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JAVIER BARRIO
GIJÓN.
Viernes, 7 de febrero 2020, 03:05
El nombre de José Gragera (Gijón, 2000) está en boca de muchos aficionados en cada corrillo que se hace cada mañana en Mareo. Tiene 19 años, pero el porte físico y descaro de un futbolista hecho para una posición, el mediocentro, de perros ... viejos. Ha llamado mucho la atención de Miroslav Djukic, que le ha seguido en directo en los últimos partidos del filial en Mareo, manifestando un gusto especial por el canterano, según se comenta en la casa. Solo la frustrada salida de Hernán Santana en el último mercado y el número de futbolistas que hay en la plantilla para esa demarcación le mantienen en el día a día con el filial.
Son las 13 horas del mediodía en Mareo, con el Mirandés clasificado para las semifinales de Copa y preparando viaje dentro de un par de días para Gijón. Gragera, que regatea bien las preguntas sobre su situación entre el primer equipo y el filial, sabe lo que hay. Hace dos meses y medio, en el diluvio universal de Miranda de Ebro, con José Alberto en una situación delicadísima, se estrenó como titular en la Liga con el primer equipo del Sporting. «Parece que fue ayer, pero ya han pasado muchos partidos y sigo trabajando para que puedan volver a darse situaciones como esa», asegura el mediocentro más estratégico del filial rojiblanco a EL COMERCIO. Por él pasa casi todo.
Colgada al hombro, la camiseta blanca con el dorsal '29' que conserva a modo de recuerdo luce impoluta. En las fotografías de aquel partido de finales de noviembre se veía empapada, salpicada de barro y verdín. José Alberto se había acercado aquella mañana a él, durante el paseo del equipo por los alrededores del hotel en Miranda, para decirle que él era el elegido. «Las circunstancias no eran las que más me habrían gustado para debutar, pero estaba encantado. Me daba igual que fuera el peor campo del mundo o El Molinón, que está espectacular», subraya el mediocentro en relación al pellejo en el que estaba José Alberto y las especiales condiciones meteorológicas del partido. Completó un gran encuentro, asociado con Pedro Díaz, pero a la siguiente jornada volvió con el filial. Desde entonces, no ha vuelto a participar.
«No fue una decepción porque sé que en mi posición hay un 'overbooking' increíble, gente muy buena y con calidad y que tiene ficha del primer equipo, pero sí me quedé con ganas de poder seguir demostrando, sobre todo porque el equipo volvía a El Molinón», reconoce, normalizando la situación: «Me encuentro muy bien, con muchas ganas y entrenando fuerte. Los partidos nos están saliendo bien en el filial y eso es un punto positivo para nosotros, para que se fijen en los jóvenes. Pero solo estoy centrado en terminar de la mejor forma posible y luego ya veremos».
Los informes internos del club confirman ese crecimiento, con altas posibilidades de que la próxima temporada dé un paso más y sea uno de los mediocentros del primer equipo. La decisión llegará en el final del curso, aunque su rendimiento ya camina hacia ese escenario y, desde hace tiempo, es uno de los canteranos mejor valorados por Torrecilla, quien ha tenido la última palabra sobre las promociones al Sporting en cada cierre de temporada. En este caso, no obstante, el futuro del director deportivo se encuentra entre interrogantes por el mal momento del proyecto. Se resolverá en esta segunda fase del año.
Interés exterior
La proyección de Gragera, por otra parte, llama la atención en el exterior. En el último mercado, un equipo de Segunda le realizó un seguimiento, con una tentativa, pero no llegó a prosperar. En Mareo quieren tenerle cerca y aún puede participar en este final de curso. En enero de 2018 firmó un contrato para el filial que finaliza en 2022. El acuerdo incluía una cláusula que el Sporting puede activar en cualquier momento, siempre y cuando establezca a Gragera como jugador del primer equipo, para formalizar un nuevo contrato de tres años con este estatus.
Ese es el futuro, pero ahora vive en el presente. «Me encantaría poder jugar en el primer equipo del Sporting, como a todos, pero no tengo mucha idea de qué va a pasar», concede con precaución sobre la próxima temporada, reorientando su visión al choque del domingo: «Ojalá el equipo pueda salir de esa zona medio-baja en la que se encuentra y optar por el 'play off', que es el objetivo que tiene todo el mundo y la ciudad».
En el ambiente todavía flota el pase del Mirandés a las semifinales de la Copa del Rey. «Se ha metido gracias al grandísimo equipo que tiene. Me parece un señor equipo, con buenos jugadores, y encima en su campo sabe llevar muy bien los partidos al ritmo que quiere», observa. «Nos va a poner las cosas duras y no creo que influya que haya jugado la Copa, porque tiene muchos jugadores, pero ojalá el Sporting gane para poder entrar en una dinámica positiva y alcanzar el objetivo», reitera. Mientras, aguarda una nueva oportunidad.
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