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JAVIER BARRIO
gijón.
Sábado, 15 de febrero 2020, 02:46
Hace un par de días, Miroslav Djukic anunció lo que se avecinaba y la fórmula para encararlo. Un tramo de competición definitivo, con el fantasma del descenso soplando en el cogote, peloteando con fuego. «Todos tenemos nuestros miedos. Lo único es que unos tienen capacidad para vencerlos y otros, no. Tenemos que tener esa capacidad. En la vida hay que hacer cosas y nadie te pregunta si tienes miedo o no», reflexionó durante la entrevista con EL COMERCIO. Ayer evolucionó en ese pensamiento, agarrando la presión con fuerza ante la visita al domicilio del último clasificado. «Hay que estar preparado. A partir de ahora cada partido es una final», asumió el entrenador del Sporting.
No dulcificó la realidad de los rojiblancos el preparador serbio, obsesionado ayer en exclusiva con el partido de Santander y cortoplacista en su análisis de la situación, sin regatear el riesgo real de descender a Segunda B. Esta no fue una cuestión tabú para Djukic. «Siempre hay peligro (de descenso) y no podemos cerrar los ojos. Seríamos tontos si pensamos que somos el Sporting y eso no va a ocurrir. Estamos donde estamos y debemos ser conscientes de los peligros que hay y trabajar para que eso no ocurra», resumió el serbio con realismo. Pero, atajó, «cada jugador tiene que saber lo que tiene que hacer y no mirar la tabla. Los resultados vienen como consecuencia de un buen o mal trabajo».
Puesto todo el mundo en situación en la víspera del viaje a Santander, Djukic también abrió el juego hacia la otra banda, desviando parte de la presión de su vestuario con dirección a Santander. Lo hizo invocando un grupo guerrero e intenso. Y calculador para hurgar en el nerviosismo del Racing, más necesitado. A ocho puntos del Sporting iniciará el partido de mañana: «Hay que apretar al rival y no dejarle jugar. En su campo tiene presión y tendrá que tener el balón, atacar y descubrirse. Tenemos que jugar con su ansiedad porque no solo tenemos presión nosotros. Hay que tener el corazón caliente y la cabeza fría». El vestuario, prolongó, «es muy consciente de lo mucho que se juega».
Pero en lo que resultó más machacón Djukic fue en la petición de un plus de «concentración», torpedeado el Sporting cada fin de semana por sus propios errores, sobre todo en la estrategia. «Cuando surgen estas jugadas tenemos que estar preparados, cerca del rival. Ver si nos van a hacer un bloqueo o no. Si estamos despistados y solo miramos al balón, nos va a pasar muchas veces», alertó. Un aviso para navegantes. Porque, subrayó, «este es un partido donde no caben los errores, que se pagan carísimos. Tenemos que ser conscientes de ello y estar concentrados los noventa minutos».
Con la petición de un once se mostró más esquivo, regateando una pregunta relativa a la vuelta al 4-2-3-1, centrando a Manu García. ¿Y Murilo? «Está entrenando bien y preparado para ello (ser titular)», se limitó a responder. «No sé si va a serlo. Ya veremos», atajó lacónico ante la insistencia. «Buscamos rendimiento», resumió. «En el campo tenemos que poner a los mejores en cada momento», consideró el preparador.
Aunque en Gijón vive absorbido por el día a día, tomando distancia con el entorno y repartiendo el tiempo entre Mareo y su domicilio en La Arena, donde vive con su mujer, más adelante agradeció por anticipado el apoyo de la 'Mareona' en El Sardinero. «Hemos oído que han comprado casi 2.000 entradas y eso es muy bueno. La gente está con nosotros y es un aliciente más para ayudarnos, y una responsabilidad más para nosotros el agradar a esa gente que vendrá a vernos», recordó Djukic, quien defendió la evolución que aprecia en el Sporting. Contra los resultados, el técnico observó que «el equipo está haciendo muchas cosas bien», pero volvió sobre sus pasos para pedir «evitar esas lagunas que nos surgen cada poco porque estamos pagando muy caro estas cosas». Otro aviso ante un duelo capital. «Hay que ganar al Racing y, luego, ya miraremos otro partido. Tenemos que fijar metas, pero la más inmediata es ganar en Santander», enfatizó.
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