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Reinos de humo

Un 'brandy' de manzana

Carlos Maribona

Viernes, 04 de Octubre 2024, 09:08h

Tiempo de lectura: 1 min

Los nuevos hábitos sociales están llevando a una lenta extinción de las sobremesas. Apenas hay tiempo ya, tras una buena comida, para las largas tertulias acompañadas de copas de un buen destilado. Su consumo ha descendido de forma vertiginosa en estos años. Muchos hosteleros han perdido con ello una notable fuente de ingresos.

Personalmente intento mantener la tradición y en los restaurantes (en los que lo tienen) me gusta pedir una copa de armagnac viejo. Más difícil todavía es encontrar quién nos sirva un buen calvados, ese aguardiente de sidra que mantiene en su aroma y en su sabor los vestigios de las manzanas con las que fue elaborado. Me gustan todos los destilados, pero este de sidra muy especialmente.

Es difícil encontrar quién nos sirva un buen calvados, ese aguardiente de sidra que mantiene en su aroma y en su sabor los vestigios de las manzanas con las que fue elaborado

Como ocurre con el coñac, sólo se puede llamar calvados al que se elabora en la región francesa del mismo nombre, en Normandía. Pero no hace falta irse tan lejos. En Asturias tenemos unos excelentes aguardientes de sidra.

Hace unos días, Álvaro García, propietario de Casa Consuelo, la gran casa de comidas del Occidente asturiano, me regaló una botella única: un brandy de manzana destilado en 1942 en Colloto y conservado en barricas de roble hasta 1979, fecha en que se embotelló. Desde entonces permaneció en la botella. Una auténtica maravilla, elegante, complejo y con la manzana todavía presente. Difícilmente encontrarán algo parecido, pero si les gusta el aguardiente de sidra les recomiendo probar el de L’Alquitara del Obispo, sobre todo su Salvador del Obispo, envejecido nueve años.