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Un Sporting jabato, recuperador del orgullo perdido en el Reina Sofía, lo cortocircuitó la expulsión de Djuka en un duelo frenético. Un borrón y cuenta nueva para el equipo. La tropa de 'MAR' levantó la mano y la cabeza tras el 'crac' ante Unionistas. Pero ... se estrelló dos veces contra la madera y le carcomió un arbitraje excesivo y desgastante. La primera amarilla del serbio, demasiado revolucionado, fue por reclamar un empujón meridiano. La segunda ya abocó al Sporting a competir treinta minutos de inferioridad física. Nunca mental. Al final, el equipo cosechó un punto que confirmó el bajón en el conteo liguero, pero empató con la cabeza bien alta. Y aunque le birlaron el segundo puesto, mantuvo a buen recaudo la honra de El Molinón. Invicto.
Sporting:
Yáñez; Pascanu, Róber Pier, Izquierdoz, Cote; Rivera (Varane, m. 70), Nacho Méndez (Roque Mesa, m. 90), Gaspar Campos (Pablo García, m. 77), Hassan (Álex Lozano, m. 70); Otero (Esteban Lozano, m. 90) y Djuka.
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Levante:
Andrés Fernández; Xavi, Postigo (Dela, m. 45), Álex Muñoz, Valle; Oriol Rey (Brugué, m. 70), Lozano (Algobia, m. 53), Pablo Martínez, Kochorashvili (Óscar Clemente, m. 12); Dani Gómez (Bouldini, m. 70) y Fabrício.
Árbitro: Cid Camacho. Amonestó en el Sporting a Gaspar, Rivera, Izquierdoz, Varane, Róber Pier al técnico Miguel Ángel Ramírez; y en el Levante a Pablo Martínez, Oriol Rey, Lozano, Álex Muñoz. Y expulsó a Djuka por doble amarilla.
Incidencias: partido disputado en El Molinón ante 19.640 aficionados.
Poca tacha se le puede poner a un equipo que inflamó a su afición tras lo del miércoles, saboteado por los mordiscos de un Levante superado y callejero para congelar el partido. Y por supuesto, por la desproporción con las tarjetas del segoviano Cid Camacho, que equilibró el guión.
Tras dos cornadas como forastero, el Sporting se encendió. Tamborrada para la enmienda. Regresó a casa con la apuesta más clásica y manida de Ramírez. Y ganas de revancha. De partida salió el once que mejor se recita de carrerilla. Solo el retoque de Izquierdoz, compinche de Róber Pier ante la baja de Insua, y el meneo que siempre existe en el centro del campo. Esta vez fue Roque Mesa, titular habitual, el que se quedó de miranda. El partido se desenvolvió con el Sporting acelerado. Un zurriagazo de Otero que salió silbando cerca del oído izquierdo de Andrés Fernández presentó a los de casa, que firmaron un primer acto sin tacha. Faltó el festejo, claro. A Álex Valle le libraron de la amarilla tras un túnel de Hassan, que asomó de la caseta con brío y más estabilidad. Al lateral, exigido, pronto se giró para echarle un cable Kochorashvili. Pascanu, que dio un paso al frente y participó en la ofensiva, también percutía con un cabezazo.
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El partido se destapó a pecho descubierto. Generoso y con ganas de alegrar la pestaña al aficionado. El Sporting atacaba con toda la caballería, acumulando muchos jugadores cerca del rancho de Andrés Fernández. El Levante, aunque no llegaba con el mismo ímpetu, también enseñaba el diente hasta que fue achantando con el fútbol expansivo y dominador del equipo de Ramírez. Antes del primer cuarto de hora, Javi Calleja tuvo que agotar una ventana de cambios por la lesión de Kochorashvili, con el Sporting vigilando la trastienda. El partido de 'MAR' se jugaba tan a campo avanzado, con un guión vertical, que quedaban bastantes metros libres para correr entre los pretorianos locales y Yáñez. Se apretaba todo el grupo para atacar y defender. Una carta de presentación de un equipo valiente y jabato. Terco en su objetivo. Sin parentesco con el cándido desgobierno de la Copa.
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Izquierdoz se enredó con Cid Camacho a cuenta de un agarrón de Álex Muñoz dentro del área. El árbitro segoviano dejó correr y jugar. Escapando de polémicas, malhumorando al Sporting. Otero reventó un pase estupendo de Pascanu contra la parte exterior del poste izquierdo de Andrés Fernández. El Sporting solo conocía una marcha. Estaba entregado al frenesí, con Nacho Méndez y Rivera agitando a sus compañeros, empotrando a su oponente. Cuando perdía el hilo del balón, todo el coro se aplicaba en la recuperación en distintas líneas de presión. Un corte de digestión permanente para el Levante, que empezaba a gotear. Al equipo granota no le quedó otra que avinagrar su juego, áspero al contacto, buscando parar el ritmo con una serie de infracciones que enfriaron al Sporting y le desnortaron un poco. Djuka, protestón, vio una amarilla tras un empujón muy claro. Entre medias, Gaspar reclamó una mano de Álex Muñoz, pero este tenía las manos apretadas contra el cuerpo. El pelotazo dio en su codo, sin infracción aparente.
Tras el frenazo, el Sporting apretó de nuevo, pilotado por un notable Nacho Méndez. El balón salía despedido del área de Andrés Fernández, pero la pelota volvía para amenazarle. De derecha a izquierda. Hassan encaraba a Álex Valle, pero sus envíos se extraviaban. Cote y Gaspar agitaban el avispero por la zurda. Y el Levante tapiaba como podía. A veces, más allá de lo permitido. El equipo acabó de muy mala uva con Cid Camacho, que daba cuartelillo a los granotas en esa defensa numantina al límite. El Sporting se fue a la caseta con el mal trago de saberse superior, pero negado por el marcador.
Del intermedio salió un Sporting igual de intentón y terco en su búsqueda de Andrés Fernández. Cote anunció a su tropa con un centro pintado para el remate de Otero, pero el colombiano se frenó en el último momento. Antes de la hora, con el Sporting lanzado, Cid Camacho expulsó a Djuka, con una segunda amarilla forzada por un astuto Pablo Martínez, ayudado por el carácter abrasivo del balcánico. El '23' se fue enloquecido, agarrado.
El Molinón entendió que era su momento, con su equipo muy castigado por el guión del partido y un rival corto de merecimientos. Sacaba tajada de embrutecer el juego. Las dos líneas de cuatro se apretaron, con Otero para correr toda la estepa. Ramírez no tocaba ni una coma, aunque había indicios de que las piernas del Sporting demandaban un abanico. Los problemas aumentaron cuando el tobillo izquierdo de Hassan se torció. Y de la armería, contra pronóstico, salió el prometedor Álex Lozano. Debutante en El Molinón, dejando una buena tarjeta de presentación. A la modificación también se aupó Varane. Y, poco después, Pablo en su versión de extremo.
El Sporting metió la cabeza en el partido con las renovaciones, jugando de tú a tú, olvidándose de la inferioridad. Aunque las piernas no eran las mismas por número y el partido ya discurría pendular. La entrada de Pablo García aceleró la ofensiva por la izquierda. En la última modificación, Ramírez alistó a Roque Mesa y a Esteban Lozano. Hasta el bocinazo final persiguió el equipo el triunfo, con un cabezazo del mediocentro canario.
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