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A. FUENTE
FELECHOSA.
Lunes, 4 de enero 2021, 01:30
Quienes recorren los poco más de once kilómetros desde el núcleo allerano de Cuevas hasta La Raya conocen bien los riesgos que entraña este puerto de alta montaña. La carretera de San Isidro (la AS-253) es una vía muy utilizada porque ... es el principal acceso desde la zona central de la región a las estaciones de esquí de Fuentes de Invierno y a la leonesa San Isidro. Los vecinos llevan tiempo alertando del riesgo de aludes y, en diciembre de 2019, la Universidad de Oviedo publicaba un estudio que alertaba de la vulnerabilidad de esta calzada. El personal investigador identificó 63 zonas de avalanchas de nieve, de las cuales 24 afectan al trazado de la carretera, presentando el 14% de su longitud un alto riesgo. Se detectaron también diez tramos de la vía con un elevado grado de peligro de aludes «al carecer de cualquier medida de protección, por lo que es necesaria la inmediata ejecución de acciones preventivas».
El estudio del riesgo de aludes en el Alto San Isidro se fundamenta en una metodología que combina las observaciones, entre ellas entrevistas con trabajadores de mantenimiento de la carretera AS-253 y habitantes de El Pino, Felechosa y Cuevas.
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En el documento, se señala que, pese a las medidas antialudes tomadas entre 2008 y 2009 (instalación de barreras flexibles y viseras), «la AS-253 tiene en la actualidad una alta vulnerabilidad que representa el 14%; a esto hay que añadir el agravante de que buena parte del trazado de la carretera por la ladera meridional, afectado recurrentemente por el impacto de los aludes (Carrozal, El Aspra, curva de La Rebollosa, Los Arenales y Puente Cimero), carece hoy en día de cualquier disposición de defensa o protección».
El estudio asegura que eso «representa un alto riesgo para los usuarios de esta vía que en la temporada alta de invierno se estima en un tráfico de 15.000 vehículos al día», según datos de la Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente correspondientes a 2015.
«Por tanto, es necesario abordar lo antes posible la implantación de varias hileras de barreras flexibles en las zonas de aludes desprotegidas por completo», recomendaba el estudio de la Universidad.
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