«Ahora estoy a tope, pero el cáncer te deja muy tocado»

Javier Dorado (Talavera de la Reina, 1977) abandonó la banda izquierda de El Molinón en 2006. Fue uno de los jugadores más queridos de la afición rojiblanca por sus cualidades deportivas y por su carácter dentro y fuera del campo. Ahora vive en Mallorca con su familia y allí se recupera de un cáncer y de varias sesiones de quimioterapia que lo han dejado tocado, pero con la moral suficientemente alta como para seguir adelante.

–¿Cómo descubrió que podía padecer cáncer?

–Hace cinco años sufrí un tema similar y cada seis meses hago analíticas. Ya me habían dicho que alguna célula podía saltar y saltó. Lo bueno es que estaba controlado. Si no llega a ser así, pues hubiera sido peor.

–¿Cómo fue el diagnóstico?

–Pues parecía una angina normal y corriente, me la trataron con antibióticos y al no remitir pues volví a hacer pruebas. Acudí al otorrino, para que me viera una especialista y tras una biopsia vio que tenía inflamado un ganglio y que era cancerígeno.

–¿Ha terminado ya con las sesiones de quimioterapia?

–Hace una semana que terminé después de cuatro meses de tratamiento, con seis sesiones.

–Y, ¿cómo se encuentra?

–La verdad es que ahora, un poco cansado, pero cada vez estoy mejor. La quimio es abrasiva y los primeros días cuesta volver a la normalidad. Ha sido un proceso duro, pero ahora, con buenas noticias, muy bie, a tope, se lleva todo mejor. La verdad es que la enfermedad te deja muy tocado.

–¿Sigue al Sporting?

–Sí, siempre. Además, cada vez que puedo lo vemos en casa en familia.

–¿Cómo lo ve esta temporada?

–Pues muy bien, la verdad. La Segunda División es muy dura y cualquiera te puede complicar la vida, pero este año tiene un equipo compensado, buena plantilla y lo bueno sería que no se desconecte de arriba, como ocurrió el año pasado.

–Lo noto optimista.

–Es que puede ser un buen año y además, con Abelardo, que siempre tiene al equipo enchufado y eso es importantísimo. En Segunda, eso es fundamental. El Sporting tiene una plantilla con jugadores de mucha calidad y experiencia.

–¿Mejor que en su etapa en Gijón?

–Bueno, en nuestra época siempre estábamos que sí, que no y nunca terminamos de dar el paso. Es una espina que tengo clavada. Este año yo creo que El Molinón está muy enchufado. El año pasado parecía desenganchado del equipo, pero los resultados son los que mandan al final y, como encadenes dos o tres malos resultados, nadie sabe qué puede pasar.

–¿Sigue en contacto con jugadores o empleados de sus años en el Sporting?

–Sí, claro. Guardo relación con gente del club. Con Diego Lobelle hablo casi cada semana, con Antonio Maestro también y ahora con Leli también me relaciono bastante. Veo de vez en cuando, aquí en Mallorca, a Rafel Sastre y comentamos la actualidad del equipo.

–¿Va a ver el Mundial?

–Sí, por supuesto.

–¿Qué le parece la Selección?

–A mí España me gusta. Al final todos sabemos mucho de fútbol, cómo tiene que jugar y tenemos nuestra propia idea, pero al final nos puede gustar más o menos, pero el que manda es Luis Enrique y creo que sabe lo que hace.

–¿Ve a la Selección haciendo un buen papel?

–Tenemos un nivel altísimo de futbolistas. Podrían ir hasta cuarenta tranquilamente en la lista y por eso es muy difícil hacer una sin dejar a nadie fuera. 'Lucho' es muy válido y seguro que se lleva a su mejor equipo. Él los conoce mejor que nadie.

–Cuando no esté Luis Enrique al frente de la Selección, ¿ve a Marcelino García Toral como sustituto?

–Sí podría ser, por qué no. Me parece un entrenador que ya está muy preparado. Ha estado en lugares muy importantes ya y sacando provecho a las plantillas que tenía. Sus jugadores suelen estar con él y, al final, un seleccionador siempre tiene más cariño de sus futbolistas porque ir a la Selección ya es un premio. Pues con Marcelino sería un punto muy a favor.

–¿Sigue en activo también con el fútbol?

–Vivo en Mallorca desde que vine a jugar y aquí me quedé. Entreno a un equipo de benjamines en La Salle y me encanta. Disfruto muchísimo con ellos, además juega uno de mis hijos y es algo increíble.

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