Huevos Benedict

Entre las formas que tengo de evaluar esos desayunos está la presencia o no de los huevos Benedict. Por favor, llámenlos 'Benedict' y no 'benedictinos', un error muy generalizado. Valoro el esfuerzo que supone incluirlos junto a los mucho más habituales huevos revueltos o tortillas. La receta es fácil. Una base redonda de pan tostado con mantequilla sobre la que se colocan un huevo escalfado y bacon bien frito, para luego recubrirlo todo con salsa holandesa. Una versión más refinada reemplaza el bacon por salmón. Lo más complicado es darle al huevo el punto exacto, ni demasiado crudo ni cuajado en exceso. Cuando están bien hechos, son una auténtica delicia.

En las últimas semanas me los han ofrecido en hoteles de lujo de los que de verdad cuidan el desayuno como LeDomaine de Abadía Retuerta, en Sardón de Duero, o el Royal Hideaway Corales Resort de Costa Adeje, en Tenerife. Ambos excelentes. También en César, un hotel boutique de ambiente rural situado en el centro de la isla de Lanzarote. Si nunca los han probado, anímense a hacerlo. Los van a disfrutar.