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El entrenador del Sporting aguarda preocupado el veredicto del VAR. ARNALDO GARCÍA

Sporting

Lo que dice el Sporting: «El que lo desenchufó... lo veía venir»

El Molinón vuelve a entrar en erupción con el Sporting

Javier Barrio

Gijón

Lunes, 17 de abril 2023, 03:51

«¡Cundi, Cundi, Cundi!», atronaba El Molinón. Mientras, el mejor lateral izquierdo de la historia del Sporting, con una agradecida mano en alto y una imborrable sonrisa, se retiraba hacia el túnel de vestuarios. El mismo por el que entró y salió tantas veces como portentoso ídolo. Fue un precinto hermoso a la semana del '3', ovacionado ayer por el sportinguismo antes del partido y que, tan solo un puñado de días antes, había descubierto su puerta en el exterior. En el emotivo aplauso de su público estuvo también su hijo, Rubén Suárez, 'Rubenín'. Los dos escoltados por David Guerra y Joaquín, quienes le entregaron una camiseta conmemorativa.

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Por delante, un partido vigoroso para el ojo de 'Facultades'. Un partido esposado, de pocos ataques del Sporting, hasta el encendido del final. El ida y vuelta de los de Ramírez contagió a El Molinón, que recuperó su energía, pasada de decibelios. También contribuyeron a ello los censurables cánticos que salieron de la esquina en la que se ubicaban los sectores más radicales de la afición del Alavés. Sobre todo cuando Cuéllar iba a ser atendido tras un aparatoso encontronazo con Bruno y alguno de ellos pedía a sus jugadores una agresión al meta. Fue la nota negativa del día. Aunque no hubo grandes incidentes que lamentar con este grupo de seguidores, tratando de boicotear la cordialidad entre ambas aficiones, en una jornada en la que El Molinón recuperó su gran versión. Cerca de 19.000 espectadores siguieron el partido.

Cundi, con una camiseta conmemorativa, fue ovacionado por El Molinón, al que salió acompañado por su hijo Rubén, David Guerra y Joaquín. A. G.

Había preocupación, de hecho, porque los aficionados más extremos del Alavés viajaron en un buen número, al margen del resto de seguidores vitorianos, que disfrutaron de Gijón en la previa con armonía. Este grupo, no. Pero la calificación de partido de 'alto riesgo' permitió el aumento del dispositivo policial. Así, los radicales entraron escoltados, llegando a El Molinón caminando por delante de la Feria, y, sobre todo tras esa acción de Cuéllar, por fortuna sin consecuencias para el meta, que se dolía de una costilla, montaron un gran alboroto. Incluso arrojaron algún vaso de plástico hacia la zona de la afición del Sporting. Eso hizo también que todo El Molinón prendiera, volcánico, para abroncar y silenciar a este grupo, que profería insultos hacia la grada local. Pero enmudeció cuando el partido volteó y el Sporting estuvo cerca de ganar sobre la bocina. Le sobró un poste y el aviso del VAR. El club, en un guiño al parón de más de cinco minutos que hubo por la pérdida de la señal con la Sala VOR, se lo tomó con filosofía e ironía. «El que lo desenchufó... lo veía venir», publicó en sus redes sociales. Un guiño al apagón, que aumentó el partido en más de diez minutos, y a esa polémica decisión que anuló el gol de Campuzano.

Hubo un desencuentro aislado en la Grada Norte, en una discusión entre dos aficionados, en la que mediaron algunos seguidores que estaban en la zona para apaciguar los ánimos. Fue justo antes del inicio, al que los jugadores del Sporting saltaron acompañando a unos niños con la naranja camiseta de 'Integra Energía', cuya continuidad como patrocinador principal está en discusión en este momento por la entrada de 'Jalisco'.

Pero en líneas generales, con la preocupación que había en este encuentro por el desplazamiento de tantos hinchas radicales del Alavés, la seguridad local estaba más que satisfecha. Todo estuvo controlado. En el palco, junto a David Guerra y, por supuesto, Cundi y sus familiares, se sentaron otras personas destacadas del Grupo Orlegi. No faltó Salomon Behar ni Aleco Irarragorri. Tampoco Israel Villaseñor, que lleva varios meses de estancia en Asturias y que se ha convertido en un espectador habitual de los partidos del Sporting. A El Molinón también regresó Luis Miguel Pérez, un profesional estratégico dentro del Grupo Orlegi, director de relaciones institucionales y uno de los ejecutivos que se encuentran en la estructura con Alejandro Irarragorri desde el inicio.

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