OLAYA SUÁREZ / EVA FANJUL
GIJÓN
Miércoles, 5 de septiembre 2018, 01:57
El autobús recorrió 300 metros sin control, derribando a su paso un centenar de barreras de plástico de obra y sin que el conductor aminorase la marcha o tratase de redireccionar el vehículo. Las investigaciones apuntan a una indisposición del conductor como causa del ... accidente que el lunes segó la vida de cinco personas, dejó heridas a otras quince y conmocionó a todo el país. «No hay señales de frenada en el pavimento que indiquen que el conductor haya tenido un poder de reacción, con lo que todo hace indicar que sufrió una indisposición, serán los sanitarios los que lo determinen», explicó Delia Losa, delegada del Gobierno en Asturias, durante la concentración que se celebró en Avilés.
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Las respuestas a los muchos interrogantes que se ciernen en torno al fatídico siniestro las aportará el atestado que elabora la Benemérita. ¿Qué pasó para que el conductor perdiese el rumbo? ¿Por qué no se percató de que iba embistiendo los 'jerseys' cargados de agua que incluso llegaron a romper una de las ventanillas al impactar contra el vehículo? El Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil, con sede en Mérida, la élite en esclarecimientos de siniestros de circulación, trabajó ayer durante toda la jornada sobre el terreno para recopilar datos e indicios que puedan aportar luz a la compleja investigación iniciada por la Sección de Tráfico de la Comandancia de Gijón.
El siniestro se produjo en un tramo de vía en obras en el que la velocidad máxima es de 70 kilómetros por hora. Fuentes de ALSA señalaban ayer que el autobús circulaba a 55 kilómetros por hora justo antes del accidente. Esta hipótesis contrasta con la aportada desde la Delegación del Gobierno, que asegura que el vehículo «podría circular por encima de esa velocidad». No existen huellas de frenada en la calzada ni tampoco en los propios neumáticos del autocar. Los datos aportados por el tacógrafo del vehículo serán determinantes, así como los vestigios hallados en la carretera y la revisión mecánica del autobús, cuya parte delantera quedó destrozada al entrar el pilar del puente hasta la fila número cuatro.
Los agentes que se encargan de los trabajos policiales aún no le han podido tomar declaración al conductor, Omar López, debido al grave estado de salud que presenta. Continúa ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del HUCA. El brutal impacto le seccionó una pierna y los médicos tratan ahora de salvarle la otra extremidad inferior. Los próximos días serán cruciales en su evolución. Sufrió lesiones de extrema gravedad. El pilar del puente contra el que impactó el vehículo entró justo por la mitad de la parte frontal, aplastándole las piernas al conductor. Otros cuatro pasajeros que viajaban en las filas de delante murieron en el acto. Una quinta persona falleció de camino al hospital debido a una hemorragia masiva.
«Si hubiera tenido un despiste, habría tenido capacidad de reacción porque los propios pivotes -refiriéndose a los 'jerseys' que avisaban de la obra- que fue arrastrando a su paso le habrían alertado en caso de que se hubiese despistado, pero no fue así, lo que indica que en ese momento podría haber sufrido un problema de salud que le haya hecho perder el control del autobús», señaló la representante del Gobierno central en el Principado -titular de la carretera en la que se produjo el siniestro, en la incorporación desde Avilés a la autovía, bajo el puente nuevo del Parque Empresarial-. «Hasta el momento no hay datos concluyentes, pero la falta de reacción del conductor en ese tramo indica que se sintió mal para reconducir el vehículo. Él es una víctima más por las consecuencias físicas del accidente y también las mentales que probablemente le quedarán. Le deseo una pronta recuperación de sus heridas», añadió Losa.
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Los informes médicos del chófer serán aportados al juzgado de instrucción de Avilés que se encontraba en funciones de guardia el lunes y que se ha hecho cargo de las investigaciones. Omar López permaneció de baja laboral durante once meses en 2015 por problemas de vértigos y mareos, tal y como explicaron fuentes sindicales.
Jacobo Cosmen, presidente del grupo ALSA, destacó ayer en la concentración celebrada en Avilés en memoria de las víctimas, que «el último reconocimiento médico que se le realizó al conductor indicaba que estaba capacitado para trabajar». Ese examen tuvo lugar el pasado mes de abril. «Se está investigando lo sucedido. No descartamos nada y vamos a poner todos los medios a nuestro alcance para esclarecer lo que ocurrió», abundó. El presidente de la compañía indicó que «se trata de un profesional con mucha experiencia y muy valorado dentro de la empresa».
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El director general de Tráfico, Pere Navarro, se pronunció también, en Madrid, sobre el grave accidente. Y destacó la labor de la compañía de transporte. «ALSA es un referente en seguridad vial, muy comprometida», dijo el titular de la DGT, quien asegura que habrá que «analizar qué ha pasado exactamente y para ello se está llevando a cabo una exhaustiva investigación por parte de la Guardia Civil».
Desde la Consejería de Infraestructuras descartaron que el pilar del puente contra al que se estrelló el autobús que cubría la ruta Cudillero-Avilés-Gijón presente daños estructurales. Los técnicos revisaron ayer la columna y determinaron que es necesario reemplazar la pieza de unión de la parte superior, si bien no tendría desperfectos. El pilar será revisado nuevamente los próximos días.
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El consejero de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Fernando Lastra, señaló que «no hay duda de la profesionalidad del conductor y del conjunto de trabajadores de ALSA, ni tampoco de la solvencia de la propia empresa». «Se trata de personas y entidades que cumplen con los requisitos legales y de profesionalidad», incidió.
Mientras las investigaciones de la Guardia Civil avanzan, cuatro de los quince heridos continúan ingresados en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Tres son mujeres y el cuarto es el conductor, el que presenta un peor pronóstico médico. Otras dos viajeras fueron dadas de alta a primera hora de la tarde: una gijonesa de 28 años que permanecía en el Hospital de Cabueñes y otra mujer de 43 que se encontraba en el HUCA.
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Los agentes tomarán declaración a los supervivientes para tratar de reconstruir el accidente con la ayuda de sus testimonios. Según explicó a EL COMERCIO uno de los pasajeros, Álvaro Fueyo, el conductor perdió la dirección del autobús e invadió el carril de la izquierda, momento en el que empezó a embestir los 'jerseys'. «Uno de ellos pegó contra una luna y la rompió, ni aún así el conductor frenó o dio un volantazo. Yo me puse el cinturón y me agarré fuerte, la columna me quedó a muy pocos centímetros de la cara. He vuelto a nacer», acertaba a decir.
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