Rancio empate del Sporting

El Sporting sumó un insuficiente empate en La Rosaleda ante un Málaga que fue mejor y tuvo el control del partido, pero se encontró con Diego Mariño. El meta fue el mejor del partido y salvó a su entrenador de la quema, que un encuentro más dejó morir a su equipo en la segunda parte cuando el marcador era favorable.

David Gallego no cambió sus planes. Desde el miércoles tenía claro que Berrocal y Babin iban a ser sus centrales titulares en Málaga y que Rivera iba a comenzar el partido en el banquillo. No le salió mal porque su equipo se encontró dos goles que hicieron posible que el regreso a Gijón no hubiese sido en vacío. El 'premio' fue de un punto, pero pudieron ser tres.

Desde los primeros minutos del choque quedó claro que el Sporting de Málaga poco se iba a parecer al que reventó el pasado jueves en El Molinón. Un equipo apático, sin orden y sin las ideas claras fue maniatado por un Málaga que se encuentra en una situación muy parecida a la de los rojiblancos.

El enfrentamiento fue aburrido. Horroroso. El milagro es que en La Rosaleda se hayan visto cuatro goles porque lo cierto es que la propuesta de juego de los dos equipos es para hacérselo mirar a los dos entrenadores. Dos penaltis absurdos por parte de los dos equipos marcaron el inicio del choque. Djuka no erró desde los once metros, mientras que Brandon hizo lo propio para empatar la contienda.

El control del Málaga fue total. El juego se desarrolló en gran parte en el terreno de juego del Sporting ante la impotencia de los gijoneses, que fueron incapaces de enlazar tres pases seguidos. Djuka vivió aislado, mientras que Villalba apenas tuvo contacto con la pelota. El partido para él fue un suplicio. Pasó gran parte del choque viendo como sus compañeros despejaban el peligro a pelotazos.

La mejor noticia de la tarde para el Sporting llegó a las puertas del descanso. Un centro de Kravets, en una de las pocas apariciones de los laterales en ataque, terminó en gol. Su centro se envenenó y sorprendió a todos. ¡Incluso a él! El defensor ni siquiera celebró su primer gol con el Sporting que les ponía milagrosamente por delante en el luminoso.

El descanso llegó con ventaja para los visitantes. Y la idea de Gallego fue la de defender el resultado. Demasiado tiempo por delante para aguantar un marcador que no estaba siendo justo por lo visto en el terreno de juego.

Una vez más, el técnico dejó ahogarse a su equipo. Ni supo leer el choque ni hizo ningún movimiento a tiempo para cortar la sangría. Nacho Méndez entró en el descanso para dar descanso a Pedro Díaz y poco más. La alternativa a Rivera llegó en los últimos diez minutos cuando el equipo ya estaba entregado y asfixiado.

La tortura pudo terminar bien. Principalmente porque un contragolpe dejó a Djuka solo ante Dani Martín. El serbio, estorbado por Peybernes buscó una vaselina, pero su remate se fue alto.

Tanto se acercó el Málaga a la portería de Mariño, que terminó empatando. El meta despejó un primer disparo, pero el rechace lo recogió Ramón para perforar la meta del portero gallego. Se intentó disfrazar de héroe, pero el meta no llegó en su estirada para evitar el segundo gol del Málaga.

El premio es excesivo. Siendo francos el Sporting no mereció ganar, pese a que tuvo en su mano la victoria. Y el empate… pudo merecerlo, pero fue demasiado temeroso a un encuentro en el que el físico jugó también su partido.

El 'play off' se encuentra a ocho puntos. Una distancia considerable que será muy difícil de recortar. La esperanza es lo último que se pierde, pero por lo visto en Málaga resulta complicado ser optimista.

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