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Pedestal y estatua a Egidio Gavito Bustamante, en Poo. :: G. F. B.
Cien años sentado
Oriente

Cien años sentado

Hoy se cumple un siglo de la inauguración de una estatua en Poo a la memoria de Egidio Gavito Bustamante

GUILLERMO F. BUERGO

Martes, 6 de septiembre 2011, 04:43

Hoy, a las cinco de la tarde, se cumplen cien años de la inauguración de una estatua en el pueblo de Poo a la memoria de Egidio Gavito Bustamante, el que fuera secretario del Ayuntamiento de Llanes durante 14 años y alcalde por espacio de otros ocho. Un siglo más tarde se le sigue recordando como «un regidor modélico porque aún en los tiempos más calamitosos de España, las arcas municipales de Llanes siempre fueron solventes para cubrir al día todos sus compromisos». Sin duda, un ejemplo a imitar en los tiempos actuales.

La estatua sedente que recuerda en Poo a Gavito Bustamante es obra del escultor ovetense Sebastián Miranda y el pedestal se levantó bajo un proyecto del arquitecto cubano, con raíces asturianas, Manuel del Busto. El coste total de la obra, 12.000 pesetas pagadas en cuatro plazos, se cubrió con aportaciones de los vecinos de Poo y de amigos y familiares de Egidio Gavito con residencia en México y Cuba.

Gavito, que nunca quiso emigrar a América donde, a buen seguro, le esperaba un brillante porvenir, fue un aunador de voluntades entre los llaniscos y sus parientes desplazados a ultramar. A través suyo se canalizó la llegada de importantes remesas de dinero para realizar obras por todos los rincones de Llanes. Y desde el Ayuntamiento acometió la ampliación del puerto; la construcción de un hospital municipal y del mercado cubierto y la llegada del alumbrado público y la red de abastecimiento de aguas.

Con Poo, su localidad natal, un pueblo en el que vivían 600 almas, se volcó. En permanente contacto con los indianos se convirtió en impulsor, recaudador de fondos, financiador y administrador de tres obras fundamentales: el cementerio, las escuelas y una iglesia parroquial de nueva planta. Hizo de hombre bueno en la partición de un elevado número de herencias y le correspondió la ingrata labor de tener que comunicar en la aldea los fallecimientos, enfermedades, quiebras, robos y secuestros que sufrían los poícos en América.

El día del descubrimiento de la estatua, Fermín Canella, rector de la Universidad de Oviedo, fue el encargado de glosar los méritos del efigiado. Y al alcalde de Llanes, Ramón Sordo Lamadrid, le correspondió el honor de descorrer la blanca cortina. Actuó la banda de música municipal; pronunciaron encendidos discursos Julio Gavito y el diputado provincial José Rojas, y se leyeron dos sonetos firmados por los vates locales Demetrio Pola y Félix Gavito Pedregal.

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