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I. ÁLVAREZ
GIJÓN.
Domingo, 19 de abril 2020, 04:05
Superado ya el mes de confinamiento, los futbolistas del Sporting conocen más detalles de los requisitos a seguir para volver al césped cuando las autoridades sanitarias den luz verde para ello. El club gijonés, al igual que el resto de equipos de Primera y Segunda División, ha recibido de la Liga de Fútbol Profesional una guía con numerosas consideraciones para estructurar en cuatro fases el periodo previo a un regreso competitivo.
Con las instalaciones de Mareo capacitadas para abordar el minucioso protocolo establecido por el organismo presidido por Javier Tebas, el escollo rojiblanco está en la segunda mitad de esa hoja de ruta, que incluye un régimen de concentración con habitaciones individuales. La previsión del club gijonés pasa por desarrollarlo en un hotel para seguir esas directrices de la patronal cuando se inicia la tercera fase, que fija que la plantilla se divide para los entrenamientos en grupos de ocho futbolistas, con la limitación de tres por vestuario. Inmersos todavía en la primera fase, los futbolistas pasarán por una segunda en la que se ejercitarán en solitario. En ella no tendrán contacto con el cuerpo técnico, que les asignará la tarea a desarrollar en el campo la noche previa por vía telemática.
Llegarán a Mareo en sus respectivos coches, con mascarillas y guantes y ya cambiados, con una diferencia mínima de quince minutos entre ellos. Si utilizan el mismo material, tendrá que ser desinfectado y se ducharán en sus casas, a las que se prohibirá el acceso a todas aquellas personas con las que no estén conviviendo. En esa fase, solo se podrán ejercitar seis jugadores por terreno de juego, con la máxima distancia posible entre ellos, nunca inferior al doble de la distancia social de seguridad recomendada.
El protocolo detalla todos los aspectos relacionados a los diferentes tramos del proceso de puesta a punto para el regreso competitivo, con un régimen de concentración de unos quince días previos a la vuelta liguera, en el que se incluyen pautas en aspectos como la cocina, el almacenamiento del material y los tratamientos de fisioterapia, con limitaciones del número de personas encargados de llevarlas a cabo. Los grupos de jugadores en los entrenamientos se mantendrán para los comidas y quedan prohibidas las reuniones en las zonas comunes del hotel y en las habitaciones.
En la hoja de ruta cobran una importancia capital los tests. Se realizarán al menos tres pruebas del COVID-19 a todos los que formen parte de la concentración. La primera, dos días antes de comenzar los entrenamientos en solitario; la segunda, antes de las sesiones del grupo, y la tercera, como preludio de la competición. Un control complementado con tests diarios. Si se produce un positivo, se aislará inmediatamente al jugador, todo el grupo será sometido a la prueba del coronavirus, se desinfectarán las instalaciones y habrá controles médicos diarios.
Cuando se inicien los entrenamientos colectivos, la Liga subraya la importancia de hacer hincapié en el mantenimiento de las medidas de higiene y desinfección más estrictas. Con sesiones sin público, los únicos encargados de acompañar a futbolistas y técnicos en esas sesiones serán miembros del club, que portarán guantes y mascarilla.
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