Un punto de partida para el Sporting

No salió de pobre el Sporting con el 1-1, que solo se alejó un punto más de la Real Sociedad B y del descenso, pero sí cambió de onda. El gol equilibrador de potra del Leganés, fabricado por la ejecución de una falta que se torció con el roce torticero de la barrera, resultó un castigo demasiado severo para los gijoneses en un territorio ingobernable para el forastero con Mehdi Nafti de alcalde. Ahora, la herida debe cicatrizar el sábado contra el Cartagena, con El Molinón en combustión. Y sí, embolsar tres puntos para escapar del embrollo.

Martí embistió rocanrolero, con dos delanteros y una vuelta de calcetín al once: cinco cambios. Algunos exigidos por el guión, como el empujón de Cuéllar al 'debut' por la lesión de Mariño. Otros de bisturí, sorpresivos, como el estreno de titular de Eric Ramírez. Compinche de Djuka, contra lo que indicaba el desvalijamiento de la trastienda, el Sporting saludó con más población de vanguardia. Al menos, en la foto. Porque desde el primer pelotazo se detectó mucho cálculo y otra arquitectura para tapiar, frente a un oponente armado para la emboscada, tirando la línea de presión a pocas cuadras del meta rojiblanco.

Con un par de sacudidas de 'Puma', el Sporting asomó a un partido encorsetado por la pizarra. Su entrenador amarró con un paso atrás de Rivera -casi un tercer central en la salida de balón-, ayudas de sus maratonianos extremos y el salto de Babin al perfil zurdo. El suyo hasta la llegada de Gallego. Así, Berrocal fue calzado al que más le iba dentro de una temporada bacheada a derecha e izquierda. No ayer. Sin 'peros' para el jerezano. Había chaleco antibalas y un extra de agresividad en el cuerpo a cuerpo. Y el mismo repertorio para atacar. Con otro envoltorio.

Los rojiblancos se empacharon de pelotazos con la pértiga de Ramírez en el frente. Pero no se hiló nada potable hasta el castañazo de 'Puma', con toda la tropa más pendiente del retrovisor. El Sporting siguió canijo, muy justo y defensivo. Mandaba el 'Lega' de Rubén Pardo, aunque estaba ahogado ante una línea defensiva musculada por el auxilio de las alas. Siempre había superpoblación, tráfico en hora punta, con entre cinco y seis pretorianos rojiblancos cerrando. Los de Butarque se largaron al intermedio sin chicha, sin vender una escoba. Borrados de la estadística. Cargando con centros laterales y el balón parado, sin despeinar a Cuéllar. Fue Pedro, de hecho, el primero que enfocó portería. Al centro. Dani Jiménez no movió ni una pestaña.

Antes del intermedio, con Butarque empezando a torcer el morro, el plan de Martí cobró sentido. Y arruinó a Mehdi Nafti, aún sin tacha como entrenador del Leganés en la Liga. Un pelotazo largo fue embolsado por el gigantón Eric Ramírez, que se carteó con Djuka. El internacional por Montenegro, jugón y activo, abrió una autopista para el gol descorchador de 'Puma' con un pase estupendo. Directo al mentón. Y bingo. Luego, otra vez ropa de abrigo. El susto con Aitor. Y el susto con Bautista, que detonó cerca del poste derecho de Cuéllar, enérgico y firme. El ataque del Leganés se fue achantado hacia la caseta, sin testar a su 'ex' meta, esposado por el remangue gijonés. Una roca. Sin floripondios.

Así regresó de la charla. Cerrado a cal y canto, empleado en la falta táctica, en dar mordiscos en la presión y listo para salir zumbando. Corto de fútbol, aunque muy práctico y efectivo. Pero el Leganés sacó tajada de una falta lejana de Rubén Pardo, maleada por un roce en Eric Ramírez, en la barrera. La trayectoria se modificó y venció a Cuéllar, que hizo una acrobática corrección exprés sin suerte. El gol, en pleno apagón del 'Lega', tan maniatado como estaba. Incluso en la estrategia, ahora cosa de 'Monchi'.

El partido se desbocó peligrosamente, sin que el Sporting se arrugara, contra su situación de riesgo. El Leganés, con Bautista y Arnáiz, empezaba a rondar por las cercanías de Cuéllar. También el Sporting respondía con frenesí. Tanta alegría no convencía a Martí, que replanteó la idea e hizo más 'cachas' a su equipo. Llamó a filas a Gragera, por Aitor, y desvió a Pedro Díaz a la derecha. Con cierta dentera. Un movimiento chirriante, primando quizá la zancada y el pulmón del mediocentro. El meneo se prolongó con el prometedor debut del 'guaje' David Argüelles, con la alerta amarilla de Pablo García, y Pablo Pérez, apostado a la nuca de Djuka.

El internacional por Montenegro, notable, disparó con una volea de álbum un centro de Bogdan que escupió con apuros Dani Jiménez. La mejor ocasión del final. Los retoques desgobernaron al Leganés, que embistió. Con número y poca cabeza. Al arreón final se llegó con el gancho, con Gaspar y Calavera, de extremo, escudero de un Bogdan inmaculado. Hasta Nafti se cargó a Arnáiz, la pareja de baile del ucraniano. Hubo un amago de soponcio, con el chivato del VAR, por un rebote contra Babin. Un susto pasajero en un partido de pico y pala, rebañando un punto que insinúa vientos de cambio y un Sporting con las orejas tiesas.