El Sporting pierde la señal

Un Sporting catastrófico en la primera mitad, sin gancho ni brújula, reanimado tibiamente por el cambio de sistema tras pasar por la caseta, se fue a la lona en Andorra. El 'crac' llegó con VAR y sin VAR, intervencionista. Levantó la mano cuatro veces y anuló dos goles. Uno por bando. Fue mejor en vivo el once de Eder Sarabia. También en el vídeo, resucitando tras cinco derrotas consecutivas en la Liga y metiendo al Sporting en un problemón de aúpa.

A cuatro puntos del descenso desayunará el lunes el equipo de Miguel Ángel Ramírez, al que los partidos no dan rodaje ni una idea creciente. Este domingo tuvo el atenuante del virus gripal que sacó del once a Jonathan Varane, quien compitió la segunda mitad. Ahí, tras el intermedio, sí llegó el Sporting. Pero el mazo de Djuka sigue extraviado. También el de los otros delanteros. El mamporro de Bakis –tras un casi penalti de 'Cali', otro real– fue suficiente para el brindis de los de casa.

El Andorra salió mandón. Sin garbo en el despertar de la tarde, pero envalentonándose. Con cosecha de sobra al regresar a la caseta en el descanso para mandar de largo. Fue muy superior a un Sporting despelotado en la primera mitad. Tan preocupante como incomprensible en argumentos y sobrado de fútbol insustancial. Los de casa se anunciaron con un disparo manso, sin intención, de Germán. Y ya no pararon, frenados únicamente por el VAR, el larguero y una munición de fogueo propia de un recién ascendido.

Todo se compinchó para que el Sporting no saliera bien corneado del primer acto. Una fina triangulación, con un telegrama de Iván Gil al área de Cuéllar, gritaba gol antes de los diez minutos iniciales. El griego Albanis se levantó plástico y giró el cuello. Su cabezazo pasó tirando besos al poste derecho de Cuéllar, atareado. Arrancó demasiado rígido el Sporting, enchironado y sin apenas catar el balón. Gil apuntó otro tiro para la estadística.

Parecía un partido de poco filo, con presiones altas para tapiar salidas de balón. Un plan para anular a otro. Pero el del Andorra era audaz y estaba bien engrasado, con Germán de interruptor. Si no se largó de ganador al intermedio fue por su falta de calidad en la trinchera. Djuka pidió penalti por una mano de Mármol. El VAR rebobinó y no apreció irregularidad. Cristo desempeñaba ese difuminado cometido satelital. Casi compinche de Pedro. O de Zarfino. Según la ocasión. El Andorra apretó los dientes. Cantó un falso bingo de Albanis en un saque de esquina, con Cuéllar inmovilizado por Mármol. La moviola detectó falta. Y Germán soltó un zurriagazo al larguero. El Sporting era un equipo deshuesado, estático. Superado por fuera y por dentro, con Pedro y Zarfino exprimidos. Limitados a la contención. El único susto de Ratti fue un disparo de catalejo del sierense, quien le vio lejos de su rancho. Y buscó fortuna sin hallarla. El Andorra rompía una y otra vez por la banda de Germán, con Cote a destajo y solitario. Bakis, el goleador de casa, tuvo una ocasión pintada para poner en merecida ventaja a sus compañeros. Derrapó Izquierdoz y su pie, solo ante Cuéllar, se torció. El argentino se repuso y evitó el gol un pestañeo después. Marsà veía la proporción del incendio y trataba de estirar al equipo.

De la caseta salió un Sporting tuneado. Más afilado. Liquidó 'MAR' el improductivo sistema de los tres centrales, metiendo más piernas en el mediocentro. Varane y Otero salieron como palancas, relevos de Cote y Aitor, desafinadísimo este año. Sin ser nada del otro jueves el Sporting del 4-3-3, el partido se niveló. Hubo más entendimiento, con Varane equilibrando. Hasta pudo descorchar el equipo de Ramírez. Pero Djuka definió mal con el exterior un duelo bajo el sol ante Ratti en la primera ofensiva. En la segunda volvió a levantar la mano el VAR para anular un gol de Zarfino por otro fuera de juego de lupa. Si la semana pasada fue Cristo, este domingo era Djuka el que estaba adelantado con decimales. El internacional por Montenegro volvió a probar suerte en una buena aproximación. Agua.

Ramírez dio otro volteo radical al dibujo, pasando a un 4-1-3-2 al reclutar a Queipo de volante y refrescar el ataque con Milovanovic. Zarfino había reventado otro balón al cielo de Andorra a un par de metros de Ratti. Pero no era el día de los jugadores, sino del VAR. El vídeo volvió a activarse un par de veces. Una, para echar abajo un penalti de Izquierdoz sobre Germán, que ya se frotaba las manos. La otra para hacer saltar la alarma por un toque del argentino dentro del área sobre Bakis. Este sí terminó en penalti. Y en gol del turco. Malherido, el Sporting se aceleró, ya con Campuzano. Tres delanteros. El catalán tuvo el gol. También 'Milo'. Nada.

• Temas
• Sporting de Gijón