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POR ALEJANDRO GARCÍA
Lunes, 6 de agosto 2012, 08:59
Cuyences es un pueblo con mucha historia: albergó el yacimiento castrense 'El Castiellu', desaparecido en la actualidad, además está documentado como 'Cuenzes' hacia 1186. Aunque en las ultimas décadas ha sufrido muchos cambios y transformaciones, «hace quince años Cuyences todavía seguía siendo un pueblo rural, pero ahora hay multitud de chalés y cada vez quedan menos casas tradicionales asturianas con hórreos, se están perdiendo», comenta José Antonio García Solís, uno de los pocos de antaño que aún viven en la localidad.
No hay bar, ni iglesia ni centro social, pero sus residentes parecen bastante contentos, «aquí está todo cerca, tenemos unas vistas grandiosas de La Corredoria y alrededores», afirma María García, hermana de José. Atrás queda la etapa de aislamiento y los prácticamente dos años de reivindicaciones para la construcción de una pasarela peatonal que uniera el pueblo con La Corredoria. «Al final, en el 2009, se hizo el puente, costó trabajo y esfuerzo para todos, pero el resultado ha sido muy satisfactorio para la aldea», subraya José, «la visibilidad era pésima, había accidentes y era un gran peligro», añade.
El agua
Cuyences es un pueblo situado en la falda del monte Naranco, con un caserío que se distribuye a través de carreteras y caminos, a unos 300 metros de altitud, perteneciente a la parroquia de La Corredoria y a tan solo dos kilómetros de la capital. Se distingue el barrio de Cuyences de Arriba.
Existen infinidad de rutas y caminos por los que pasear y andar en bicicleta, algunos llegan hasta la Pista Finlandesa y Valdeflora, otros hasta el Monte Toleo y el pico Castiello, «es una zona estupenda para disfrutar de la bici, no hay los problemas de circulación de la Pista Finlandesa, solo hay que tener algo de precaución con los coches, pero no hay muchos», explica Adolfo Lastre, ciclista habitual de la zona.
El pueblo tiene un depósito de aguas, que almacena el agua procedente de Cadasa, pasa un tratamiento de 'poscloración' y después se distribuye en la zona rural y en aquellos núcleos en los que el abastecimiento depende del concejo de los grandes depósitos. Se enumeran la fuente y lavadero de Lázaro (al norte), la fuente de Maurín (al sur), y la fuente de El Cierru (oeste), «aunque la de Maurín ya no tiene agua, está seca», detalla José.
La aldea cuenta con la Escuela de Equitación San Jorge, dedicada expresamente a la enseñanza de este deporte, desde los niveles de principiante hasta la competición, también, está el aula de apicultura, donde los visitantes pueden ver colmenas reales antiguas y modernas; por dentro y por fuera. También hay un vivero de plantas, 'Solís', que pertenece a los familiares de José.
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