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JAVIER BARRIO
GIJÓN.
Lunes, 28 de febrero 2022, 01:52
Nacido en Gijón el 29 de julio de 1937, hijo de José Fernández Fernández, que era propietario de la conocida Imprenta de La Calzada, ... José Fernández Álvarez vivió la última década y media al margen de la gestión del Sporting. El club gijonés marcó su vida cuando pasó a ser su mayor accionista en los años noventa, liderando una larga etapa muy convulsa en lo económico y sin éxitos deportivos, más allá de dos ascensos y seis temporadas en Primera. Pero ya hacía mucho que no estaba en el día a día, siguiendo al equipo como espectador, pero sin pisar El Molinón. Fue su hijo Javier, actual presidente rojiblanco, el que cogió las riendas y asumió la gestión del paquete accionarial de la familia con su entrada en el consejo en diciembre de 2012, para ya, en junio de 2016, convertirse en su máximo dirigente.
Desde siempre, su vida estuvo muy ligada al Sporting, aunque mantenía una mirada muy cariñosa hacia el Gijón Industrial y los equipos de su barrio. Su padre, de hecho, fue secretario de la directiva del Calzada. Así, la primera incursión de José Fernández en el Sporting sería como futbolista juvenil, en una época en la que jugó en otros equipos de la ciudad, como el Deportivo Cerillero y el Vitoria. Y en ese breve paso por la base rojiblanca, llegó a ser compañero de vestuario de Manuel Vega-Arango, con el que haría muy buenas migas y al que solicitaría regresar a la presidencia del Sporting en un momento muy delicado décadas después. También coincidió en aquel juvenil con José Manuel Cuesta, el histórico hostelero de Casa Justo.
Años después de colgar las botas, José Fernández irrumpió con fuerza en el mundo laboral, terminando por convertirse en un empresario de éxito en la construcción en la década de los ochenta. Su empresa, Ferpi, estaba especializada en el movimiento de tierra y todo lo concerniente a obras en carreteras y autopistas. Más tarde, con el decreto para la conversión de los clubes en sociedades anónimas deportivas, Fernández retornó al Sporting para desempeñar un papel sustancial en la configuración actual de la entidad, siendo su primer dueño y pasando a tener el club el funcionamiento de una empresa.
Primero, en 1992, desembarcó como el cuarto máximo accionista -con una aportación inicial de 72.000 euros- y consejero, al lado del presidente Eloy Calvo. Después, ya comenzó a crecer su influencia, manteniendo una disputa por la presidencia con el conservero Manuel Calvo. Fue el propio Vicente Álvarez Areces, alcalde entonces de Gijón, el que se vio obligado a buscar inversores privados para la conversión del club ante la falta de alternativas para completar el capital social. Fernández fue uno de los que respondieron en una época en la que miembros del Ayuntamiento y hasta periodistas recurrían al listín telefónico para solicitar aportaciones de capital a inversores gijoneses.
Dirigente de carácter, de discurso directo, desde el primer momento tuvo un papel preponderante en la gestión, con su primera gran operación desarrollada con el traspaso de Monchu al Sevilla. No se detectaban entonces tensiones en la gestión, pese a que había muchas voces, con dieciséis empresarios. La mayoría, sin casi experiencia en la dirección de clubes. Hasta que las aspiraciones de Manuel Calvo de ser presidente, con la dimisión de Eloy Calvo, comenzaron a provocar fricciones entre ambos. Ya entonces comenzaban a detectarse problemas económicos, con recortes para paliar el desfase de los ejercicios anteriores.
Manuel Calvo vio cumplido su deseo y ascendió a la presidencia por unos meses. No mucho. El consejo prefería a José Fernández, que ya se encargaba de las operaciones de traspasos y fichajes, entre ellos el de Juanele y la llegada de Pier, y que pasaba más tiempo en Gijón. En la lucha por controlar el paquete accionarial, José Fernández dio un paso al frente y se hizo con títulos por valor de 240.000 euros que tenía el Ayuntamiento. Y finalmente, el 12 de noviembre de 1994, en una junta de accionistas muy movida, Fernández se convirtió en el presidente y máximo accionista del Sporting.
Al frente del consejo estuvo tres años, hasta 1997, con alguna operación exitosa, pero la mayoría fracasaron. La llegada del goleador internacional Julio Salinas fue la más destacada y la del ruso Nikiforov, la más espectacular. Pero los fichajes poco productivos fueron más abundantes, sobre todo Kucharsky y Kosolapov. Los dos primeros, Hugo Pérez y Yekini, tuvieron unas negociaciones atípicas.
A partir de ahí llegó una etapa con más sombras que luces, con muchos cambios en el banquillo y en la secretaría técnica, con malos asesoramientos. La inestabilidad fue muy aguda en el propio consejo. La temporada finalizó con la salvación en la recordada promoción frente al Lleida. En los dos siguientes cursos, con grandes inversiones, se amarró la salvación en la última jornada. Hasta la temporada 1997-1998, cuando abandonó la presidencia en mitad del curso en medio de una grave crisis, que se saldó con el descenso.
Ya desde la segunda fila, José Fernández avaló con sus acciones los consejos presididos por Ángel García Flórez, Germán Ojeda y Juan Arango, quienes estuvieron al frente del club en unas épocas complicadas, con conflictos que minaron la paz social y la línea deportiva, con un terrible deterioro económico, equilibrado con préstamos participativos del máximo accionista. Hasta el colapso de 2001, frente al que Fernández rehusó poner más dinero, con la solución final de la venta de Mareo y de las marcas, y la etapa del proceso concursal, ya con Manuel Vega-Arango de vuelta a la presidencia. Hasta el ascenso de Preciado, estos fueron años muy difíciles, en los que el club bordeó la desaparición. Lejos de la gestión, que dejó en manos de los consejos sucesivos, reforzó su mayoría accionarial, respaldó a los equipos directivos y atendió siempre la solicitud de avales.
Siendo el mayor de dos hermanos -Jorge, que regenta la Imprenta, es el menor-, a nivel personal, José Fernández se casó con Nori Rodríguez, su novia de siempre, con la que en 2009 cumplió las bodas de oro. El matrimonio tuvo tres hijos: María del Pilar, Javier, el actual presidente del Sporting y que hoy gestiona la propiedad del club, y Marta, la pequeña.
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