La Voz Leyendas del cine Frank Sinatra en la intimidad: entre los modales mafiosos y el encanto más seductor
Frank Sinatra solo se dejó retratar en privado por unos pocos fotógrafos, pero esas imágenes muestran como ninguna cómo era el Hollywood de los años dorados y cómo era La Voz, un tipo tan bromista y sociable como explosivo y violento cuando se dejaba llevar por la ira. Cuando se cumplen 25 años de su muerte, recuperamos un álbum revelador.
Domingo, 19 de Diciembre 2021
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Sus ojos azul claro, siempre alerta, ojos que en segundos pueden enfriarse o brillar de amor; eso es lo más distintivo del rostro de Sinatra». Son palabras de Gay Talese, el periodista que, con apenas 32 años, escribió uno de los textos fundacionales del Nuevo Periodismo titulado Sinatra has a cold (Sinatra está resfriado). Recuperado por Taschen en un libro, junto a imágenes de los pocos fotógrafos a los que La Voz concedió acceso a su intimidad, el conjunto muestra a un hombre que actuaba como una especie de mafioso siciliano inestable y complejo.
El barrio se lleva dentro
«Cuando Sinatra se sienta a cenar –contaba Gay Talese en su artículo sobre este mito de ancestros sicilianos y genoveses–, no importa dónde esté ni lo elegante que sea el lugar, algo del barrio se transluce. Mantiene algo de muchacho de barrio; lleva consigo el barrio». Así lo muestra esta imagen de Phil Stern en su camerino, rodeado de parte de su séquito (75 personas trabajaban para él), en el rodaje de Guys and dolls, en 1955.
El esfuerzo presidencial
La Voz en su camerino antes de actuar en la gala inaugural del mandato de Kennedy, en enero de 1961, que él mismo concibió. JFK y Jackie querían un evento glamuroso que rompiera con la tradición, y su gran amigo Sinatra les llevó a Nat King Cole, Harry Belafonte, Gene Kelly, Bette Davis... Durante la campaña, además, organizó cenas para donantes, hizo anuncios de radio, prestó su jet al equipo del candidato y reescribió su éxito High hopes –«Jack tiene lo que le falta a los demás»– para cederlo como tema principal de la candidatura.
Una foto con mensaje
«Nunca formé parte de su círculo íntimo –confesó el fotógrafo Phil Stern, fallecido en 2014–, pero por alguna razón confió en mí». En 1960, por ejemplo, Sinatra rodaba El diablo a las cuatro en Hawái y le pidió este retrato. El mito había aceptado un sueldo más bajo que el de Spencer Tracy para sacar adelante el proyecto y se sintió maltratado por el director Mervyn LeRoy. «A ese hijo de perra le encantaría verme crucificado», le dijo al fotógrafo. Sinatra le envió esta imagen a LeRoy con una nota: «Ya me tienes como tú querías». La foto permaneció años colgada en la oficina del director.
Sinatra hasta en el baño
En 1965, Sinatra concedió acceso total al fotógrafo John Dominis (fallecido en 2013) para la revista Life. Actuó dos semanas en el hotel Sauna Eden Roc de Miami y allí, convertido en su sombra, lo retrató de juerga con sus amigos, relajándose por la mañana con un masaje o afeitándose momentos antes de salir a escena.
Un triunfo para Frank
La victoria de Kennedy fue también un triunfo de Sinatra, su gran apoyo popular. Ambos habían compartido juergas en Las Vegas y en su casa de Los Ángeles. Fue Sinatra quien presentó al político a Marilyn Monroe.
Catarsis por Ava Gardner
En 1956, Sinatra grabó al mando de una sinfónica Tone poems of color, un disco instrumental que le sirvió como catarsis para dejar atrás su ruptura con Ava Gardner. Dos años antes, ella solicitó el divorcio y él empezó a componer fustigantes y melancólicas melodías de amor perdido. En 1957, ya culminado el divorcio, lanzó tres discos mucho más animados e inició nuevas correrías amorosas. Antes de casarse de nuevo –con Mia Farrow, en 1966– le propuso matrimonio a Bacall, Marilyn Monroe y Juliet Prowse, además de su relación 'sin compromiso' con Angie Dickinson.
Vida doméstica de una estrella
En 1965, Sinatra cumplió los 50 y John Dominis y un redactor de Life fueron autorizados a pasar tiempo con él para un reportaje de portada. «Es un hombre que arroja una hamburguesa demasiado cocida a su ayuda de cámara o un cenicero a un asistente inepto, pero nunca despide a nadie de su enorme equipo de asistentes y parásitos y dice 'gracias' cuando le piden un autógrafo –contó el periodista–. Un legendario mujeriego que dice haber fracasado con las mujeres». Entre los retratos de Dominis figura este con su perro Ringo en su casa de Palm Springs.
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