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Arnaldo García

Este Sporting sí que vale

Los rojiblancos resisten el asedio del Granada en la segunda parte y ganan con un remate del canterano Diego Sánchez

Javier Barrio

Gijón

Domingo, 2 de abril 2023

Un Sporting de los de siempre, malencarado, obrero, generoso, de resistencia astur hasta el último suspiro, tumbó al Granada con la receta de casa. Y siendo el orgullo de El Molinón, que terminó con una colosal erupción para brindar apoyo a su equipo cuando el Granada, que reventó un balón en el larguero, bombardeaba por tierra, mar y aire. Este Sporting, arrollador durante toda la primera mitad y que se defendió como un jabato, sí que vale la espera de un proceso. Mención especial para los Bruno, Jordi Pola y Pol Valentín. Guerreros meritorios en las duras y en las maduras. Igual que los totémicos Pedro Díaz y Varane. La igualada de la 'Ponfe' en Lugo apretó menos el nudo de la corbata, relajando las piernas del equipo, notable en el primer acto, pese al tamaño de la reconstrucción en el campo. Tan contorsionista y extraño fue el once que Jeraldino terminó plantando la bandera en el ataque del Sporting, estrenándose como titular en el fútbol español para un choque de enjundia. Contra esa inédita conjunción de jugadores, amarrados por tres centrales, el equipo tuvo su mejor carta de presentación de la temporada. Con El Molinón abrasivo y Jonathan Varane hegemónico, completo, un pase del francés puso a Otero mirando a Raúl Fernández. El colombiano, bota torcida, clavó el balón en la nueva 'U' televisiva.

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No hubo tregua para el Granada, menguado por el energético saludo del Sporting. Vertical y jornalero en la presión. Todo el tiempo con la corneta en la boca. Lanzado. Sin mando de cosmética ni ratos de posesión sin sentido. Así sí enganchó a la grada. Puro frenesí. Varane era el interruptor para casi todo. Y Cote volvía a ser Cote. 'MAR' sacrificó hasta la plástica salida de balón con sus tres centrales metidos en el área. A cambio, balón largo para saltar líneas de presión enemigas. Un campo de minas.

Varane cargó con una ruidosa amarilla por alargar el pie y dar un pase. La inercia del estiramiento a ras de suelo le hizo salvar el balón, pero, después, atropellar a Melendo. Una tarjeta extraña y que avinagró al sportinguismo en una semana de mosqueo absoluto contra el gremio arbitral. A López Toca le silbaron los oídos. En pleno desmelene, empotrado el Granada de Paco López, Pedro sacó un córner y Diego Sánchez, a sus 19 años, marcó su primer gol con el Sporting. Un estupendo cabezazo. Vitamina para un canterano constante, metódico y creciente. El futuro del club.

El Sporting se recogió un poco tras el castañazo, buscando salir zumbando a la contra. Montado sobre las veloces e imprevisibles piernas de Otero. Alta cilindrada y poco tacto, pero un elemento que provocaba desgobierno en Ignasi Miquel y Víctor Díaz.

En la trastienda, poco que barrer. A Callejón, Weissman y Uzuni se les había cortado el suministro, enredados en el trío de centrales, musculados por Guille y Cote en la faena de cierre. Con Pedro apretando el diente, haciendo kilómetros. Otero se plantó otra vez solo ante Raúl Fernández, pero la jugada se anuló por un fuera de juego que demandaba a gritos la lupa del VAR. No dio tiempo ni a la finalización.

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Sporting

Cuéllar; Guille Rosas (Valentín, m. 46), Jordi Pola, Bruno, Diego Sánchez, Cote; Pedro Díaz, Varane (Rivera, m. 78), Jordan Carrillo (Campuzano, m. 65); Jeraldino (Aitor, m. 65) y Juan Otero (Cristo, m. 84).

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Granada

Raúl Fernández; Ricard (Diedhiou, m. 80), Víctor Díaz, Ignasi Miquel, Neva (Silva, m. 85); Melendo, Pol Lozano (Puertas, m. 63), Bodiger; Uzuni, Weissman (Perea, m. 63) y Callejón (Bryan, m. 63).

  • Gol: 1-0: minuto 15, Diego Sánchez.

  • Árbitro: López Toca, del Comité Cántabro. Amonestó a Varane, Diego Sánchez, Cote, Campuzano y Víctor Díaz.

  • Incidencias: 13 grados centígrados al inicio del partido, con césped en buen estado. Cuéllar y Víctor Díaz, capitanes. Sacó el Sporting. Minuto de silencio por el fallecimiento de Javier Martínez Piñeiro, quien fuera técnico de la base, y por el padre de Lourdes Lezcano, delantera del femenino.

Cerca de la caseta, el Sporting se atechó un poco, tomándose un respiro del esfuerzo. Bajó un par de marchas. Bodiger y compañía pilotaron un poco más. Pero no les dio para intimidar a Cuéllar, aún por estrenar. Antes de entrar por la caseta, sí que pudo hacer un boquete el Sporting al Granada. Víctor Díaz despejó con el pie torcido, todos los delanteros del Sporting olieron la sangre y corrieron como posesos, jabatos. El centro de Otero, que llevaba muy mala uva para el Granada, lo conectó muy manso y delicado Jeraldino. La situación era pintada para el segundo estacazo.

De la charla regresó el Sporting sin Guille Rosas, lesionado, y con Pol Valentín. Ignasi Miquel, demasiado pesado para lidiar con Otero, estuvo a un tris de la expulsión en una carrera con el colombiano. Una flecha a campo abierto. Sin castigo ni penitencia por los brazos que estiró el central, otra vez descargó su mahumor la grada. Las posesiones del Granada se alargaron. Diego Sánchez cargó con otra amarilla por una falta tras un empujón, un pestañeo después, de Weissman a Jordan Carrillo.

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Un zurriagazo de Callejón confirmó que el gobierno era basculante. Paco López se echó al monte y refrescó todo el frente, reclutando de urgencia a peloteros como Puertas y Perea. 'MAR' respondió con Campuzano y Aitor, relevando a Jordan, con sorbos de talento, y Jeraldino, sin chicha. Los atacantes del Granada empezaban a rondar más y más a Cuéllar, encastillado todo el Sporting. A los veinte minutos finales se llegó en todo lo alto, con López Toca cargando de tarjetas a los gijoneses, bien atornillados atrás y propagando el peligro con pelotazos largos a Otero, Campuzano y Aitor.

Tocó remangarse. Tambores de guerra. Uzuni estrelló en el larguero, cerca de la cruceta, una picada estupenda de Melendo. Y Neva disparó al cielo de El Molinón una situación increíble. El Granada llegaba. Y al Sporting le pasaba factura el esfuerzo y el miedo a perder. O la necesidad de triunfos. Ya calentaba Rivera. Uzuni buscó el penalti, pero nadie picó.

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El partido llegó a la conclusión con un Sporting tenaz que resistió de forma épica los últimos minutos, con medio equipo tieso por el agotamiento. La alegría del triunfo fue la mejor medicina contra las agujetas. Tres puntos de oro que permiten al equipo darse una alegría y espantar de paso los fantasmas del descenso. A ello también contribuye las derrotas del Málaga y el Racing y el empate de la Ponferradina.

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