Seriedad y caras largas en el regreso de Fuenlabrada

No ha sido la temporada soñada. Tampoco la mejor forma para terminarla. Los primeros en darse cuenta son los propios jugadores. Ayer, a su llegada a Mareo procedentes de Fuenlabrada, había muchas caras largas, rostros serios, síntoma de que el ánimo de los jugadores está tocado después de no haber podido ganar en Fuenlabrada, ante más de dos mil integrantes de la 'Mareona', como requería el guion. Además, muy consciente de la situación, 'El Pitu' Abelardo ya había remarcado tras el partido que, pese al alivio de haber asegurado la permanencia de manera matemática, «no hay nada que celebrar».

Cabizbajos, en silencio y rehuyendo las cámaras, los jugadores del Sporting fueron abandonando el autocar en el que regresaron ayer desde Alcorcón, localidad donde pernoctaron tras el partido del sábado ante el Fuenlabrada. Actitud que no deja de ser un síntoma de que la plantilla no es ajena a la situación derivada por unos resultados deportivos que han conducido a un final de temporada que nadie se había imaginado hace unos meses, cuando la situación clasificatoria invitaba a pensar en otros objetivos.

Eran las dos y media de la tarde cuando el autobús del Sporting entraba en la Escuela de Fútbol de Mareo y ni cinco minutos más tarde, después de recoger sus enseres del maletero, los miembros de la expedición empezaban a abandonar el recinto en sus vehículos particulares. Tocaba disfrutar de dos días de descanso decretados por el entrenador antes de iniciar mañana por la tarde el trabajo de cara al último compromiso de esta temporada ante Las Palmas en El Molinón (domingo, 20 horas).

No hubo ni un solo aficionado en Mareo para recibir a un equipo que llegó de Fuenlabrada con los deberes hechos, lograda la permanencia, a pesar de que no fue capaz de conseguir la victoria ante un rival ya descendido y que no se jugaba nada.

El empate sin goles dio un punto a los gijoneses, que merced a la derrota de la Real Sociedad B ante el Huesca, producida en el tiempo añadido y cantada por la 'Mareona' en las gradas del estadio Fernando Torres, permitió respirar a los sportinguistas y a un Abelardo que se santiguaba en el banquillo cuando le iban cantando los resultados de los partidos de los otros equipos involucrados en la zona baja.

Toca hacer borrón y cuenta nueva para cerrar el año ante la afición rojiblanca. Abelardo también lo tenía claro tras el empate en Fuenlabrada: «Ahora toca disfrutar con más tranquilidad del último partido». Visto el espíritu con el que llegó ayer la plantilla a Mareo, el técnico gijonés tiene trabajo por delante durante los próximos días para recomponer anímicamente a unos jugadores que cierran un año horrible. «Una pesadilla de la que hay que despertarse», en palabras del meta rojiblanco Iván Cuéllar.

Con el entrenamiento de mañana en Mareo, los jugadores inician la que será su última semana de trabajo de esta temporada con la vista puesta en poder brindar a la afición local un final lo más digno posible. Y después, tocará tirar de la receta de 'El Pitu'. Del «trabayu, trabayu y trabayu» con el que se puso al frente del Sporting, al «desde hoy mismo todos tenemos que trabajar sin descanso para no volver a vernos en una situación como esta», con el que cerró su comparecencia tras lograr el sábado asegurar la categoría.