Coronavirus en Asturias | Asturias defenderá ante ministerio y comunidades la vuelta a clase presencial

Bajar la ratio a 20 alumnos por aula desde Infantil a cuarto de Primaria para crear grupos estables, lo que exige contratar 550 profesores; jornada continua en los centros públicos, clases de Secundaria más cortas (de 55 a 45 minutos); entradas y salidas escalonadas, turnos diferentes de recreo y comedor, y la suspensión de actividades extraescolares son algunas de las directrices, a las que en los últimos días se ha sumado el uso obligatorio de mascarilla en clase por parte de los niños de más de seis años y la realización de pruebas PCR a los docentes antes del curso.

Salvo Madrid y Murcia, que apuestan directamente por el modelo semipresencial, las demás se inclinan por regresar al colegio e instituto, aunque en algunos casos con turnos rotatorios para los cursos superiores.

La Junta apuesta por la vuelta a las aulas presencial para todos los niveles, aunque seguirá atenta a los centros ubicados en zonas donde la transmisión del virus es mayor por si hubiera que activar el plan semipresencial. Se mantendrán las ratios (25 niños por aula en Infantil y Primaria) y los niños convivirán siempre con los mismos compañeros (grupos burbuja), tratando de evitar que compartan espacio en el recreo con otras clases. Asimismo, se ha habilitado un fondo de 25 millones para que los institutos amplíen sus aulas y espacios. En total, se contratarán a 6.000 profesores extra y se incorporarán 1.500 personas más para reforzar el personal de limpieza. También se ha anunciado la compra de 150.000 ordenadores y tabletas.

Propondrá la vuelta presencial desde Infantil hasta Bachillerato. Defiende que la baja densidad de alumnos por centro permite reducir la ratio de niños por clase (22 como máximo en Infantil y Primaria y hasta 25 en Secundaria), con refuerzo de profesores y uso de salas comunes para los nuevos grupos que resulten del desdoble. Apuesta por poner en cuarentena las clases donde se detecten positivos, sin obligar a clausurar el centro al completo. Habrá PCR para docentes y personal de limpieza permanente.

La intención de la Junta es que la actividad lectiva sea lo más presencial posible. Su propuesta pasa por bajar el número de alumnos por profesor, contratar 312 docentes, crear grupos estables hasta cuarto de Primaria y mantener el metro y medio de seguridad a partir de quinto. En el caso de que haya un caso positivo en una de las clases burbuja (niños de menos de nueve años), la clase estará aislada durante 14 días y se suspenderá la enseñanza presencial para esos alumnos. Pero si el contagio se produce en mayores de esa edad y hasta Bachillerato y Formación Profesional, solo se aislará a los contagiados y contactos más estrechos.

Su idea es que la presencialidad sea la máxima posible (Infantil, Primaria, primero de la ESO y grupos de refuerzo de Secundaria). En Infantil y primero y segundo de Primaria, se configurarán grupos estables con un máximo de 20 alumnos, donde no será necesario mantener la distancia de seguridad y estarán a cargo de un maestro. Si entra un especialista, deberá respetarla o impartirla a distancia desde otra aula. De tercero a sexto de Primaria, se dan las dos opciones (grupos burbuja o respetar el 1,5 metro). Para primero de la ESO la presencialidad será total. Para el resto de grupos, dependerá de si hay espacio para todos. Si no es así, las clases se dividirán, con sesiones presenciales y 'online' en días alternos.

La consejería presentará su modelo de enseñanza semipresencial, que reduce los aforos en las aulas entre un 20% y un 50%. Los alumnos entre tres y 14 años se turnarán para no asistir a clase un día a la semana. Los de tercero y cuarto de Secundaria, Bachillerato y FP irán al centro en días alternos: la mitad de la clase, dos días y la otra, tres jornadas la primera semana y, al contrario, la siguiente, para recibir las mismas clases presenciales. La consejera pedirá a la ministra autorización para modificar los currículos. Pretende simplificarlos y adaptarlos a las competencias básicas si es necesario rebajar aún más la presencialidad.

La consejería mantiene la vuelta a la normalidad, con presencialidad absoluta y mascarilla desde los seis años. Habrá grupos de convivencia estable hasta final de Primaria y 220 profesores más para desdobles. Solo si la situación epidemiológica lo requiriese, en segundo y tercero de la ESO y Bachillerato, se alternaría con la enseñanza semipresencial.

El Gobierno foral implanta las clases presenciales y solo de mañana para todos los niveles (de 9 a 14.30 para Infantil y Primaria y de 8 a 13 para ESO, Bachillerato y FP). El uso de la mascarilla será obligatorio a partir de quinto de Primaria y se mantendrá el comedor escolar. Ante los desdobles por la bajada de ratio, habrá 666 nuevos profesores. Hay 5 millones previstos para tablets, cámaras y otros dispositivos.

Habrá grupos estables de Infantil y Primaria, y jornada continua en los centros de Secundaria, a los que se les dio a elegir entre horario solo de mañana o partido. El 94,5% se inclinó por la segunda opción. No habrá actividades extraescolares en las que se pernocte. Se harán pruebas PCR a profesores, pero no a todos. Solo entre el profesorado con mayor riesgo de transmisión.

El regreso a las aulas se hará con una modalidad mixta, en la que los niños de Infantil y Primaria acudirán a los centros y los de mayor edad combinarán la asistencia con la enseñanza telemática. «Los más pequeños irán todos, pero habrá menos alumnos por aula», avanzó el consejero, Enrique Ossorio.

Mantiene «hoy por hoy» las clases presenciales. Feijóo anunció esta semana el uso obligatorio de la mascarilla desde los seis años (algo que han secundado más comunidades) y anunció que se harán pruebas serológicas a 40.000 profesores para saber si han pasado la enfermedad y generado inmunidad. Reclamará un único calendario y protocolo para todas las comunidades.

«Se dan las condiciones» para empezar el curso en el aula. El uso de la mascarilla será obligatorio desde primero de Primaria y «se recomienda» en Infantil. Estudia crear grupos burbuja (que los habrá en Infantil y Primaria) en otros cursos. Sobre todo, en primero y segundo de la ESO. Abre la puerta a turnos de mañana y tarde, si fuera necesario, y suspende las extraescolares.

Implantará la jornada de 9a 14 en Infantil y Primaria y, dentro de ella, habrá servicio de comedor. El objetivo es reducir las salidas y entradas del centro y facilitar la organización. Plantea el uso de la mascarilla desde los seis años y a partir de tercero de la ESO los alumnos asistirán a clase en días alternos, de modo que la mitad del grupo irá dos días y la otra mitad, tres.

Aboga por la vuelta presencial porque «los centros educativos son lugares seguros». Repartirá un millón de mascarillas a los centros, por lo que cada profesor y alumno dispondrá de dos. También está haciendo llegar hidrogeles, termómetros y papeleras de pedal. Se han hecho test serológicos a 15.000 docentes.

La evolución de la pandemia obligará a revisar el plan previsto. Según ha admitido esta semana el consejero de Educación, Josep Bargalló, se está valorando rebajar el número de alumnos que componen los grupos de convivencia estable (actualmente, en la ratio máxima legal permitida: 25 en Primaria y 30 en Secundaria), así como el uso de las mascarillas por parte de profesores y estudiantes (cabe la posibilidad que desde los diez años, al menos «en algunos territorios») y la obligatoriedad de tomar la temperatura. Aun así, el inicio del curso «está garantizado», aunque en algún municipio o zona podría demorase si las condiciones de la pandemia son más duras.

Ante el aumento del número de casos por la COVID, baraja la opción de la semipresencialidad. De ser así, priorizaría la asistencia a clase de los grupos de menos edad, Educación Especial, alumnos desfavorecidos, primero de la ESO y, si es posible, segundo, los del Programa de Mejora del Aprendizaje y FP Básica. Los estudiantes de los otros niveles podrían combinar la enseñanza telemática con la presencial o recibir todo a distancia.

El objetivo es volver a las aulas, pero depende de la evolución de la pandemia. La presencialidad sería prioritaria hasta tercero de la ESO. Luego se abre la posibilidad de un modelo mixto.