«Karilenia no quería vivir siempre con Francisco. Decía que tenía mal genio, pero que lo controlaba»

El jefe de operaciones de la Policía Nacional, Miguel Ángel Ramos, explicó el sábado que «existía una relación afectiva» entre ambos, si bien, según las personas cercanas a Karilenia, ella no entraba en detalles de la tipología de esa relación e incluso no reconocía que existiera una relación de pareja. Otra cosa es lo que pensara su asesino.

Su mayor preocupación eran sus tres hijos. Ella era consciente de que en Mieres, al lado de su abuela, estaban bien por eso los dejó matriculados en el centro educativo mierense al que iban. «No podía pasar sin ellos por eso a menudo iban a dormir con ella a Langreo, pero nunca les dejaba solos con Francisco porque no se fiaba. Por la mañana madrugaba para llevarles siempre bien y puntuales al colegio», nos cuentan. Con los niños atendidos, Karilenia llamó a muchas puertas en busca de un trabajo que le permitiese avanzar.

Su afán de trabajar para tener un futuro la llevó a ponerse en contacto con el Área de la Mujer del Ayuntamiento de Langreo, con el fin de intentar que la ayudasen a seguir adelante. Esa ilusión se truncó cuando Francisco, tras una discusión, la persiguió desde el piso en el que vivían juntos hasta la calle, donde la asesinó a cuchilladas. Después se fue, cuchillo en mano, para el domicilio, dejándola tendida en el suelo. Una pareja joven se preocupó por ella intentando reanimarla hasta que llegaron los servicios sanitarios, sin que nada pudiesen hacer. Las cuchilladas fueron mortales. A quien Karilenia consideraba un apoyo fue, en realidad, su verdugo.

No contaba Karilenia que Francisco iba a ponerle tantas trabas en su camino. Al igual que los vecinos, sus amigas eran conscientes de que discutía mucho con él. «Le decíamos que le dejase, pero ella siempre explicaba que podía aguantarlo y controlarlo», insistían. De su ruidosa convivencia eran partícipes sus vecinos, aunque a ella nunca le vieron una mala cara «la encontrabas y siempre te sonreía y te decía 'Cariño buen día'», apuntan. En ocasiones, paseaba por la calle con sus hijos y a ellos se les unía Francisco «pensábamos que eran pareja, aunque nunca vimos demostraciones de cariño entre ellos». Ahora, estas vecinas temen que Francisco esperase más de la relación que tenían «porque era malo con otras parejas. Ya había intentado pegarles para que hiciesen lo que él quería. Siempre fue un machista. Mira a la chicas jóvenes, con la radio pegada a la oreja, como si las desnudase», describían.

Ahora será él quien podrá aclarar las razones que le llevaron a matarla. En la mañana del lunes está previsto que el asesino pase a disposición judicial en Langreo para prestar declaración sobre los sucedido.

Desde la misma madrugada del crimen, los tres hijos de Karilenia, con edades entre los 7 y los 15 años, cuentan con atención psicológica del Principado, aunque siguen viviendo con su abuela en Mieres, uno de los puntales de la familia. «Se está valorando su difícil situación personal», remarcan fuentes de la Administración asturiana. El padre de los dos hijos mayores de Karilenia, que reside en Andalucía, lugar desde el que llegó hace ya tiempo Karilenia, viajó hacia Asturias tras conocer la noticia para participar en la decisión que se tome sobre el futuro de todos ellos.