A. MENÉNDEZ
GIJÓN.
Martes, 3 de agosto 2021, 01:14
Ni siquiera estaba entre los nueve jugadores del Sporting B citados por David Gallego. Pelayo Pérez (Oviedo, 2001) apareció con el primer equipo después de las bajas de efectivos al ser golpeados por la covid. Su impacto ha sido inmediato hasta el punto de continuar ... participando y contando con minutos con los mayores mientras que algunos de sus compañeros ya se encuentran de regreso en el filial.
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Aunque nada más que disputó veinte minutos, se exhibió frente a la Ponferradina como un jugador con mucha personalidad. «Nunca se esconde», dicen en Mareo. El más liviano de todos, se hizo con el control del balón el tiempo que disputó contra el conjunto de Jon Bolo, repitiendo las tan positivas impresiones que causó en los primeros 'test'. Las participaciones del centrocampista en esta pretemporada están haciendo mucho ruido, confirmando los positivos informes de los técnicos de Mareo, que consideran al jugador una de las grandes esperanzas de la cantera.
Reclutado del Astur, llegó al club rojiblanco en edad alevín. Pelayo Pérez destacaba en ese equipo junto a Pelayo Morilla, que un año después también firmaría por el Sporting. Recuerdan algunos de los preparadores que le vieron jugar cuando era un crío en el Astur que, por entonces, ya era capaz de llevar la batuta. Era entonces llamativamente pequeño, pero tenía mucho fútbol en sus piernas y una enorme personalidad. «La misma que demostró después en el club rojiblanco», mantienen.
«Es un ocho en todo. Es un jugador que interpreta muy bien el juego y que siempre está bien situado», detalla Iván Díaz, su primer técnico en Mareo y uno de los preparadores más influyentes para el jugador durante su formación.
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Repiten en el club que en esos trepidantes 'derbis' entre Sporting y Oviedo en categorías inferiores, a Pelayo no le quemaba la pelota. Quería el balón. Y a pesar de no ser el más fuerte de la clase, tenía temperamento.
«Es muy competitivo», cuentan sobre el internacional sub 17, que ha tenido que enfrentarse en el complicado curso pasado para el filial a problemas musculares. Las lesiones le frenaron por dos veces la pasada temporada. Tras asomar con Samuel Baños contra el Marino, cayó lesionado justo antes de Navidad. Y meses después le sucedió algo muy similar en León, frente a la Cultural. Ya con Sergio Sánchez y finiquitadas las opciones para el filial, recuperó protagonismo en el mediocentro anticipando el cambio generacional que se avecinaba en el Sporting B. En todas sus apariciones, en cualquier caso, demostró estar de sobra preparado para competir en la extinta Segunda B. De ahí que no sorprenda en las instalaciones rojiblancas el nivel que el jugador está ofreciendo ahora con el primer equipo. «Es deportista al cien por cien y se cuida mucho», explican sobre un jugador que a pesar de tener veinte años tiene hábitos de veterano. «Solo le falta dar un pasito en el aspecto físico», reiteran distintas voces en el club.
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El club rojiblanco anunció el domingo la incorporación para su filial de Manu Pozo, que salvo contratiempo se unirá a los entrenamientos en Mareo mañana, tras superar las preceptivas pruebas médicas. Zurdo con capacidad para desenvolverse también en el costado derecho e incluso por detrás del punta, al conjunto gijonés llega después de estrenarse en Segunda B con la camiseta del Covadonga. Cedido por el Betis en el club ovetense, disputó todos los encuentros ligueros el pasado curso.
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