«Hemos tirado la primera parte», lamenta Gallego

«Cuando no te metes desde el minuto uno, pasa lo que pasa, que cuesta», explicó el técnico de Suria, que aludió a esa puesta en escena en contraposición a la mostrada la jornada anterior ante el Mallorca. «No hemos sido nosotros. Les he dicho en el descanso que era uno de los días en los que más dolido me iba porque no hemos salido con lo que hay que salir a un partido», aseguró el catalán, que a pesar de ello consideró que el once gijonés hizo «méritos suficientes» para haber sumado los tres puntos después de ir «de menos a más».

«El equipo, tras el descanso, me ha gustado mucho. Ha ido a por el rival, ha sido ambicioso», aseguró Gallego, que hizo hincapié en la reacción de sus jugadores en la segunda parte y destacó la entrega de sus futbolistas. «O competimos al 120% o nuestro margen de diferencia de estar bien a estar mal es muy amplio. Nosotros no podemos jugar al 90%», indicó el técnico rojiblanco, que apostilló que «o estamos al 120%, o no tiramos».

En todo caso, David Gallego observó que el desarrollo del encuentro le hizo pensar que, más que ganar un punto, los rojiblancos perdieron dos en la Nova Creu Alta. Pero de la misma forma recordó que quedan 36 en juego. «Una barbaridad», indicó, antes de desvelar que en el descanso simplemente hizo ver a sus jugadores que debían ofrecer «un puntito más en cuanto a la intensidad», ser agresivos y circular rápido, además de «disfrutar haciendo los esfuerzos». «Les he dicho que este no era el equipo que nosotros queremos ser y me han dado la razón. Es un equipo muy solidario, que tiene mucha ambición y que está muy unido. Lo han demostrado en la segunda parte», argumentó el técnico, que felicitó a sus jugadores por ese cambio después de la tregua.

Gallego fue amonestado después del gol del Sabadell, aunque desligó esa cartulina del penalti. «No le he protestado nada al árbitro», aseguró, aclarando que el colegiado le recordó que era el responsable de lo que pasaba en el banquillo: «Me lo ha dicho con unas formas que no eran las adecuadas. Nos merecemos, al menos en las formas, ese respeto. Me ha sacado tarjeta porque no le habrá gustado mi tono. Sí ha conseguido que me callara, que a lo mejor era su objetivo».