51 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en un año, este 2019, que aún no ha concluido y ya deja el mayor número de víctimas mortales de los tres últimos años, según datos del Ministerio de Presidencia e Igualdad. En el ... primer semestre, en Asturias, hubo ocho denuncias al día por violencia machista. Son, en total, 1.439. Y eso solo entre enero y junio. Para el colungués José Manuel Martínez, jubilado de 74 años, estos datos son una «barbaridad difícil de explicar». Él es una de las 51 personas -una por cada víctima mortal- que han querido, a través de EL COMERCIO, lanzar un mensaje de esperanza a las mujeres que, en su día a día, viven sometidas a todo tipo de situaciones de violencia de género. «Es triste que exista la necesidad de concienciar a alguien para que se respeten los derechos de la mujer», coinciden Nerea Nóvua y Eneko Bruña, ella de Orense y él de Bilbao. La actual no es una sociedad igualitaria y, para lograrla, hace falta educación. Desde la infancia. Educar en valores, en el respeto hacia los demás. La maliaya María Teresa Muñoz, trabajadora de Correos, lo ve claro: «Los maltratadores tienen una considerable falta de educación en igualdad».
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Más contundente, porque las instituciones «ni hacen, ni harán lo suficiente», se muestra Pilar Ruiloba. Esta praviana de 59 años opina que la «justicia no es sensible» con las medidas preventivas y las condenas en los casos de violencia de género. «Es importante que las víctimas no piensen que están solas, todos debemos ayudarlas a ser valientes y afrontar la situación», dice la periodista Marta Bernardo. A la reflexión invita el marino Jaime Alonso, que considera que algo se está haciendo muy mal porque «a pesar de las campañas informativas y de concienciación las mujeres siguen muriendo».
Daniela Cogswell Rodríguez, de 16 años, nació en Madrid y vive en Dubai, de padre americano y madre asturiana. Esta joven no entiende que haya mujeres «que vivan atemorizadas por culpa de un hombre que se cree superior». Leornad Nazavan, estudiante Erasmus de Rumanía, pide «medidas inmediatas» e invita a las mujeres a «atreverse a denunciar». Un gijonés de veinte años, Diego González, frunce el ceño cuando se entera de las 51 víctimas mortales en lo que va de año: «Es vergonzoso, impropio de un país desarrollado».
Ponerse en la piel de las víctimas no es sencillo. En las comarcas mineras las campañas de concienciación llegan a vecinos de todas las edades. Noelia Valdés, comerciante de Pola de Laviana, de 43 años, considera que «no es asumible vivir en una sociedad machista. La igualdad entre hombre y mujeres debe ser real y a todos los niveles. Hay que avanzar juntos».
En ese camino hacia el fin de la violencia de género se encuentra Mario Vigil, guía turístico sierense de 27 años: «Hay que educar a los hombres. Hace falta más prevención, atajar el tema de raíz concienciando a los más jóvenes».
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La ovetense Nuria Martínez-Cué, auxiliar de ayuda a domicilio de 54 años tiene muy claro que «la violencia crea violencia» y que para combatirla la base está en la educación desde edades tempranas. «Los valores crean valores y eso hay que transmitirlo desde la infancia». Mensaje que hace suyo Elena Torre. A sus 41 años tiene una hija de diez. Su deseo es que «crezca en una sociedad igualitaria y libre de maltrato hacia las mujeres».
Humberto Valle no tiene hijos, pero eso no le impide ver la realidad. Comercial de profesión, a sus 46 años tiene claro que «para evitar esta lacra, la educación es básica. Hay que educar en valores, respeto y en igualdad y hacerlo desde pequeños». Lo sabe bien Ana Orviz, maestra gijonesa de 37 años: «Las víctimas de violencia de género son más que una cifra, son personas por lo que nadie puede mirar hacia otro lado y menos quienes tienen la capacidad y responsabilidad de hacer algo para cambiarlo. Políticos, jueces, instituciones y nosotros, los ciudadanos».
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De su misma generación son las ovetenses Andrea Mier y Eva Rodríguez. Tienen 38 años y muy claros los mensajes: «Si te vigilan, si te controlan, si te amenazan... Eso no es amor». Es lo que dice Eva Rodríguez pensando en el aumento de menores con una «idea equivocada de las relaciones» que ejercen su control a través de las nuevas tecnologías. En opinión de Andrea Mier este tema «es relevante» y lanza este mensaje: «Si es dolor lo que sientes, no es amor lo que vives». Porque como dice Carlos Martín, salmantino de nacimiento y ovetense de adopción: «El amor ni golpea ni insulta».
«Toda la sociedad debe estar unida contra la violencia de género. Es un problema en el que tenemos que implicarnos para que desaparezca en el menor tiempo posible. Necesitamos creer en un futuro en igualdad, sin violencia de género», remarca Gloria Iglesias, lavianesa de Carrio, 61 años, ama de casa y luchadora contra esta lacra social.
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Igual de reivindicativa se muestra la mierense Manuela Álvarez: «No vamos a permitir más atropellos. Todas juntas lograremos concienciar y construir una sociedad más igualitaria en todos los sentidos», afirma confiada.
Matías Domínguez, artista plástico y músico sierense de 67 años es de los que opinan que se «deberían endurecer las leyes» contra los maltratadores. Y Rocío Monedero, veterinaria de 56, anima a denunciar «porque el que te maltrata una vez lo va a hacer toda la vida».
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Cristina González, hostelera natural de Linares (Jaén), de 35 años, cree que «la sociedad no está tan concienciada como pensamos, somos muy hipócritas... Apoyamos lo que vemos en la tele y cuando lo tenemos al lado no nos lo creemos y le damos de lado».
Gema Morato, madrileña de 42 años, asegura que «hoy en día la mujer es mucho más independiente y no tiene por qué aguantar. Una persona que te quiere no te hace el mal». Por su parte, Sonia Tezanos, de 47, considera que es necesario «prevenir desde la infancia, educando y dando ejemplo». Ambas son comerciales de eventos y estuvieron estos días en Gijón con motivo del Festival de Cine.
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En opinión de José Antonio Gómez Parra, celador del Sespa de 62 años, «la violencia tiene dos graves problemas: por un lado la educación, por una cuestión secular, histórica. Y, por otro, los políticos. Mientras tengamos a esta gente que permite a los maltratadores salir de rositas, donde el matar y oprimir a la mujer salga tan barato, seguirá habiendo esto». Para animar a las víctimas, el profesor de Filología de la Universidad de Oviedo Antonio José Meilán, natural de Mondoñedo de 69 años, exclama: «¡Nunca te des por vencida!, siempre hay una luz al final del túnel».
Información elaborada con la colaboración de Guillermo Maese, Marla Nieto, Mónica Rivero, Juan Carlos Abad, Alberto Arce, Cecilia Pérez, Marta Varela y Giovana F. Bermúdez
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