Cambios en el Gobierno de Asturias: Nieves Roqueñí, nueva presidenta del Puerto de Gijón

¿Por qué ella para el puerto gijonés? Porque «es la mejor persona que reúne los requisitos» que Barbón se había marcado; porque «conoce ya el funcionamiento del puerto, ya que ha formado parte de su consejo de administración»; porque «tiene una gran trayectoria y garantía de solvencia» y por su «empatía y bonhomía». Todo halagos a la consejera. Y por si a alguien le quedaba alguna duda sobre si su salida del Gobierno es fruto, entre otras cosas, de los encontronazos vividos con Izquierda Unida, ha insistido: «El Puerto de Gijón es una de las administraciones más potentes que tiene Asturias. Si le pasar factura algo a una consejera no iría promocionada». Al contrario: este nombramiento, ha dicho el presidente, es una «muestra de mi total y absoluta confianza a Nieves Roqueñí», de cuya gestión «estoy muy satisfecho. Le ha tocado gestionar situaciones muy difíciles y no ha sido justamente valorada. Es una persona de enormes capacidades, conocimientos muy rigurosos, una trayectoria universitaria impecable, con reconocimiento a nivel nacional e internacional». Y aún ha añadido: «No es una devaluación, es una apuesta clara. A ella le debemos, entre otras cosas, la Ley de Proyectos Estratégicos».

Adrián Barbón le comunicó la decisión ayer mismo a Nieves Roqueñí, que ahora tendrá un par de semanas para cerrar temas. El mismo plazo que su sustituta tiene para diseñar su equipo. Porque el presidente ha querido también anunciar ya quién se queda al frente de la consejería. La persona elegida ha sido María Belarmina Díaz Aguado, actual directora general de Energía y Minería, «alguien con conocimiento del sector industrial, experiencia en la gestión, en las relaciones con la Comisión Europea, que además tiene comunicación con el Ministerio de Transición económica y un engranaje total Sekuens y la Consejería de Ciencia». Una persona con gran «trayectoria y reconocimiento», ha dicho el presidente. Díaz deberá continuar con «el proyecto con el nació esta consejería, la necesidad de que la parte industrial y medioambiental vayan de la mano». Aprovecha Barbón para ajustar la denominación de la consejería, que pasar a ser de Transición Económica, Industria y Comercio.

En cuanto a la posibilidad de que el presidente aprovechar la situación para hacer una remodelación mayor de su equipo de gobierno, finalmente no habrá más cambios. Salvo dos modificaciones en los nombres para «adaptarlos a la realidad». Así, Hacienda pasa a ser Hacienda, Justicia y Asuntos Europeos y la de Fomento, Cooperación Local y Gestión de Emergencias.

Adrián Barbón ha expresado también los 'deberes' que le pone a Roqueñí al frente de El Musel. Y son tres objetivos principales. Por un lado, que no renunce a su vocación «y alma» industrial. En segundo lugar, que sea «un puerto seguro, que esté a la vanguardia, que sea el faro logístico del Cantábrico». Y, finalmente, que sea «medioambientalmente sostenible» y esté en constante comunicación con los vecinos, no solo de La Calzada y Jove, sino también de El Muselín, Pescadores y Portuarios. «Hay que hacer un trabajo de permanente conexión, mirar a la ciudad, ser parte activa del debate público».