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José Fernández, entrando por la puerta de las oficinas de Mareo, en una de sus últimas visitas públicas a la instalación, en mayo de 2016. JOAQUÍN PAÑEDA

El Sporting pierde a su patrón

José Fernández, propietario del club y presidente entre 1994 y 1997, llevaba semanas ingresado por una operación que se complicó

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Lunes, 28 de febrero 2022, 01:30

José Fernández, padre del actual presidente del Sporting, Javier Fernández, y que también ostentó este cargo entre 1994 y 1997, a raíz de la adquisición de la mayoría accionarial de la entidad, falleció ayer por la tarde a los 84 años de edad. Lo ... hizo tras permanecer ingresado de urgencia en el Centro Médico de Oviedo. Fue después de sufrir una complicación tras una delicada intervención a la que había sido sometido en las últimas semanas y que, desde entonces, le mantenía hospitalizado, en situación de gravedad y con toda su familia y amigos muy pendientes del diagnóstico de cada día. La capilla ardiente fue instalada en la sala 8 del Tanatorio de Cabueñes, mientras que el funeral por su memoria ha quedado fijado para esta tarde, en la iglesia parroquial de San Julián de Somió, a partir de las 18 horas.

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Su delicadísimo estado de salud provocó que Javier, el mediano de los tres hijos que José Fernández tenía con su esposa Nori Rodríguez, no estuviera ayer presente en el palco para ver en directo el debut de José Luis Martí en el banquillo del Sporting. La casualidad hizo que el fallecimiento del que fuera el máximo accionista de la entidad, hasta que su hijo asumió la gestión en esta última etapa y el liderazgo del paquete accionarial, se produjera también en la jornada en la que se conmemoraba el cuarto aniversario de la pérdida de Quini. Curiosamente, el mito fue repescado en su día para el club gijonés, tras el cierre de su carrera como futbolista y otra posterior como técnico auxiliar, por el propio José Fernández.

Desde hacía ya varios años, con su salida de la presidencia en 1997, Fernández había ido tomando distancia con la gestión del club, pese a su condición de máximo accionista, en buena parte por el desgaste que arrastraba y las fuertes críticas que suscitó su gestión al frente de la entidad. Como dueño vivió una de las etapas más delicadas del Sporting, con problemas económicos de gravedad y una errática política de fichajes, dando posteriormente soporte con préstamos o avalando situaciones concretas.

Se mantenía al tanto de las cuestiones del día a día por su hijo y los trabajadores más veteranos de la entidad, pero ya en un papel más de aficionado, sin perderse partido por la televisión. Y salvo alguna ocasión puntual en los últimos meses del año, como la compra de la Lotería de Navidad del club, lo que siempre aprovechaba para visitar las instalaciones, no se dejaba ver por Mareo. A El Molinón hacía años que no acudía. Desde su etapa como presidente, de la que dimitió en mitad de la temporada 1997-1998, la del descenso.

Ajeno al día a día del Sporting, pese a su condición de dueño y su sportinguismo acérrimo, delegó el peso de la gestión en los sucesivos consejos de administración que hubo en los años anteriores a la entrada de su hijo. En las operaciones más trascendentales, eso sí, siempre se pulsaba su opinión, aunque prefería dejar el peso de las decisiones a los dirigentes del momento.

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Su viuda y su familia

En los últimos años, José Fernández, que tenía seis nietos y tres bisnietos, de los que disfrutaba junto a Nori Rodríguez, repartía su vida entre Marbella y Gijón, donde pasaba el tiempo con su familia y muchas veces se dejaba ver por el entorno de la Laboral haciendo deporte. Hasta esa intervención médica, en ese sentido, siempre fue una persona muy activa, como también lo era su padre, José, dueño de la Imprenta de La Calzada.

Nacido en Gijón, en 1937, José Fernández jugó en el Deportivo Cerilleru, Vitoria y llegó como un jovencísimo futbolista a la estructura del Sporting, llegando a coincidir en el juvenil rojiblanco con Manuel Vega-Arango. Años después, a nivel profesional, tuvo una dilatada y exitosa trayectoria como empresario de la construcción, a través de la firma Ferpi, saltando en los noventa al mundo del fútbol, convirtiéndose con el tiempo en el propietario del Sporting.

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A través de una serie de gestiones con las que adquirió acciones de la entidad, a partir de la transformación de la mayor parte de los clubes en Sociedades Anónimas Deportivas por la legislación del Gobierno, Fernández se convirtió en el dueño del Sporting en 1994. Para ello mantuvo una viva disputa con el empresario conservero gallego Manuel Calvo, logrando aglutinar el paquete accionarial mayoritario a través de su figura y, después, de la empresa 'Por el futuro y la estabilidad del club', de la que participaba con el sevillano González de Caldas.

A nivel directivo, Fernández relevó a Calvo, siendo sustituido posteriormente, tras su dimisión, por Ángel García Flórez. Ya en el verano de 2016, su hijo Javier recogería el testigo presidencial y completaría el relevo generacional al frente de la entidad.

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