El progreso no se puede construir sin mirar al pasado, donde está la esencia del ser humano, y sin cuidar el planeta. Tampoco sin debate. Reunimos a la bióloga y el paleoantropólogo más conocidos de nuestro país para charlar sobre medioambiente y enfrentar posturas.
Domingo, 12 de Diciembre 2021
Tiempo de lectura: 7 min
El encuentro se produce en el lugar elegido por Juan Luis. Bajo un gingko biloba cuyas hojas se resisten a teñirse del amarillo otoñal, la conversación se dirige pronto hacia el medioambiente: el presente y el futuro; la responsabilidad individual y la de las grandes
El encuentro se produce en el lugar elegido por Juan Luis. Bajo un gingko biloba cuyas hojas se resisten a teñirse del amarillo otoñal, la conversación se dirige pronto hacia el medioambiente: el presente y el futuro; la responsabilidad individual y la de las grandes corporaciones y políticos; pero también la educación, la economía… Juan Luis Arsuaga y Odile Rodríguez de la Fuente hablan como dos viejos amigos –son dos viejos amigos– con una preocupación común: el futuro del planeta.
Juan Luis Arsuaga. Es que cuesta mucho renunciar a algo, empezando por el aire acondicionado del coche. Y ocurre lo mismo a nivel social y político. No le puedes pedir a muchos países que no se industrialicen como ha hecho el Primer Mundo…
Odile Rodríguez de la Fuente. A mí me cuesta identificar como responsables a grupos, corporaciones o personas… Son solo síntomas. Al tratar una enfermedad, puedes dar un ibuprofeno para quitar el dolor o buscar el origen del mal.
XL. ¿Y dónde está el origen del mal?
O.R.F. Este sistema ha funcionado muy bien porque nace en el siglo XVIII y XIX, cuando había mucha abundancia y la presión demográfica no tenía nada que ver con la actual. ¡Pero seguimos con el mismo modelo! Y lo mismo pasa en educación y otras cosas. ¡Y, sin embargo, ahora hay más científicos que nunca!
XL. ¿Desperdiciamos su conocimiento?
O.R.F. Tenemos que reconstruir el sistema en profundidad, sin parches. Pero me temo que al final nos vamos a tener que pegar. Así funciona la humanidad: reacciona frente a guerras, pandemias…
"Tenemos que reconstruir el sistema en profundidad. Los recursos son finitos. Nos estamos cargando la Tierra"
XL. ¿Estamos abocados al conflicto?
J.L.A. No lo sé. Este es un sistema muy denostado, pero nos ha llevado a pasar de una esperanza de vida de 30 años a una de 84. Que prácticamente ha hecho desaparecer la mortalidad infantil. Eso es irrenunciable.
O.R.F. Pero no podemos mantener la economía extractiva actual en un planeta con recursos finitos. ¡El desierto de Atacama se ha convertido en un vertedero para ropa! Es un sinsentido.
XL. ¿Soluciones?
O.R.F. Ser más biomiméticos.
XL. ¿Es decir?
O.R.F. ¡Imitemos a la naturaleza! La naturaleza reutiliza y recicla sus residuos. La economía circular es un concepto biomimético.
J.L.A. No es tan sencillo. Los problemas no se solucionan con pensamiento mágico. La energía nuclear no usa combustibles fósiles. ¿Es lo deseable? No. Tenemos un problema gordo, pero hay que ver cómo se resuelve.
O.R.F. Con científicos, técnica, tecnología…
J.L.A. ¡Pero buscamos un milagro! No queremos renunciar al coche, queremos uno que no contamine.
O.R.F. La naturaleza ha sido capaz de crear cada vez más diversidad, más riqueza, otras fuentes de energía…
J.L.A. ¡Son metáforas!
O.R.F. No, no. La revolución que ha supuesto Internet no es nada al lado de la revolución que va a significar liberar la energía, que no haya un dominio de la extracción y distribución de la energía.
XL. ¿Ocurrirá tal cosa?
O.R.F. Yo ahora mismo en casa pago menos factura de la luz que antes y también financio mis placas solares, el seguro, el mantenimiento… Me dirás, Juan Luis, que soy una utópica, pero no podemos seguir como hasta ahora.
XL. ¿Y qué hacemos?
O.R.F. Hay que revisar el sistema en profundidad: educación, arquitectura, movilidad, ciudades, alimentación, agricultura… ¡Todo! Y ya, porque nos estamos cargando la Tierra.
XL. ¿Es usted más optimista, Juan Luis?
J.L.A Soy optimista porque trabajo para solucionar los problemas. Estamos de acuerdo en el diagnóstico, ahora veamos qué puede hacer cada uno de nosotros...
XL. ¿Alguna pista?
J.L.A. ¡Crecer! Renunciamos a ser adultos cuando echamos la culpa a los gobiernos. ¡Si los hemos elegido nosotros! ¿No es infantil decir que consumimos demasiado combustible fósil y al mismo tiempo viajar en avión? ¿O pedir que la ciencia lo solucione todo?
XL. Es la segunda vez que menciona este ejemplo.
J.L.A. Me preocupa esta nueva religión que se llama 'ciencia'. Yo soy científico. Me convierten en sacerdote y eso exime de responsabilidad a los feligreses.
O.R.F. Completamente de acuerdo.
J.L.A. Y se montan una boda en Atenas con invitados de todo el mundo mientras piden a la ciencia un modelo de agricultura que no consuma agua.
"Este es un sistema muy denostado, pero nos ha llevado a pasar de una esperanza de vida de 30 años a 84 y casi ha hecho desaparecer la mortalidad infantil"
XL. El agua, otro gran tema.
J.L.A. En España, en contra de lo que se dice, el agua se consume básicamente en agricultura. Pero, ahora que se ha fijado riqueza en Almería, Murcia, Huelva, ¿les vamos a pedir que renuncien a ella? De nuevo, queremos un milagrito de la ciencia, que haga que todo sea compatible: prosperidad, agricultura intensiva, aguas limpias y turismo.
XL. Si no lo soluciona la ciencia, ¿quién?
J.L.A. Piensa en el mar Menor. La ciencia hace un milagro que no es pequeño: entra el agua llena de mierda en una depuradora y sale limpia. Pero para eso hay que invertir una parte de la prosperidad. La solución se llama 'renuncia'. Te pongo otro ejemplo.
XL. Dígame.
J.L.A. Ahora se habla de las macrogranjas. Estoy en contra, frontalmente. Eso que quede claro. Pero ¿estamos dispuestos a pagar cuatro veces más por el jamón de una granja tradicional? Permitirá que haya población rural, se mantendrá una cultura tradicional… Pero eso no se consigue pagando un euro por el plástico con lonchas de jamón. Yo quiero un pacto, y estoy dispuesto a pagar mi parte.
XL. La clave es renunciar. ¿Estamos dispuestos?
J.L.A. Todos queremos a todo el mundo: al Amazonas, al prójimo, a los palestinos y también a los judíos… La cuestión es el orden: primero, yo, mi familia, mis vecinos… y los kurdos quedan en el puesto 370. Lo mismo pasa con el medioambiente.
XL. ¿Qué orden establecemos?
J.L.A. Primero, el bienestar; luego, el agua limpia; y solo después, las cosas prescindibles: las vacaciones, el cachondeo… Quizá hay que viajar menos en avión. O viajar en avión de hélice, que consume mucho menos. Tardarás una hora más en llegar a Londres. ¿No puedes renunciar a ella?
O.R.F. Donde tú tomas una decisión diaria real es en el consumo. Aunque hay perversidades: ¡una manzana de Chile es más barata que una de Rioja en ecológico!
J.L.A. Pero somos adultos, decidamos por nosotros mismos...
O.R.F. Claro, pero si no llegas a fin de mes elegirás la más barata.
"Donde tomas una decisión diaria real es en el consumo. Aunque hay perversidades: ¡una manzana de Chile es más barata que una de Rioja!"
J.L.A. Esa situación no es mayoritaria. La renta media en España no es de mil euros. Es cuestión de prioridades. Y pienso también en cosas como el arroyo que pasa por mi casa. En Estados Unidos o Inglaterra, por ejemplo, están adoptados por tramos. Cada vez que propongo algo así a las autoridades locales, me miran como si fuera un extraterrestre. Pero lo repito: ¡la familia Arsuaga se ofrece a cuidar su tramo de río!
O.R.F. ¡Y la Rodríguez de la Fuente también!
J.L.A. Ahora... ¿voy a salvar el planeta con esto? Ni de coña.
O.R.F. Es que eso es de una arrogancia que flipas. ¡Será al revés! El ser humano debe establecer una relación con el terreno de la que ambos se puedan enriquecer.
J.L.A. El paisaje es un documento, ahí está toda la historia de la humanidad. Ves los ecosistemas originales, lo que hicieron los romanos, el Neolítico… En España, no tenemos naturaleza virgen. Tenemos campo: un paisaje cultural modificado por el ser humano.
"Me preocupa esta nueva religión que se llama 'ciencia'. Yo soy científico. Me convierten en sacerdote y eso exime de responsabilidad a los feligreses"
XL. ¿Cómo estará en 2050?
J.L.A. Mucho mejor, nos vamos a ocupar nosotros de eso.
O.R.F. Yo no soy tan optimista. Estamos en un tiempo distópico. Habrá más pandemias, veremos el agotamiento de minerales y combustibles fósiles… Hemos construido un castillo de naipes. Se tendrán que replantear muchas cosas. Yo veo 2050 como el año en que estaremos en plena transición después de haber vivido décadas complejas.
J.L.A. Al final, ¿qué queda? Ese famoso lema de «piensa globalmente, actúa localmente». España tiene un gran patrimonio natural y cultural. Cuidémoslo. ¡Y maduremos! Actuemos como ciudadanos adultos.
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