Sporting

El Sporting es una verbena

La Ponferradina vacuna a los rojiblancos con una ridícula goleada

Andrés Maese

Gijón

Domingo, 21 de noviembre 2021

En una semana marcada por el positivo por COVID de Uros Djurdjevic que le impidió jugar el partido ante la Ponferradina, la peor vacuna llegó en torno a las nueve de la noche del domingo. A esa hora el Sporting ya había encajado dos goles ... y faltaban un par de minutos para que Dani Ojeda aumentara una irrisoria goleada, en la primera media hora de juego, que dejaba a David Gallego más tocado que nunca.

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El técnico del Sporting buscó una revolución para intentar cortar la sangría de resultados acumulaba hasta la fecha, pero su remedio tan solo empeoró la imagen del equipo. A los fallos interminables defensivos se sumó un cambio de sistema que terminó por desorientar a los jugadores sobre el terreno de juego.

Gallego apostó por una defensa de cinco futbolistas, pero no por alinear a más defensas se van a encajar menos goles. Borja López, inédito en la Liga, se estrenó como tercer central. Flaco favor le hizo el técnico porque tanto él como el resto de los defensores estuvieron perdidos. Las dudas de Gallego se trasladaron a El Tolarín y el Sporting hizo el ridículo.

Ponferradina

Amir; Adot, Copete (Castellano, m. 73), Amo, Pujol; Medina, Erik Morán, Naranjo (Quique, m. 83), Dani Ojeda, Yuri (Paul Antón, m. 60) y Sergi Enrich (Salazar, m. 83).

4

-

1

Sporting

Mariño; Rosas, Babin, Berrocal, Borja López (Puma Rodríguez, m. 45), Pablo García (Kravets, m. 63); Gragera, Nacho Méndez (Pedro Díaz m. 63), Gaspar (César, m. 78), Fran Villalba y Berto.

  • Goles : 1-0: m. 10, Sergi Enrich. 2-0: m. 30, Yuri. 3-0: m. 35, Dani Ojeda. 3-1: m. 48, Nacho Méndez. 4-1: m. 51, Copete.

  • Árbitro: López Toca. Amonestó en la Ponferradina a Medina, Copete; y en el Sporting a Villalba, Gragera.

  • Incidencias: partido disputado en El Toralín.

Sergi Enrich marcó a los diez minutos del inicio. Lo hizo a placer desde el punto de penalti. Nacho Méndez, titular en lugar de Pedro Díaz, perdió el balón en el centro del campo. Se durmió conduciendo el esférico y la Ponferradina gestionó un ataque veloz para terminar con un pase al punto de penalti que Enrich no desaprovechó. Sin oposición, tuvo tiempo para colocar su remate donde quiso. Los cinco defensas no sirvieron para evitar el primer gol de la tarde.

Lo peor estaba por llegar. Un simple saque de banda y una pared fueron suficientes para que Yuri empujara el balón a la portería rival. La jugada se inició a la altura del centro del campo en la banda izquierda rojiblanca. En tan solo dos toques la Ponferradina se plantó en el área para alegría de un Yuri que hundía a un atónito Sporting. La vacuna comenzaba a escocer.

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El Sporting intentó reaccionar. Se le anuló un gol por fuera de juego de Guille Rosas. El lateral, que regresó tras superar una lesión, sorprendió por la banda derecha para asistir a Gaspar Campos, pero su posición fue antirreglamentaria.

Pese a los dos errores defensivos, Gallego no reaccionó. Quedó perplejo en la banda presenciando desde el banquillo como su plan se desdibujaba. Lo que no imaginaba es que tan solo iban a transcurrir cinco minutos para volver a ver a Mariño recoger el balón del fondo de su portería.

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Un saque de esquina a favor, a la media hora de partido, terminó en un contragolpe letal. La Ponferradina se encontró con una superioridad numérica desde el centro del campo. Tan solo Guille Rosas pudo llegar para intentar defender la acción. Fue un espectador de lujo al tercer tanto de la tarde. A Dani Ojeda le dio tiempo a controlar el balón, levantar la cabeza y escoger la mejor opción para golear al Sporting.

Por suerte para los rojiblanco, el descanso llegó sin encajar más goles. A David Gallego le tocaba reestructurar al equipo y corregir el invento de Ponferrada. Como no podía ser de otra manera, el sacrificado fue Borja López. Que dejó su sitio a Puma Rodríguez para que el Sporting recuperara el sistema habitual.

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Con los cientos de sportinguistas deprimidos en la grada de El Tolarín llegó el gol de la honra. Obra de Nacho Méndez tras un pase de Gaspar Campos. El centrocampista remató desde la frontal del área para recortar diferencias en el marcador. Había tiempo para soñar en una remontada, pero los rojiblancos no tardaron en volver a las andadas.

Concretamente la esperanza duró tres minutos. Fue lo que tardó Copete en estrenarse como goleador en el fútbol profesional. Como no podía ser de otra manera, el cuarto gol llegó tras una jugada a balón parado. Una falta lateral fue cabeceada en el primer palo para sorpresa de la defensa rojiblanca. La goleada quedaba sin maquillar.

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Si el cambio de Borja López era de esperar, también lo era que Kravets y sobre todo Pedro Díaz hicieran acto de presencia en el partido. Fue la aportación de un entrenador que lleva perdido varias semanas y que además de no encontrar soluciones, en Ponferrada demostró estar atemorizado.

La alineación de cinco defensas deja en evidencia que salió al choque con el miedo de que su defensa continuara sirviendo en bandeja los goles al rival. Además, sus dudas desde el banquillo parece haberlas transmitido a unos jugadores que no están al nivel del inicio de la competición. Por los motivos que sean, la plantilla se encuentra en shock. De los últimos 21 puntos en juego tan solo ha sido capaz de sumar uno. Un empate en los últimos siete partidos.

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El resto del encuentro sirvió de poco. Los tres puntos estaban asegurados para los locales y en el Sporting las cosas solo podían ir a peor. César hizo acto de presencia en los últimos minutos para ofrecer descanso a Gaspar Campos y poco más. Una gran parada de Mariño que evitó el quinto gol de la Ponferradina y vuelta a Gijón con la cabeza gacha.

El Sporting se encuentra en la UCI con un pronóstico grave y por el momento no reacciona al tratamiento. David Gallego lo intentó, pero lo hizo perdiendo la identidad que tan buenos resultados le ha dado desde que llegó a Gijón. Son decisiones que suelen tener los entrenadores cuando ven a su equipo caer en picado y no encuentran soluciones para detener la caída.

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