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alejandro forcelledo
Domingo, 19 de febrero 2023, 20:57
Realizó varios cambios durante el partido porque no le gustaba nada lo que estaba viendo. Miguel Ángel Ramírez, entrenador del Sporting, se fue de Andorra muy dolido por la derrota.
Para el canario, a su equipo le costó «tener el control del balón, ... presionar, ser agresivos». «Nos faltó el deseo de irnos adelante antes del descanso. La segunda mitad fue distinta tras el cambio táctico», resumió. Ramírez cree que la segunda mitad sí fue de su equipo. Le sucedió la mismo frente al Huesca hace unos días en El Molinón. Al Sporting le cuesta reaccionar.
«Tuvimos que cambiar cosas a última hora y adaptarnos a las circunstancias», explicó el técnico rojiblanco. «Teníamos gente con gripe, con fiebre y tuvimos que adaptarnos. Hay jugadores que no podían jugar todo el partido por esas dolencias, no es excusa. Creo, además, que cuando mejor estábamos llegó el penalti que definió el partido», indicó.
«Solo podemos salir de esto ganando, lo tenemos que hacer cuanto antes. Tanto a nivel individual como colectivo tenemos que mejorar. Varane, Otero o Jeraldino estaban con fiebre. Eso no lo podemos controlar y con los esfuerzos justos y la debilidad que teníamos quisimos manejar el partido como mejor supimos», abundó el entrenador canario, que quiere además que los suyos sean «más competitivos» durante más tiempo durante los partidos y «que no sea como el día de Leganés, donde tardamos veinte minutos en serlo». Ramírez hizo referencia también a que a sus futbolistas les costó entrar en el encuentro por la manera de jugar del Andorra.
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Durante el choque, el técnico intentó cambiar varias veces de registro algo que bajo su punto de vista se trata de algo que mejoraría el encuentro. «El problema es que si solo manejamos un estilo somos muy fáciles de defender. Dominar más registros nos haría más competitivos y es lo que pretendemos», subrayó el preparador rojiblanco.
El VAR fue otro de los protagonistas del encuentro. Hasta en cuatro ocasiones tuvo que corregir al colegiado durante los noventa minutos. Un gol anulado al Andorra, un gol en fuera de juego de Zarfino, un penalti señalado a favor de los locales que luego se fue al limbo por falta previa a Queipo y el penalti final que supuso el gol de los andorranos. Para Ramírez esto no puede servir de excuso y además es algo en lo que no se detiene pues intenta vivir el VAR con serenidad, «no puedo perder el sentido del partido. Tengo que estar alejado de lo que se suceda. Sí que me olía que en la segunda jugada iba a pitar penalti, por eso decido llamar a Campuzano y buscar otra estructura de juego», aclaró Ramírez.
En cuanto a la dinámica del equipo, el entrenador está preocupado, pero no pierde mucho el tiempo en mirar la clasificación porque cree que aún hay tiempo para todo. «Hablaba con Lizoain después del partido de cómo está de ajustada la tabla, no creo que debamos enfocarnos solo en salvar la categoría, está todo tan apretado que puede pasar cualquier cosa», declaró.
El Sporting solo ha sumado cinco puntos de los quince que ha disputado con Ramírez en el banquillo y en los cinco encuentros que ha dirigido el canario solo ha conseguido dos goles. Preguntado por si teme por su puesto o porque la actual racha devalúe su trabajo en un futuro, Ramírez, dijo saber bien a dónde había llegado. «Cuando decidí tomar la decisión de venir al Sporting ya sabía a dónde venía, en qué situación venía y lo que había. No solo pensé en lo inmediato sino que lo hice en el mediano y largo plazo y tengo que poner toda mi energía en sacar esto adelante», concluyó Ramírez.
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