El Sporting se queda con hambre (1-1)

A este alto nivel de exigencia ha llegado el Sporting de Gallego, que suma y sigue. Su cosecha va por las ocho jornadas sin interrupción. Y ya solo faltan doce. Pero de la Nova Creu Alta se marchó de morros. En un día que amaneció flojo, con desajustes a granel y un descorche muy polémico del Sabadell, los rojiblancos regresaron con la corneta en la boca tras la 'galleguina' del intermedio. Igualaron e hicieron casi todo para vencer. Un bombardeo sonoro de segunda parte. Pero Djuka y Aitor tropezaron con Mackay, enorme en un paradón a Pedro. Fue la agria despedida de los internacionales. Hasta abril. Ni el 'pichichi' ni Manu amenazarán al Alcorcón. Tampoco el lesionado Saúl, Fuego y está por ver si Marc Valiente.

El Sporting salió magullado de la primera mitad, de la que se llevó un buen tortazo a la caseta. Por el gol, con letra pequeña, y porque Saúl acabó en la enfermería. El once rojiblanco asomó paliducho. Tuvo flojera de piernas y menos genio de lo habitual. Una imagen sin chicha. El Sabadell se encastilló bien en fase defensiva, armado hasta los dientes con sus tres pretorianos. A partir de ahí, una multitud en el centro del campo. Madrugó con dos telegramas al área y dos cabezazos de Aarón Rey y el peligrosísimo Stoichkov. El verso suelto local. La compañía de Antonio Hidalgo fue lo que se esperaba. Mejor imagen y repertorio que resultados y clasificación. Remango y balón. Lanzó la presión muy arriba. Y tuvo el radar activo para enchironar a Manu, Campuzano y, sobre todo, Djurdjevic.

El Sporting quiso seguir a lo suyo. Gallego dio palique al once que enfrentó al líder. Aunque tardó en coger la onda, su equipo se presentó con un disparo de prismáticos de Pedro. Silbó cerca del poste derecho de Mackay. Y antes de los primeros veinte minutos, Djuka firmó el primer indulto de la sobremesa. La alegre salida del Sabadell chirrió, oxidada, en un mal pase de sus tres centrales. Manu se encendió y vio el pasillo que ya dibujaba el '23' con su estampida. Pero el 'pichichi' se empapizó en la definición. El gatillazo fue punto y aparte.

En la réplica, con discusión y el VAR haciéndose el longuis por la superioridad del criterio arbitral, el 'Stoichkov gaditano' cantó bingo de penalti tras una caída de Heber y Saúl. El carrilero local acabó rebañando un balón con la mano y jugó con astucia en el enredo de piernas que tuvo luego con el lateral. Antes de que el músculo le sacara del partido, el cántabro ya tenía el día torcido. Irónicamente, cuando recibió el castañazo, el Sporting estiraba el pescuezo. Eso sí, era bastante escopeta de feria.

El Sabadell se olió la tostada. Se recogió en su territorio. Trató de quitar energía al partido. Sobredosis de balón local. Gallego sumó otro quebradero de cabeza con esa rotura de Saúl. Sobre la marcha fue alistado el canterano Pablo García, que mejoró bastante las prestaciones del lateral. Un cambio de cromos de manual. El choque perdió garbo de camino al intermedio.

La bronca de Gallego tuvo que ser de aúpa. El Sporting salió del camerino con malas pulgas y otra marcha, invocando al más letal de Segunda. Andaba Djuka extraviado, como toda la tropa, pero se presentó al gol. Olisqueó una pérdida y la castigó con un zurriagazo lejano que pilló a Mackay con legañas. El Sabadell quedó sonado. No se arruinó por poco. A oscuras los de casa, el Sporting falló el segundo en una oleada sin tregua. De asedio en asedio, Djuka no acertó en otro duelo a medio metro de Mackay. El meta gallego estiró todo su cuerpo para sabotear otro tiro de Pedro.

Hidalgo vio las señales de humo. Tambores lejanos. Con su once en los huesos, jugando con el gancho y de sufridor, forzó la parálisis con un doble cambio. Consiguió contener ligeramente la descarga. Una pizca. Manu, el mejor, pateado y golpeado, vio la quinta amarilla antes de la Sub 21. Pero siguió a lo suyo. Su gambeteo interior abrasó al Sabadell y excitó al Sporting.

Con diez minutos por delante, Gallego puso otra guindilla. Dio marcha al juego exterior con Gaspar y Aitor. El ventilador del Sporting se activó por las alas, aunque Pablo ya vivía de 'erasmus'. De viaje en viaje. Marc Valiente, con alguna molestia, se descabalgó en el tramo final por Borja. Fuego también se cayó de la citación del viernes por sanción. Manu se apostó tras la nuca de Djurdjevic. Como en los viejos tiempos. Aunque la entrada de Cornud dio un mejor plan de fuga a los catalanes, el Sporting había desplegado todo su campamento en Sabadell. Tocó y tocó, paciente, hegemónico. Y al final tuvo el gol, bendecido por el fino pie de Manu. Pero Aitor, ante Mackay, dejó escapar vivo al Sabadell.