Los constantes aludes en San Isidro impiden retomar la operación de rescate

Durante la jornada de ayer las nevadas eran constantes y copiosas en la zona del siniestro. Esa precipitación sigue acumulándose en las laderas casi verticales junto a la calzada y los aludes son constantes. Así lo aseguraban los componentes del equipo de evaluación que ascendía por el puerto -a las 10 horas- y que se vio imposibilitado a continuar con su trayecto hasta el punto del accidente. Se acababa de producir una nueva avalancha y ellos se encontraban a unos 300 metros. Según indicaron desde el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), en el lugar estaban el jefe de la zona centro de Bomberos, efectivos del Grupo de Rescate de La Morgal, del GREIM de Mieres y personal de Infraestructuras para evaluar la situación y determinar si se podía reanudar el rastreo; pero no pudo ser. La zona baja de la canal también es, por el momento, inaccesible. Esta situación genera riesgo para el personal de rescate. Por esto, la Unidad Militar de Emergencias (UME) había regresado a su base en León. «Cuando se den las condiciones para poder trabajar sobre el terreno estarán disponibles para volver a colaborar con el dispositivo», afirmaron desde el SEPA. Tampoco fue posible desplegar medios técnicos de búsqueda, como drones para buscar evidencias en zonas sin recorrer.

En la jornada de hoy, desde el puesto de mando avanzado instalado en el aparcamiento del geriátrico del Montepío en Felechosa, se volverá a evaluar el estado de la zona para determinar si se pueden reiniciar las labores de búsqueda. No obstante, se estima que no podrán recuperarse hasta que mejoren las condiciones meteorológicas.

Durante la jornada del sábado sí se pudo desplegar el operativo de búsqueda de Virgilio García. Había un equipo de unas 80 personas que llenaron de diverso material la explanada de la residencia. Ayer estaba prácticamente vacía.

Ayer estaba trabajando la cuña limpiando esa misma calzada y también pudo comprobar el estado del puerto. Uno de los operarios, Avelino Alonso, explicaba lo sucedido: «Subieron detrás de nosotros los bomberos y la Guardia Civil -sobre las 10.30 horas-; en ese momento que estábamos allí, miramos y bajó un alud en las viseras, fue algo tremendo. Cuando se ve bajar eso impone. Ya descendiendo, vimos otro; por eso no merece la pena meterse allí para arriesgar vidas. Habrá que esperar un par de días o hasta que cambie el tiempo, enfríe más y hiele a ver si la nieve asienta. Hoy -por ayer- es un día propicio para las avalanchas porque templó un poco y está muy peligroso».

En el alud del día 1 también se vio afectado el conductor de una furgoneta, David González, que fue testigo directo de lo ocurrido; «el alud se los llevó en un segundo, no dio tiempo a nada». Dos familias en sendos turismos quedaron, por su parte, atrapadas en las viseras.