudas de casi 20 millones de euros para la hostelería y el turismo, pero el líder de Otea señaló que «no son suficientes». «Alguien está haciendo mal los números», denunció. Y en caso de que el Gobierno asturiano decida extender el cerrojazo durante este mes, Almeida reclamó «nuevas compensaciones». «Mantener el cierre es condenar a muchos de nosotros a no volver a levantar la persiana», alertó.

Las bajas temperaturas de la jornada (en torno a los cuatro grados) y la lluvia intensa impregnaron la concentración de un tono de tristeza que se sumaba al prolongado hartazgo del sector. No obstante, acudieron personas (desde camareros a proveedores, repartidores, clientes y dueños de establecimientos) de varios puntos de Asturias. Incluso participaron representantes de la comunidad china en la región.

Alejandro Rendueles, que regenta la cafetería il Roma, en Gijón, considera que las prestaciones concedidas por el Ejecutivo regional «son claramente insuficientes», por lo que «deben paralizarse los gastos, la situación es insostenible». Beatriz Longo, dueña de dos locales en Posada de Llanera (la sidrería El Roxu y la cafetería Telegato), tiene la misma percepción: «Nosotros no decidimos cerrar, ha sido una imposición. Por lo tanto, si no nos abren, que nos den unas aportaciones razonables. Con lo que tenemos estamos malviviendo». Por su parte, Felipe Mérida, responsable del bar El Central, en Oviedo, dice que los hosteleros «han sido criminalizados sin ninguna evidencia científica que avale el cierre». «Tenemos que luchar por lo nuestro, y animo a que los jóvenes profesionales del sector sigan peleando por sus derechos», exhortó.

A lo largo de la mañana sonaron varios petardos en las inmediaciones del Paseo de los Álamos. También hubo caceroladas, tambores, silbatos, vuvuzelas y gritos de «¡queremos trabajar!» y «¡Barbón, dimisión!». Asimismo, sonaron cláxones de apoyo de camiones de reparto que daban vueltas al Campo San Francisco.

El acto venía precedido de cierta polémica. La noche del jueves, la Delegación del Gobierno en Asturias, encabezada por la socialista Delia Losa, había rebajado el carácter de la cita de 'manifestación' a simple 'concentración'. La idea original de Otea era una marcha desde el Gran Bulevar del Vasco hasta la Plaza de la Escandalera, pero finalmente se redujo a la lectura del manifiesto y la reunión junto al Campo.

No obstante, parte de los manifestantes bloquearon la calle Uría a la altura de La Escandalera, paralizando el tráfico. En casi ningún punto de la concentración se respetó la distancia mínima de seguridad exigida, de 1,5 metros. Por este motivo, Almeida llamó desde el estrado a «dar ejemplo» manteniendo dicha distancia y utilizando las mascarillas provistas para la ocasión por la empresa Fortia.

Los manifestantes estuvieron arropados por los principales líderes de la oposición y los presidentes de las cámaras de comercio de Oviedo, José Manuel Ferreira, y Avilés, Luis Noguera (el de Gijón, Félix Baragaño, no pudo acudir pero transmitió su apoyo a Almeida por teléfono). La protesta se ha producido en un momento en que otras plataformas hosteleras que no se sienten representadas por Otea alzan la voz y reclaman una actitud menos frentista con el Principado. En su discurso, Almeida aseguró que su asociación «seguirá dando la batalla le pese a quien le pese».

La presidenta del PP asturiano, Teresa Mallada, aseguró que la marcha suponía «la prueba más evidente de que Barbón está sordo y vive alejado de la realidad» porque la situación del sector «se venía venir». «El Principado toma medidas arbitrarias y sin argumentar», denunció.

Desde Ciudadanos, su portavoz en la Junta, Susana Fernández, reclamó al presidente asturiano «que retome el diálogo con los hosteleros y restauradores para encontrar una solución que les permita abrir esta semana».

Adrián Pumares, de Foro, llamó al Ejecutivo regional a «no extralimitarse en los cierres» y a no incurrir en «tardanzas en el pago de las indemnizaciones».

Ignacio Blanco, portavoz de Vox, instó a Barbón a «fijarse más en los contagios en las residencias de ancianos, que triplican las tasas de la primera ola, y dejar que la hostelería trabaje».