Oviedo. Los hosteleros se manifestaron con carteles frente a la Junta General. ALEX PIÑA

Coronavirus en Asturias | Los cierres llevan a las protestas

Multitud de hosteleros y comerciantes toman las principales plazas del Principado para demandar apoyo frente al cese de la actividad

JUAN CARLOS ABAD | GUILLERMO MAESE | BORJA PINO | ALEJANDRO FUENTE | MÓNICA RIVERO

OVIEDO.

Jueves, 5 de noviembre 2020, 02:20

Protestas en Oviedo, Gijón, Avilés, Mieres y Siero contra el cierre de la hostelería y el comercio. Improvisadas, convocadas a través de las redes por empresarios y trabajadores del sector que se han visto, de nuevo, de la noche a la mañana, abocados al ... cierre y en el punto de mira de la propagación de la pandemia. Así se vivió ayer el primer día del cese de actividad decretado por el Principado en las principales ciudades de la región.

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En Oviedo, donde se registró la manifestación más numerosa, la concentración tenía su punto de encuentro en la plaza de la Constitución, frente al Ayuntamiento. Sin embargo, su devenir se alargó y cambió de ubicación por mediación del equipo de gobierno municipal. «Tenemos que trabajar, tenemos que comer, tenemos hijos, tenemos todo. Si nos cierran, que nos paguen algo», resumía Rosi Díaz el sentir del sector. «Es muy grave», añadió.

Ante las protestas, el alcalde, Alfredo Canteli, y el concejal de Interior, Mario Arias, se acercaron para departir con los cabecillas de la manifestación compartiendo su preocupación por la hostelería. Una manera de escenificar la brecha abierta entre el regidor de la capital y el presidente autonómico acerca de la gestión de la pandemia. Arias conminó a los manifestantes a que dirigieran sus protestas contra el Gobierno regional y no contra el Consistorio. Así hicieron.

La comitiva, sin permiso, se dirigió a las inmediaciones de la Junta General donde, de nuevo, departieron con la presidenta del Partido Popular de Asturias, Teresa Mallada, así como con el presidente de Vox en la región, Ignacio Blanco y con la concejala de la formación en Oviedo, Cristina Coto.

Para Arias, las medidas que han llevado al cierre de las actividades no esenciales han sido «totalmente improvisadas» por parte del Principado afectando, sobremanera, a la hostelería y el comercio de proximidad.

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A la misma hora que la protesta en Oviedo, en Gijón, decenas de hosteleros volvieron a concentrarse en la plaza Mayor para protestar por el cese de su actividad. Lo hacían por segundo día consecutivo y con la intención de seguir evidenciando su malestar en las calles en los días sucesivos. «La hostelería no es el problema» o «el verdadero virus es la incompetencia política» eran algunos de los mensajes que podían leerse en las pancartas de los manifestantes. Guardando la distancia de seguridad y durante más de media hora pidieron al Consistorio «no dejarnos caer».

En el caso de Avilés, la convocatoria a través de las redes atrajo a cerca de setenta personas, tanto pertenecientes al sector de la hostelería como al del comercio, el otro gran perjudicado del cierre. La multitud se concentró frente al Ayuntamiento y protagonizó una fuerte cacerolada, acompañada de consignas críticas, tanto con las medidas del Gobierno regional, como con la actuación del equipo de la alcaldesa, Mariví Monteserín.

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José Santiago, responsable del Ronda 14, visiblemente agraviado por las medidas sostuvo que, sin impuestos, no hay sector público que se sujete. «Me parece muy bien que se inviertan 15 millones en rellenar los hospitales de equipo, pero hace falta una economía para sostenerlo; si no, esto no se mantiene», afirmó.

«La puntilla»

En una línea semejante se expresó Sonia Castrillón, camarera del restaurante La Contienda. Armada con una cuchara y una tetera, y con una pancarta al cuello que rezaba '¿Dónde están, Mariví, las ayudas? No las vi...', apuntó a la precariedad a la que se aboca a uno de los pilares de la economía del Principado. «El martes trabajamos por última vez y todavía no sabemos si nos vamos al paro o al ERTE. No sabemos nada y no se puede vivir así», recalcó.

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En Mieres, cientos de propietarios de locales hosteleros y de comercios de proximidad se concentraron también frente al Ayuntamiento. «No somos culpables. No al cierre de la hostelería», se podía leer en la pancarta principal. David Enríquez, que regenta una hamburguesería en la localidad, expresó el sentir tras las barras después de la publicación del BOPA: «Este cierre es la puntilla para el sector». «En nuestro negocio dependen cinco familias. Intentamos sobrevivir con la venta a domicilio, pero no da. Los gastos no bajan», añadió. Junto a Enríquez, Elena Ortiz reiteraba que, con el cierre, sus ingresos son «nulos». «Tengo que dar de comer a mis dos hijos», clamó.

A la concentración, que mantuvo cortada la calle Teodoro Cuesta durante una hora y en la que se escucharon gritos pidiendo la dimisión de Adrián Barbón, se sumó el propio alcalde del concejo, Aníbal Vázquez. El regidor reclamó ayudas para el sector hostelero, los comercios y los autónomos calificando de «dolorosos» los efectos de la crisis sanitaria.

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Las protestas en Siero por la situación del sector se vieron divididas en los dos grandes núcleos del concejo, la Pola y Lugones. Decenas de personas se concentraron frente al consistorio sierense entre hosteleros, políticos, vecinos y comerciantes, y aprovecharon la ocasión para unir fuerzas y denunciar «la ruina» que supone para el pequeño comercio la falta de ayudas y un cerrojo que consideran «injusto» y «arbitral». «Cualquier ciudad o pueblo sin su hostelería pierde vida», defendía el presidente de la Fundación Jóvenes Empresarios, el poleso Nacho Calviño.

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