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A un Sporting pragmático, solvente y 'picardías', viento en popa a toda vela en Ipurúa hasta el minuto 67, lo gripó un gol de penalti del Stoichkov andaluz. Y el abrasivo ambiente que se creó en Eibar a partir de ahí hasta igualar la contienda sobre la bocina, cuando se perdió a Izquierdoz por expulsión. Se quedó en los huesos el Sporting para defender un empate que garantizaba la permanencia sin necesidad de favores, pero que dejó cara de vinagre a los gijoneses, ganadores con holgura durante más de una hora. También provocó la ruina para un Eibar que tendrá que jugarse los cuartos en la ruleta rusa del 'play off' y cuyo entrenador le negó la mano a 'MAR'. Saber ganar, saber perder y saber empatar.
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Así son las cosas. El Sporting llegará en chanclas a la última jornada. Tras un desastre de año y con mucho que meditar, pero libre de riesgos y cargas al fin. Y con un partido bastante aseado, contra la urgencia de su musculado rival, para precintar los objetivos. Fue práctico, aplicado, veterano de guerra en el otro fútbol y goleador con el descorche de Djuka (segundo tanto de penalti en dos semanas), y la estupenda ocurrencia de Aitor. Un gol de telescopio, pateado con instinto callejero, para vencer desde su casa al largo y osado hijo de Zidane. Pero el primer martillazo del Eibar, posterior, asustó al Sporting. Se enclaustró atrás y pidió la hora demasiado pronto.
Eibar
2
-
2
Sporting
Goles: 0-1: minuto 18, Djuka, de penalti. 0-2: minuto 52, Aitor. 1-2: minuto 67, Stoichkov, de penalti.
Árbitro: Busquets Ferrer, del Comité Balear. Amonestó a Tejero, Izquierdoz, que fue expulsado por doble amarilla en el m. 90+1. Nolaskoaiun
Incidencias: 16 grados centígrados al inicio, con tarde fresca y césped en buen estado. Arbilla y Cuéllar fueron los capitanes.
Pero pudo festejar bien, con una entrada sorpresiva, poco estética, pero dominadora desde un plano secundario. La exuberancia de casa fue más ruido que nueces. El Sporting se atornilló bien al césped de Ipurúa y amenazó galerna con un centro que interceptó Tejero, en alerta amarilla por un entradón a Queipo posterior. De entrada, tamborrada norteña, bamboleo y frenesí. Más empuje local, pero sin chicha. La cabellera oxigenada del Stoichkov andaluz resplandecía de cuando en cuando.
El día se nubló enseguida para el Eibar, incómodo todo el rato, cuando el Sporting encendió el interruptor de su plan: el robo y el balón profundo a sus delanteros, velocistas. Así canto bingo. Con bastante suspense, eso sí. La moviola no salvó el pescuezo al once de casa tras un penalti señalado por Busquets Ferrer por derribo de Berrocal a Otero. Revisó primero una posible falta de Varane a Vadillo en el arranque del ataque. Y luego puso la lupa en la caída del colombiano. El árbitro, en un comportamiento anómalo, mantuvo su criterio y equilibró un poco el listado de agravios arbitrales que han sacudido al Sporting este año. Djuka, liberador en el derbi, volvió a marcar. Nolaskoain respondió con un balazo silbador de cabeza.
El martillazo avinagró Eibar, de Fiesta Vasca, pero con el bajón de ver esfumarse el ascenso directo. Y radicalizó a cada equipo en su papel. Más controlador el Eibar, más a la emboscada el Sporting. Sin Pedro, pero con un colosal Varane. La permanencia y una última jornada en chanclas, cerca y sin necesidad de sintonizar con Vitoria. Ramírez, adrenalínico, gritaba a los suyos. Los locales, despeinados, un manojo de nervios. Un surtido de centros al área bien respondidos. Los gijoneses acalambraban el ritmo cuando podían. El Eibar se desnortaba, gripado con el curro de presión de los gijoneses, que multiplicaba sus pérdidas. Tremendo partido de Varane.
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Al descanso llegó un Sporting más encogido, con las líneas bastante partidas. Pasto de los tiburones en balones largos. Un par de ataques del Eibar de esa naturaleza encendieron las luces de emergencia en el cuadro de Ramírez. La que más mala uva llevaba terminó con Stoichkov encarando a Bruno, pero Cuéllar apagó el incendio. Del primer acto salió Nacho Martín, exigido, con una peligrosa (y excesiva) amarilla. En la caseta desempolvó el entrenador del Sporting el sistema de los tres centrales. En la ducha se quedó Queipo por Marsà, pretoriano. Djuka, de llanero solitario, con Aitor y Otero escoltas de banda. El Sporting se protegía bien por fuera y por dentro, cediendo el mando al Eibar.
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El once gijonés, pragmático, le fue comiendo la moral a su oponente, enchironado. Sin más plan de viaje que el centro al área y obligado a mirar por el retrovisor. El Sporting era agobiante en la presión, a la que saltó Aitor. 'Mangui' ante Venancio, le robó un balón para vencer a Luca Zidane con una genialidad de pícaro desde su propio campo. Un gol de longitud sideral. 'MAR' retiró como un resorte a Nacho Martín, contenido por la amarilla, por Pedro. Con el Eibar hundido, baqueteado, el equipo de Garitano se metió en el partido con una suerte de penalti de Aitor, ingenuo, sobre Tejero. Marcó Stoichkov, emulando a Panenka, e Ipurúa se encendió. Entró Diego Sánchez y el Sporting pasó a defender con una línea casi de seis cerca de su área. Se desfiguró un poco el equipo, que perdió también a Varane por Rivera en los cambios.
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Tuvo el empate Leschuk en una ocasión pintada, en pleno apurón gijonés. Y terminó claudicando el Sporting, cediendo el empate, en un error de marca a la 'pértiga' argentina. Y pidiendo la hora después por la expulsión de Izquierdoz tras un estimable partido coral.
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